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20-12-2014

La inflación y la recesión ponen a Rusia al borde del colapso

En menos de tres semanas, el rublo se ha desplomado casi un 50% frente al dólar, pasando de unas 50 unidades a alrededor de 75 por billete verde.

El fantasma de la crisis de 1998 ha dejado de ser tal para convertirse en una realidad que amenaza con arrojar a la economía rusa a un colapso aún peor al que soportó ese país hace 16 años.

En menos de tres semanas, el rublo se ha desplomado casi un 50% frente al dólar, pasando de unas 50 unidades a alrededor de 75 por billete verde, empujado por la caída del precio del petróleo, la fuga de capitales y la creciente recesión económica.

El derrumbe del precio del crudo, que en los últimos seis meses se hundió un 50%, actuó como el acelerador de una crisis que se venía gestando a lo largo del último año y que se expresó en la masiva salida de capitales (134.000 millones de dólares en 2014) y un rápido deterioro del balance comercial y de la economía en su conjunto.

En un país cuyos presupuesto depende en un 50% de los ingresos energéticos y sus exportaciones provienen en sus dos tercios del petróleo y del gas, la caída del barril de crudo a la mitad del valor que tenía hace menos de medio año tipifica un cuadro catastrófico.

No otra cosa traduce la corrida contra el rublo protagonizada esta semana por los grandes capitales y los ahorristas rusos, quienes desde el pasado martes han "asaltado" los bancos en busca de dólares y euros para proteger sus riquezas y ahorros ante el imparable deterioro del rublo como reserva de valor.

El martes pasado, el Banco Central de Rusia intervino con 2.000 millones de dólares para parar la caída de la moneda.

El fracaso completo de esta tentativa lo empujó a subir la tasa de interés del 10% al 17%, una medida excepcional que tipifica la gravedad de la crisis, e inmediatamente después anunció un nuevo fondo de intervención, esta vez de 7.000 millones de dólares.

Así, el jueves, el rublo recuperó casi un 10% de su valor, recortando una devaluación en los últimos tres meses del 60% al 50%, a una paridad de 72 rublos por dólar.

La profundidad y la velocidad de la crisis financiera desatada superó completamente las previsiones de las autoridades económicas rusas y también de analistas internacionales, quienes confiaban en el valor disuasivo de las reservas internacionales del país, que rondan los 350.000 millones de dólares.

Bien mirado, el fracaso tiene razones claras. Los componentes principales de la presente crisis de Rusia son, como siempre, de carácter estructural con manifestaciones coyunturales que han desatado el vendaval que azota a todo el país.

Las sanciones económicas aplicadas por Estados Unidos y Europa al Kremlin en el marco de la disputa que enfrenta a Occidente y Rusia en Ucrania, han socavado a lo largo del año el comercio exterior del país y le han cerrado el acceso al endeudamiento externo.