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18-10-2014

"La música es un camino para expresar lo que somos"

Sus padres lo incentivaron para que practicara deportes y se dedicara a la música a fin de persuadirlo para que no eligiera prematuramente una vida religiosa. Pero finalmente, desde hace 4 años Pablo Almada combina su tiempo como misionero de la orden franciscana con su dedicación a la música. Llegó a Mar del Plata como invitado para dirigir la Banda Municipal.

A las 18 en el Teatro Colón se presentará la Banda Municipal de Música, dirigida en esta oportunidad por el maestro Pablo Almada.
Almada tiene 35 años. Desde los 12, incursionó en la música a pedido de sus padres y pasó por diferentes instituciones con la guía de destacados maestros. Estudió trombón, canto coral, viola y dirección de orquesta antes de ingresar a la orden franciscana al cumplir los 31 años. ?La música fue una excusa para alejarme un poco de mi inclinación religiosa, porque mis padres querían que yo conociera otros caminos antes de tomar una decisión que fuera para toda la vida. La idea consistía en que si vivía otras experiencias iba a poder elegir libremente?.
Su trayectoria como director de orquesta se ha enfocado especialmente en promover la creación y dirigir organismos infanto juveniles en diferentes provincias argentinas: ?siempre encuentro el tiempo para la tarea pedagógica, porque es algo que me carga el alma?.
Tras dedicarse a la música por casi 20 años, el joven director ingresó finalmente en la orden franciscana y actualmente reparte su tiempo entre los estudios en la carrera de Filosofía, las misiones en comunidades que viven situaciones desfavorables y las invitaciones para dirigir diferentes organismos artísticos.
Por ello, este domingo estará al frente de la Banda Municipal de Música invitado por el Maestro Guillermo Becerra -titular del organismo artístico- y presentará un concierto de Música Original con piezas de Alfred Reed, Jim Curnow y Robert Smith, entre otros.
-¿Cómo ve a la Banda Municipal?
-Creo que es un gran organismo que tiene mucho potencial y también muy buena disposición al trabajo, entre otras características de lo que deseamos de una Banda. Pero además, son músicos que tienen mucha energía para explotar. Acá hay mucha sangre y eso se siente con las primeras notas. Hay que aprovecharlo. Yo siempre trato de ir trabajando con el potencial de cada uno de los músicos que la componen, lo más fuerte de cada uno y buscar un equilibrio, un balance. Por eso prefiero hacer ensayos parciales, porque me permite conocer todas las filas y así ver qué se puede mejorar. Y después, con el grupo entero, escucharnos y construir colectivamente.
-¿Cuál es su meta cuando se encuentra frente a un organismo profesional?
-Lo que quiero es que cada uno logre conectarse con lo que tiene adentro, con lo que lo moviliza a hacer arte, eso que se esparce cuando es una experiencia grupal. Lo que hizo hoy la modernidad en los artistas es darle tanta técnica que uno se va olvidando de lo esencial, el porqué, las ganas, el atreverse a romper reglas. Y así uno se vuelve estructurado, más frío. Pero la música misma clama una energía, una expresión, un carácter, un volumen. Entonces trabajar desde el hacer música, y qué quiso decir el autor, para qué compuso la obra, más allá de lo técnico porque lo técnico se puede resolver o no. Pero si está la idea musical sosteniendo eso, se transmite mucha energía al espectador. Y la música es ese camino que nos permite expresar lo que verdaderamente somos.
-¿Cómo convive hoy su vocación religiosa con su perfil artístico?
-En realidad, es una sola cosa. Es difícil hablar de la vocación porque cuando uno es músico cree que el mundo es la música. El artista cree que el mundo es su arte y yo creo que nuestro arte es una parte de toda la persona, por que, por más que a mi me guste hacer jardinería, leer, cocinar, soy la misma esencia en el fondo que se expresa de diferentes maneras. Desde ahí trato de reconocerme. Esta vocación de ser franciscano tiene como original que uno tiene que ser uno, lograr encontrarse con sus pros y sus contras, con sus cosas lindas y feas y dejar salir lo que uno tiene pero desde lo cotidiano, sin sacrificios ni nada de eso. Y este es el camino por el que logré plasmar lo que soy. La música y mi vida religiosa son una sola cosa?.
-¿Se le han presentado limitaciones para dirigir por ser fraile?
-Sí. Yo podría estar dirigiendo vestido de civil hoy acá, pero yo soy esto. Si el organismo no acepta lo que soy no creo que se pueda dar lo que no soy. Me han rechazado por no querer ir de civil o, directamente, por ser fraile. El director titular es el que invita otros directores o bien uno gana un concurso, pero después hay una parte administrativa que decide. Y a veces esa es la parte que impone limitaciones. Hay una discriminación y una prejuzgamiento, que no es como a la antigua, pero incluso en la vida cotidiana al salir de hábito a la calle uno se enfrenta a esto. Pero esta es mi forma de vida. Hoy soy fraile. Mañana, Dios dirá. Esta es la forma en la que puedo expresar lo que soy haciendo, lo que me gusta?.