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22-05-2015

Fuerzas de Irak rodean al EI en Ramadi

Milicias chiitas aliadas del gobierno iraquí avanzaron el jueves hacia una base en las inmediaciones de la ciudad, capital de la provincia de Al Anbar, para preparar un contraataque.

Fuerzas iraquíes desplegaron ayer piezas de artillería en los alrededores de Ramadi, luego de que la caída de la ciudad en poder del grupo yihadista Estado Islámico (EI) asestara un duro golpe a Bagdad y desatara una tragedia humanitaria para miles de desplazados que permanecen a la intemperie sin agua ni comida.

Tras la caída de Ramadi en poder del grupo sunnita, el domingo pasado, milicias chiitas aliadas del gobierno iraquí avanzaron el jueves hacia una base en las inmediaciones de la ciudad, capital de la provincia de Al Anbar, para preparar un contraataque.

Un vocero militar iraquí dijo ayer que soldados del Ejército nacional controlan las zonas entre Ramadi y la base militar de Habbaniyah, a unos 30 kilómetros de distancia, donde están acantonados los milicianos a las espera del inicio de una ofensiva para recapturar la ciudad.

"Las fuerzas de seguridad reforzaron sus posiciones con el establecimiento de tres líneas defensivas alrededor de Ramadi para repeler cualquier intento por parte de terroristas para lanzar nuevos ataques", explicó Saad Maan, el vocero militar iraquí.

Mientras, dentro de Ramadi, a unos 100 kilómetros al oeste de Bagdad, un funcionario local llamó a los residentes a unirse a las fuerzas de seguridad en la denominada "batalla de Al Anbar", informó la agencia de noticias Europa Press.

Testigos aseguraron que frente al posicionamiento de los soldados regulares y los milicianos chiitas, el Estado Islámico, cuya bandera negra ya flamea sobre la mezquita principal, comenzó a reforzar sus posiciones defensivas y colocó minas terrestres.

Además, comunicaron a los miembros de las fuerzas de seguridad que establecerán tribunales para juzgar a todos sobre la base de la ley islámica (sharia) y liberaron a unos 100 prisioneros con cargos por terrorismo, una medida que podría resultar popular en la ciudad -de mayoría sunnita- entre quienes se quedaron.

La llegada del EI a Ramadi provocó el éxodo de miles de familias que hoy aguardaban en las afueras de la capital iraquí, Bagdad, cuyo ingreso se encuentra bloqueado por las fuerzas de seguridad que les impiden entrar por temor a que se infiltren "elementos terroristas".

Sin comida, agua, refugio ni medicamentos, unas 25.000 personas que huyeron de los combates para salvar sus vidas, esperan ser socorridas en el puente de Bezaibez, soportando las altas temperaturas a la intemperie, informó la agencia de noticias EFE.

Los militares aseguran que quienes tienen familiares en Bagdad pueden ingresar, así como también los ancianos y los enfermos.

Sin embargo, Abu Ahmed, un residente de Bagdad, relató que intentó enviar comida a su hermana que está en el puente junto a su familia pero las fuerzas de seguridad ni siquiera lo dejaron o cruzar a él.

"Al final logré enviarles algunos alimentos con la ayuda de un soldado, pero tuve que regresar aáBagdadásin la familia", subrayó Ahmed, de 45 años, a EFE.

Por otro lado, Um Amar, una madre de familia que huyó de Ramadi con sus cuatro hijos y su suegra, lamentó haber empacado tan pocas cosas cuando salió a pie, el domingo, rumbo a Bagdad.

"Nuestra situación es muy difícil ya que nos falta de todo, la comida y el agua son insuficientes, no tenemos un techo que nos proteja del calor; la mayoría de las familias permanece bajos los árboles y otros están en viviendas cercanas, pero no son suficientes por el gran número de desplazados", lamentó.

Otro desplazado, Raad Husein Al Aluani, de 55 años de edad, calificó de "trágica" la situación en Ramadi, con sus calles regadas de cadáveres de civiles y militares así como un gran número de vehículos y edificios quemados durante los combates.

Según la Organización Internacional de Migraciones, unas 133.000 personas huyeron de Ramadi desde fines de abril pasado, mientras que según Naciones Unidas, sólo desde el domingo último, unas 25.000 personas han abandonado la ciudad, que según el último censo contaba con unos 500.000 habitantes.

Cerca de 500 personas murieron en los combates de Ramadi en los últimos días, informaron las autoridades locales.

El jueves, en una grabación difundida tras la toma de Ramadi, el líder del Estado Islámico, Abu Bakr Al Baghdadi, felicitó a los milicianos por el triunfo y aseguró que los próximos planes del grupo yihadista son tomar Bagdad y Kerbala, la ciudad santa chiita ubicada al sur de la capital.