Moscú consideró ayer que la Unión Europea (UE) hace una lectura unilateral del conflicto en el este de Ucrania y que con la extensión de las sanciones a empresas y políticos rusos lo único que logran es empeorar de por sí tensas relaciones.

"Las decisiones adoptadas por el Consejo de ministros de Exteriores el 29 de enero del año en curso causan decepción", sostiene en su página web la Cancillería rusa en referencia al acuerdo alcanzado por los Veintiocho para ampliar hasta septiembre próximo las sanciones.

Moscú considera que la UE "continúa su rumbo hacia el empeoramiento de las ya de por sí tensas relaciones con Rusia" y con "su lectura unilateral de la situación en el conflicto interno ucraniano" se priva de la posibilidad de ser "mediador imparcial".

Ucrania y sus aliados occidentales acusan a Rusia de apoyar a los rebeldes con armas y por ello han impuesto sanciones contra empresas y políticos rusos que han socavado su economía.

Moscú niega colaborar con los separatistas y sostiene que si hubiera militares rusos luchando en Ucrania ya deberían haber sido mostrados por las cámaras de televisión.

"Es lamentable que el Consejo haya sido nuevamente rehén de una minoría agresiva, para la cual la crisis ucraniana es solo un pretexto para imponer enfoques 'rusófobos' e impedir la cooperación normal entre Rusia y la Unión Europea", añade la nota difundida por la agencia de noticias EFE.

Asimismo, recomienda que "en la Unión Europea comiencen a meditar sobre inutilidad de las sanciones que sólo causan daños a los pueblos y a las economías de nuestros países".

Los ministros de Exteriores de los Veintiocho también pidieron a la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, y a la Comisión Europea que propongan en el plazo de una semana nuevos nombres que añadir a la lista de sancionados.

Asimismo, instaron a la Comisión y al Servicio Europeo de Acción Exterior a realizar más trabajos preparatorios sobre cualquier "acción apropiada" enfocada a "garantizar una implementación rápida y global de los acuerdos de Minsk", llamados a detener el conflicto armado entre Kiev y los separatistas.