Alarma en Alemania por el auge del neonazismo y la ultraderecha
Miles de personas se manifestaron por novena semana consecutiva en Dresde.
Miles de personas se manifestaron ayer por novena semana consecutiva en Dresde, en el este de Alemania, contra lo que perciben como "islamización de Occidente", pese a llamados de una preocupada canciller Angela Merkel a distanciarse de estos movimientos de signo ultraderechista y neonazi.
La marcha, que se celebró ayer como cada lunes, revela que la islamofobia crece en Alemania, el paí¡s europeo con mayor acogida de inmigrantes y el quinto en el mundo, que sólo este año recibió a 200.000 de ellos pidiendo asilo polí¡tico, muchos provenientes de paí¡ses en conflicto como Siria o Afganistán.
Organizada por el grupo denominado "Patriotas Europeos contra la Islamización de Occidente" (Pegida), la manifestación, de la que participaron unas 10.000 personas, se desarrolló por el centro de la ciudad sajona de Dresde, baluarte de neonazis desde la unificación de Alemania, informó la agencia de noticias EFE.
En febrero pasado, Dresde se volvió a convertir en el centro de una manifestación de grupos neonazis que se unen cada año para rendir homenaje a los caídos de los bombardeos aliados a la ciudad del Elba, durante la Segunda Guerra Mundial.
En esa ocasión, por primera vez, unos 13.000 manifestantes antinazis realizaron una cadena humana para evitar el avance de los defensores de la ultraderecha.
Lo mismo volvió a ocurrir ayer, en el noveno lunes consecutivo de este tipo de manifestaciones, en el que se formó en paralelo otra manifestación de signo contrario de la que participaron también miles de personas, bajo el lema "Dresde para todos" y llamando a la solidaridad hacia los inmigrantes y los peticionarios de asilo.
Ante este escenario, la policía dispuso un cordón de seguridad en torno a las dos manifestaciones para impedir que confluyeran y se produjeran incidentes.
La manifestación convocada como respuesta al movimiento islamófobo iba encabezada por los copresidentes del partido Los Verdes, Simone Peter y Cem A?zdemir.
También en la antigua capital federal, Bonn, se reunieron unos 300 manifestantes convocados por "Bogida", una agrupación local de Pegida que se hace llamar "Ciudadanos de Bonn contra la Islamización de Occidente".
Sin embargo, otros 1600 ciudadanos opuestos a estas manifestaciones se reunieron en esta ciudad convocados por la asociación "Bonn planta cara" y bloquearon la ruta por la que pretendí¡an marchar los partidarios de Bogida, informó la prensa local.
Poco antes, Merkel condenó duramente estas protestas.
"Aunque en Alemania existe efectivamente la libertad de manifestación, no hay sitio para campañas de difamación y persecución contra las personas que vienen de otros países", afirmó la mandataria alemana.
"Todo aquel que participe en una manifestación de Pegida debe tener cuidado de no ser instrumentalizado", alertó.
La semana pasada, la marcha de Pegida llegó a concentrar a unas 10.000 personas, lo que desató las alertas del espectro parlamentario contra un movimiento que se esta generando en una ciudad como Dresde, con un 3% de población extranjera y un 0,4% de musulmanes, porcentajes muy inferiores a la media del país.
El portavoz de la jefa de gobierno, Steffen Seibert, advirtió también ayer que en Alemania "no hay sitio para la extrema derecha y la xenofobia", en referencia a las marchas de grupos como Pegida y "Hooligans contra Salafistas", aglutinante de neonazis e hinchas violentos.
Analistas destacaron ayer que pocos vieron venir un movimiento como este, pese a que desde hace semanas se evidencia.
En las filas de Pegida conviven desde activistas con vinculación neonazi, miembros del partido de extrema derecha Partido Nacional Demócrata de Alemania, sucesor del Partido Socialista del Reich, pero también jóvenes, mujeres, jóvenes y viejos, sin afiliación política.
Individuos con perfiles distintos pero que confluyen en el sentimiento anti islam, sobre todo después que la crisis económica dejara su huella en la principal potencia de la Unión Europea (UE).
Los manifestantes critican al gobierno el gasto excesivo que implica acoger y reinsertar a extranjeros que piden asilo polí¡tico en Alemania.
En efecto, con el paso de los años, Alemania se convirtió en un país de acogida, que este año recibió a 200.000 pedidos de asilo político y se espera que la cifra aumente el año que viene.
La cifra alarma a algunos debido a que se estima que en 2008 Alemania acogía unos 28.000 refugiados y en 2013 se calculaban unos 127.000 inmigrantes.