Alemania y Francia abogaron ayer por una pronta puesta en marcha de los dispositivos para controlar el flujo de refugiados a Europa porque la crisis migratoria pone en peligro la permanencia del espacio de libre circulación de Schengen.

La canciller alemana, Angela Merkel, advirtió ayer de que la supervivencia de la zona europea de libre circulación depende de la protección de las fronteras exteriores de la Unión Europea (UE), informó la agencia de noticias EFE.

En su habitual mensaje de los sábado, la canciller advirtió de que si no se mejora la seguridad exterior, algo que ha evidenciado la crisis de los refugiados, podría acabar perjudicándose a la actividad económica en el bloque.

"Debemos proteger nuestras fronteras exteriores porque queremos mantener Schengen", dijo Merkel en referencia a la zona europea de libre circulación de personas, bienes y mercancías.

Si no, prosiguió, se pone "en peligro la zona de libre circulación en el mercado común, que es un fundamento de nuestro bienestar".

En esto están todos los socios europeos de acuerdo, agregó Merkel, lo que ahora se ha de concretar es cómo se materializa en la práctica la protección de las fronteras exteriores.

En este ámbito, la canciller vio clave la puesta en práctica del acuerdo entre la UE y Turquía firmado a finales del año pasado y por el que los Veintiocho financiarán a Ankara con 3.000 millones de euros para financiar parcialmente el gasto de mantener a millones de refugiados sirios en su territorio y para elevar la vigilancia en su frontera con Grecia.

"Es importante haber dado por ejemplo apoyo a Turquía en la admisión y formación de los refugiados a través de los 3.000 millones de euros del Plan de Acción EU-Turquía", indicó.

La solución también pasa, subrayó la canciller, por que todos los socios europeos se comprometan a aceptar "contingentes legales de refugiados", una propuesta esencialmente alemana que ha generado un intenso rechazo en algunas capitales del continente.