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21-09-2014

Presidenta: "el papa no esta en absoluto" preocupado por gobernabilidad

Cristina Fernández admitió amenazas en su contra de parte del grupo denominado Estado Islámico y señaló que las mismas eran investigadas por la Secretaría de Inteligencia y el Ministerio de Seguridad.

BUENOS AIRES, - La presidenta Cristina Fernández negó ayer que el papa Francisco esté preocupado por la gobernabilidad en Argentina, como aseguró un asesor vaticano, y destacó la postura papal contraria a la especulación financiera global.

El Papa recibió ayer con un almuerzo liviano en el Vaticano a la presidenta en un encuentro a agenda abierta en la Casa Santa Marta que se prolongó por casi dos horas y que, según Fernández, se realizó en un clima de "cordialidad y naturalidad".

Tras el encuentro y en diálogo con la prensa, la presidenta rechazó los dichos del oficial de protocolo del Vaticano, el sacerdote argentino Guillermo Karcher, sobre preocupaciones de Francisco sobre la gobernabilidad en Argentina, al sostener que "el Papa no está en absoluto" con esa inquietud.

Incluso, para desacreditar los dichos de Karcher citó al rector de la Universidad Católica Argentina (UCA), arzobispo Víctor Manuel Fernández.

Tras resaltar que el rector es "muy cercano" a Francisco, acotó que "El dijo una frase que es exacta, que cuando habla el Papa, habla el Papa. El Papa no habla a través de nadie, de ninguna persona".

La Presidenta aseguró en cambio que el Papa "está preocupado por la situación que se vive en el mundo" y destacó su valentía por emprender la gira en Albania, pese a las intimidaciones en su contra.

La jefa de estado también reveló que dos comisarios presentaron denuncias ante la justicia por amenazas en su contra de parte del grupo denominado Estado Islámico y señaló que las mismas eran investigadas por la Secretaría de Inteligencia y el Ministerio de Seguridad.

Fernández realizó declaraciones ante los periodistas que siguieron su visita hasta el aeropuerto romano de Ciampino, desde donde partió con su comitiva rumbo a Nueva York para participar de una Asamblea General de las Naciones Unidas.

En ese marco, la presidenta destacó que el Papa propicia "una reforma profunda del sistema financiero global" y destacó que en el punto 56 de la exhortación apostólica "Evangelii Gaudium" se refiere a la situación de los países endeudados.

"Habla de la deuda de los países, los intereses, el agobio para los pueblos, el crecimiento exponencial de las riquezas. Casi parece escrita para la Argentina pero está escrita para muchos de los países", sostuvo.

Asimismo, destacó que Argentina se convirtió en "un caso testigo" para el debate por la reestructuración de "deuda soberana" de los país y que consiguió recientemente un apoyo "histórico" en las Naciones Unidas.

"Francisco se mostró muy contento con esta situación", dijo.

La Presidenta, que evitó profundizar sobre lo conversado con Francisco, valoró el contacto que jóvenes de "La Cámpora" lograron con el Papa al acceder a la visita oficial y señaló que "el momento más emotivo" fue el saludo con Victoria Montenegro, hija de desaparecidos durante la dictadura, cuando el ex cardenal porteño Jorge Bergoglio le dijo "sí, conozco la historia".

"Se me heló la sangre, se me vino a la memoria todo", agregó.

Fernández contó el almuerzo con el Papa consistió en ensalada verde, con hinojo rallado, bife de costilla que no "era de carne argentina" y verduras al vapor con aceite de oliva.

La Presidenta, que estuvo vestida de negro y con tocado como exige el protocolo, se mostró risueña y distendida al presentarle a Francisco a los 33 integrantes de la comitiva, entre ellos funcionarios, legisladores y dirigentes políticos.

La Presidenta le obsequió al Papa un cuadro de Eva Perón, otro de la galería de Roberto Devorick -quien fue asesor de vestuario de la princesa Diana Spencer- "tipo Andy Warhol", una escultura sonora de una Virgen que Desata los Nudos y una tabla fileteada de una fábrica recuperada, entre otros obsequios.

Este fue el cuarto encuentro de Fernández de Kirchner con el Papa.

El primero fue en el Vaticano un día antes de que Jorge Bergoglio asuma su ministerio petrino, el segundo fue en Brasil en ocasión de la Jornada Mundial de la Juventud y el último en marzo cuando compartieron también un almuerzo en Santa Marta.