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02-08-2015

Dos militares murieron en un atentado en Turquía

El gobierno provincial de Agri informaron que un atacante suicida estrelló durante la madrugada un tractor cargado con dos toneladas de explosivos contra el puesto militar en la aldea de Karabulak.

En un nuevo atentado que el gobierno turco adjudicó al Partido de Trabajadores de Kurdistán (PKK), dos militares fallecieron ayer y otros 24 resultaron heridos en un cuartel de la Gendarmería en el este del país, en una provincia lindante con Irán y Armenia.

El gobierno provincial de Agri y el diario local Hurriyet informaron que un atacante suicida estrelló durante la madrugada un tractor cargado con dos toneladas de explosivos contra el puesto militar en la aldea de Karabulak, en los pies del simbólico monte de Ararat.

De confirmarse que se trata del PKK, la organización que lideró la lucha armada kurda contra el Estado turco durante más de tres décadas, se trataría del primer ataque suicida del grupo desde 1998, recordó el diario español El País.

Desde hace más de dos años, Ankara y el PKK firmaron una tregua y comenzaron un proceso de paz para poner fin al conflicto separatista que dejó más de 45.000 muertos. Sin embargo, ese alto el fuego terminó esta semana y, desde entonces, 15 policías y militares, 2 civiles turcos y 260 milicianos kurdos fallecieron.

La escalada entre el gobierno turco y el PKK no sólo desató una ola de atentados contra fuerzas de seguridad dentro del país, sino una campaña de bombardeos aéreos del Estado contra los campamentos de la guerrilla kurda en el norte de Irak, a donde se habían trasladado como paso previo a la desmovilización final, que debía concretarse en las próximas semanas.

En la provincia de Agri, la misma en la que esta madrugada fue golpeado el cuartel de Gendarmería, policías de la unidad antiterrorista mataron el viernes pasado a tres supuestos miembros del PKK durante una redada en sus domicilios.

Dos días antes un soldado había muerto en un ataque con lanzagranadas contra un blindado militar en esa misma zona.

Ayer a la noche, en tanto, un soldado murió y cuatro quedaron heridos al explotar una mina al paso de su convoy en una ruta de la provincia de Mardin, en donde inspeccionaban el oleoducto que bombea crudo desde el el norte iraquí, la región de mayoría kurda, a Turquía, saboteado días atrás por el PKK.

De forma similar, ayer murió un soldado al explotar una mina mientras inspeccionaba los restos de vehículos incendiados por militantes de la guerrilla en una ruta de la provincia de Kars, vecina a la de Agri.

Pese a que la escalada de violencia comenzó hace dos semanas con un atentado contra una manifestación kurda -que el gobierno adjudicó a la milicia radical Estado Islámico (EI) que pelea en la vecina Siria- la mayoría de la oposición turca coincide en vincularla al revés electoral que sufrió el oficialista Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP).

Por primera vez el Partido Democrático de los Pueblos (HDP) conformó una alianza entre la minoría kurda y la izquierda tradicional, logró superar el umbral del 10% y entrar al Parlamento como la cuarta bancada.

Tras perder la mayoría absoluta en el Parlamento, el presidente Recep Tayyip Erdogan dio la orden a su primer ministro, Ahmet Davutoglu, de buscar un aliado y formar gobierno. Sin embargo, más de un mes y medio después, el premier no consiguió ninguna coalición.

Si en esta semana Davutoglu y el AKP no logran sumar un aliado y formar gobierno, el presidente debe volver a llamar a elecciones para octubre próximo.

De estallar un nuevo conflicto armado entre el Estado turco y la guerrilla kurda del PKK, el progresista HDP tendrá en los próximos tres meses la difícil tarea de mantener su electorado, al mismo tiempo que hace equilibrio entre distanciarse de los atentados kurdos y de la represión policial y militar.