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28-07-2015

Un taller terapéutico reunió en Francia a jóvenes víctimas del terrorismo

Los participantes del "Proyecto Mariposa" contaron su historia, expresaron sus emociones e interactuaron con otras personas que experimentaron situaciones similares.

PARIS.- Francia acogió a una veintena de jóvenes víctimas del terrorismo procedentes de nueve países, entre ellos Colombia, en unos encuentros que tuvieron como hilo conductor la palabra como terapia.

Se trata de una iniciativa denominada "Projet Papillon" (Proyecto Mariposa) en la que intervienen jóvenes de países africanos como Argelia y Marruecos; de Oriente Próximo como Líbano e Israel; de Rusia, Francia, Italia y Rumanía por parte de Europa y de Colombia por parte de Latinoamérica.

Organizado por la Asociación francesa de Víctimas del Terrorismo en colaboración con entidades homólogas libanesas e israelíes, entre otras, y dividido en tres años, de los cuales este es el segundo, este programa agrupa a 24 jóvenes de entre 15 y 24 años, víctimas directas o indirectas de todo tipo de terrorismo.

Los participantes, según explicó a EFE su directora, la psicóloga Asma Guenifi, pudieron contar su historia, expresar sus emociones e interactuar con otras personas que experimentaron situaciones similares.

Entre ellas está Viviana, una chica colombiana de 19 años, cuyo padre, que era policía, fue secuestrado por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) cuando ella tenía dos años.

"Estuvo retenido 13 años y, cuando se iba a producir el rescate, lo mataron. Yo tenía dos años cuando se lo llevaron. No lo pude conocer", relató a EFE por teléfono durante una pausa de esos talleres, de los que no se facilitó la localización exacta por razones de seguridad.

La joven, que vive con su madre en Colombia tras haber residido dos años en París, explica que este encuentro es positivo porque "compartir experiencias y casos parecidos te ayuda mucho, te hace ver que no estás sola en el mundo".

"Además es una unión, aquí no hay religión, no hay países, es algo común", añadió sobre esta nueva edición iniciada el pasado martes, y en la que repiten quienes acudieron a la primera el año pasado, también en Francia.

La dinámica diaria de la agenda pasa por grupos de conversación conjuntos por la mañana y talleres de música, teatro y arte por la tarde, así como actividades deportivas e incluso el rodaje de una película propia.

Y la evolución psicológica y cívica de los participantes, según concluyó Guenifi, es evidente: "Uno de los jóvenes tenía un trauma el año pasado, no soportaba que nadie le tocara y ahora lo ha superado. El proyecto funciona".