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28-03-2014

"En este momento de mi vida sólo quiero cumplir conmigo mismo"

Arnaldo André, hace cuarenta años que llegó, en barco, a la Argentina. Y si bien volvió varias veces a su Paraguay natal, incluso para dirigir su propia película y llegó a fantasear con la idea de quedarse allá, hoy tiene en claro que su vida no puede transcurrir más que en Buenos Aires.

 

En las telenovelas, sedujo a las mujeres más lindas y su cara es conocida no solamente en nuestro país sino en toda Latinoamérica. No obstante, se puede decir que no muchos lo conocen a fondo. Es que Arnaldo André detesta hablar de más y siempre mantuvo su vida en el misterio. Tan poco ?mediático? es, que cuando viene a Mar del Plata, lo hace en invierno?

-Aunque en ?Intimidad indecente? usted actúa y dirige, lo cierto es que no tiene demasiadas experiencias como director. ¿No le seduce la idea?

-No demasiado. Sí quería dirigir cine, pero dirigirme a mi mismo en teatro no me gustaba mucho. Ya lo había hecho, en Mar del Plata con una obra que presentamos con Luisa Kuliok en el teatro Colón. Y después tuvieron que pasar muchos años antes de que lo hiciera nuevamente, con esta obra. La verdad es que no quería dirigirla, pero finalmente acepté y no me arrepiento. La obra anda como en ?piloto automático?, como si fuera una computadora, después de los primeros ajustes, las marcaciones que me hice a mi mismo y a Marta, que la verdad es una profesional porque aceptó todas mis sugerencias, bueno, después de un tiempo de ajuste, llegamos a esto que tenemos hoy: una obra que ?anda sola?.

-Se puede decir que ?anda sola? y bien, si se tiene en cuenta la respuesta del público?

-¡Sí! Es extraordinario. Pero fue así desde el primer momento. Cuando la hicimos por primera vez, en General Belgrano, nos sorprendimos por la respuesta del público. Cuando terminamos nos miramos con Marta y nos dijimos: ?Lo debemos estar haciendo bien, no?...? y desde ese momento hasta hoy la reacción del público fue siempre la misma: nos grita cosas, se ríe, llora, siempre en los mismos momentos.

-¿Cuáles son esos momentos?

-Y, la historia trata de una pareja en varios momentos de su vida. En el primer cuadro, yo le digo a mi mujer que la estoy engañando con una mujer más joven. Ahí se produce la primera reacción de la platea, especialmente la femenina (sonríe)?te podrás imaginar las cosas que me dicen. En el segundo cuadro, es la ?venganza?: la mujer joven me dejó y recojo todo tipo de comentarios: ?¡Bien hecho!?, me gritan, ?¡lo tenés merecido!? (se ríe). Pero quiero aclarar que a pesar de que la gente se involucra, nosotros en ningún momento apelamos a la gente. Si bien hay algún momento donde rompemos la pared y hablamos al público, no generamos el diálogo. Es un momento de la obra, seguimos adelante. Es una obra de teatro y más allá de lo que diga el público, nosotros no nos ?prendemos?, no les hacemos guiños al público, no les contestamos, siempre seguimos con la historia, que por otra parte es una historia maravillosa, muy bien escrita y con la que todo el mundo se siente identificado.

-Decía que sí quería dirigir cine. ¿Acaba de hacerlo, no?

-Sí, filmé una película en Paraguay, una película autobiográfica, hablando de mis días de niñez y adolescencia, en San Bernardino. Podía haber elegido otro tema, en un sitio neutro, pero se me ocurrió hablar de mi adolescencia, de un momento clave para mí, porque ahí tomé conciencia del compromiso para conmigo, mi familia, con la vida. La responsabilidad de decir "esto hay que cumplirlo" porque era la única manera de tener logros. Fue la primera vez que cumplí un horario para trabajar, a los 11 años, yo era cartero del pueblo, San Bernardino, hoy es una gran ciudad a orillas del lago Ytaparaí. Y quise contar como eran mis días allí, social, económica, cultural, políticamente en medio de una dictadura con todos los problemas que nos acarreaba a quienes no simpatizábamos con el partido gobernante que era el Colorado. Y contar también la influencia de los alemanes en mi pueblo, que fue fundado por ellos y están allí hasta el día de hoy. Contar mi fantasías que tenían que ver con lo que las películas, los libros me fueron narrando. Todo eso está incluído en mi película.

-Es una película referencial. Y en algún momento también dijo que iba a escribir sus memorias. ¿Es bastante introspectivo, no?

-Sí, sí, lo soy. Pero cuento hasta donde quiero contar.

-¿Eso no es difícil eso en el mundo en el que se mueve?

-No, para nada. Además yo estoy en un momento de mi vida donde elijo lo que contar, hacer, decir, ir, relacionarme con quien yo quiera. Y que nadie me obligue a nada. De repente me invitan a una reunión en tal parte y yo no tengo ganas de ir, pues no voy. No me siento con la obligación de cumplir con nadie. Yo quiero cumplir conmigo mismo.

-Y por qué en su ambiente hay tanta gente que habla más de lo que tiene que hablar, dice lo que no tiene que decir...

-Es que no es mi ambiente: es la gente. La gente en general quiere decir más de lo que tiene que decir. ¿Por qué creés que existe el Twitter o el Facebook, donde la gente comenta absolutamente todo lo que está haciendo? La gente quiere contar, la gente quiere que vos te enteres.

-¿No tiene Twitter?

-Yo tengo pero lo uso para trabajar. En mi celular no tengo ni Twitter ni Facebook. Yo los tengo en mi computadora y los uso cuando yo quiero. Y además siempre he pensado en la importancia del misterio. En una radio, por ejemplo, es mejor imaginarse lo que se dice que ver a la persona que lo está diciendo, cuando eso se hizo, fracasó.

-Pero el misterio se va a terminar cuando publique su libro de memorias?.

-Yo mi libro lo empecé a escribir hace unos cinco años. Y me apasioné. Me puse a escribir y me encantó el elegir las palabras, acudir al diccionario de sinónimos, incorporar nuevas palabras a tu léxico. A mi madre cada vez la internaban más seguido y mis hermanas y yo nos turnábamos para cuidarla. Yo llevaba mi cuadernito y escribía. Era tan ansioso que a mis amigos, cuando pasaba en limpio lo que había escrito, les decía "¿querés que te lea?".. (se ríe)?pero mi mamá falleció y dejé de escribir en ese momento. Y después apareció el guión de cine, y empecé a escribir ese guión que también era autoreferencial. Siento que quedaron muchísimas cosas importantes afuera, pero uno sabe que no puede hacer una película de tres horas para contar todo, así que inevitablemente hay que cortar?ahora estoy preparando otra película, pero no es autoreferencial, si bien también tiene un punto de contacto con mi vida. Lo que me quedó afuera del guión de mi primera película (que se estrenará este año en la Argentina), lo tendré que escribir en mis memorias?

-¿Alguna vez fantaseó con volverse al Paraguay?

-Sí, alguna vez, sobre todo cuando estaba filmando la película, fantaseé con quedarme allá. Es que me fascina el contacto con la naturaleza. A tal punto que me compré una casa en Asunción y me encantaba sentarme bajo un mango, un árbol tan frondoso que no deja pasar un rayo de sol. Durante tres años estuve muy conectado con Paraguay. Pero terminó la película y ya no hubo una necesidad de ir a menudo. Además, realmente, uno es ?víctima? de su entorno, de sus afectos, y en la Argentina están mis amigos, mi familia, tengo códigos en común. Cuando estaba en Paraguay, extrañaba ir a tomar mi cafecito en Palermo. Y aquí es donde me he recibido de profesional, porque si bien estuve en muchos países, en México, Venezuela, Puerto Rico, Perú, fue aquí donde crecí. Y tengo más años vividos aquí que en Paraguay? cuarenta años. No, no voy a dejar la Argentina, la verdad es que no me imagino viviendo en otro lado que no sea Buenos Aires. Aunque me encanta hacer mis escapadas a Mar del Plata. Pero en invierno, claro, cuando tengo toda la ciudad para mí.