La ONU destacó ayer como "un primer buen paso" la decisión de la Unión Europea (UE) de aumentar los fondos para su operatividad naval en el Mediterráneo, una medida que concretó luego de que se produjeron varios naufragios, al tiempo que Amnistía Internacional (AI) cuestionó el accionar de la Unión porque no apunta a solucionar la problemática.

Al margen de las decisiones políticas, muchas personas siguen día a día intentando cruzar desde África al Viejo Continente arriesgando sus vidas.

Ayer, al menos 80 subsaharianos de diferentes nacionalidades fueron rescatados por pescadores tunecinos luego de que naufragara la embarcación en la que viajaban.

Tras varios naufragios registrados en los últimos 10 días, el más grave ocurrido el fin de semana pasado cuando murieron más de 800 inmigrantes al hundirse un barco frente a las costas de Libia, los líderes de la UE acordaron ayer en Bruselas triplicar los fondos y aumentar los medios de las operaciones de vigilancia marítima Tritón y la Poseidón.

La triplicación de fondos se centrará en Tritón, que ahora dispone de 18 millones de euros para 2015, mientras que en el caso de Poseidón, que es una misión menor con un presupuesto de poco más de 5 millones de euros anuales, se aportarán medios técnicos.

La declaración conjunta de los integrantes de la UE precisó que el refuerzo se realizará dentro del mandato de Frontex (agencia europea de control de fronteras), que coordina las dos operaciones.

Es decir que la función de Tritón y Poseidón seguirá siendo de vigilancia marítima a 30 millas náuticas de la costa europea, y no de rescate y salvamento hasta las 100 millas, como lo hacía la operación italiana Mare Nostrum, cancelada en noviembre pasado.

Según la oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), la decisión de la UE es "un primer buen paso", pero la prueba clave será lograr salvar vidas y que las personas que huyen tengan la posibilidad de obtener asilo, dijo a la prensa el portavoz de ACNUR, Adrian Edwards.

El vocero de la ACNUR recordó que la mitad de los que cruzaron el año pasado el Mediterráneo huían de zonas afectadas por conflictos bélicos, principalmente en África y Medio Oriente.

Por su parte, uno de los portavoces de la organización humanitaria Amnistía Internacional (AI), Conor Fortune, declaró hoy que la UE "no tiene ni el plan ni la voluntad" de solucionar el problema migratorio en el Mediterráneo y abogó por que se haga de Tritón una operación de salvamento marítimo similar a la extinta Mare Nostrum.

"La situación no puede seguir así, es un escándalo a nivel mundial. Estamos viendo que cada semana hay miles y miles de personas en situación de riesgo que necesitan ser rescatadas, y Europa no tiene ni el plan ni la voluntad para ayudar a esta gente", afirmó Fortune en declaraciones a EFE.

El portavoz de AI lamentó que en la reunión que mantuvieron el jueves los líderes de la UE para abordar el problema de la inmigración, sólo decidieran triplicar los fondos y aumentar los medios de las operaciones de vigilancia marítima Tritón y Poseidón.

"Tritón no es una operación de rescate, es una operación de control de fronteras. Tiene un límite de 30 millas náuticas desde las costas de Europa, mientras que la mayoría de los naufragios ocurren cerca de las costas de Libia", denunció.

Para Fortune, la solución radica en que la UE ponga en marcha un dispositivo de rescate similar a Mare Nostrum para no tener que recurrir, como hacen ahora, "a barcos mercantes o a pescadores que se encuentran en la zona", pues son "personas no capacitadas para hacer este tipo de rescates".

De hecho, al menos 80 subsaharianos de diferentes nacionalidades fueron rescatados hoy tras el naufragio de un barco en la bahía tunecina de Zarzis, situada en el sur del país norafricano, a 40 kilómetros de la frontera con Libia.

Tres barcos de pesca intervinieron para salvar a los inmigrantes que pretendían atravesar el mar Mediterráneo en un intento de llegar a Europa.

Fuentes de la Media Luna tunecina indicaron que los 80 inmigrantes fueron conducidos a un centro de recepción con síntomas de sed y de hipotermia tras llevar varios días a la deriva en el mar, en el tercer naufragio que ocurre en esa zona en el último mes y medio.