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30-01-2015

Fuerte reclamo de justicia en sepelio de Nisman

Para la DAIA, su muerte reveló los "oscuros laberintos del poder". Oficiaron entre los principales oradores la ex esposa de Nisman, la jueza federal Sandra Arroyo Salgado.

BUENOS AIRES, - Los restos del fiscal federal que investigó el atentado contra la AMIA, Alberto Nisman, fueron sepultados ayer en el Cementerio Israelita de la localidad bonaerense de La Tablada, en cuyos alrededores una gran cantidad de personas reclamó justicia.

La emotiva inhumación -a la que asistieron familiares, amigos y unos pocos políticos- estuvo precedida por una ceremonia religiosa dirigida por el rabino Marcelo Polakoff y oficiaron como principales oradores la ex esposa de Nisman, la jueza federal Sandra Arroyo Salgado; el filósofo Santiago Kovadloff; el vicepresidente de la DAIA, Waldo Wolff y el titular de la Asociación de Fiscales y amigo, Carlos Donoso Castex.

El cortejo fúnebre con los restos del fiscal llegó a las 11 al Cementerio Israelita de La Tablada, proveniente de una sala velatoria del barrio porteño de Núñez.

En medio de un fuerte operativo de la Policía Bonaerense, el vehículo con el féretro fue recibido con aplausos por un gran número de personas, algunas de las cuales portaban banderas nacionales, mientras que otras esgrimían carteles con consignas como "Justicia por el fiscal", "Nisman somos todos" y "La verdad no muere".

Durante la inhumación, Arroyo Salgado volvió a desestimar la posibilidad de un suicidio al afirmar que tiene "la certeza de que esto fue obra de otra persona".

"Ninguno de nosotros creemos que vos hayas sido el hacedor de este final. Tenemos la certeza de que esto fue obra de otra persona. No sabemos de quién, es difícil", aseveró la magistrada en su mensaje.

El momento más emotivo, según confiaron a DyN fuentes que participaron de la ceremonia, se vivió cuando la ex esposa de Nisman leyó una carta de sus hijas que cerró con una frase de la pequeña de 7 años que decía: "Al final cuando yo me muera nos vamos a encontrar".

Por su parte, el vicepresidente de la DAIA llevó un fuerte mensaje en el que advirtió que "hoy estamos tanto o más lejos de encontrar justicia que aquel 18 de julio de 1994 a las 9,53 de la mañana", cuando se produjo el atentado a la AMIA.

"La trágica muerte de Alberto (por Nisman) junto con su macabra trama no vino a hacer otra cosa que a levantar los escombros de la sede de la AMIA-DAIA para que muchos podamos ver los oscuros laberintos del poder que hasta hace poco se mantenían camuflados por entre los más reconocidos ámbitos de la sociedad", enfatizó el dirigente comunitario.

Seguidamente, Donoso Castex, envuelto por la emoción, leyó un poema escrito por un fiscal y casi al borde del llanto planteó el compromiso de los fiscales de "trabajar por la Justicia".

De acuerdo a lo consignado por la Agencia Judía de Noticias, la ceremonia continuó con el discurso de Santiago Kovadloff, quien destacó el valor de Nisman y reclamó justicia para la Argentina.

Entre los políticos que asistieron a la ceremonia estuvieron los ministros de Justicia y Seguridad porteño, Guillermo Montenegro y de Cultura, Hernán Lombardi; los diputados nacionales Patricia Bullrich (PRO), Elisa Carrió (CC-ARI), Fernando Sánchez (CC-ARI) y Cornelia Schmidt-Liermann (PRO).

También participaron la embajadora de Israel en la Argentina, Dorit Shavit; los presidentes de la AMIA, Leonardo Jmelnitzky, la DAIA, Julio Schlosser y el representante del Congreso Judío Latinoamericano, Jack Terpins.

El vehículo con el féretro, custodiado por la Policía Federal, fue despedido por un grupo de vecinos, algunos de los cuales portaban una extensa bandera nacional, mientras un hombre esgrimía una gran cruz con la leyenda: "Todos somos víctimas".