"Melbourne", la ópera prima del realizador iraní Nima Javidi -que la semana pasada ganó el máximo galardón del Festival Internacional de Cine de El Cairo, Egipto-, es un filme agobiante, que no da un sólo momento de respiro.

Filmada en un mismo lugar y mientras transcurren las desesperantes horas que van de la mañana, cuando una pareja empaca y ordena sus cosas con vistas a un viaje a Melbourne, hasta la noche, hora en que está prevista la partida.

En medio del caos propio del desalojo de su departamento por el viaje y mientras hacen valijas y embalan cosas, una pareja queda al cuidado de una beba recién nacida, que les deja la niñera de un vecino para hacer un trámite urgente.

Los jóvenes hablan en voz baja y eluden el cuarto para no despertar a la niña, pero un golpe de viento hace que se rompa un vidrio y ante la sorpresa del joven que en ese momento estaba en la habitación, la beba no se despierta. Es más, con horror, descubre que en realidad, está muerta.

El doloroso descubrimiento cambia abruptamente el relato amoroso de una pareja esperanzada, para transformarlos a cada uno de ellos e incluso a su relación.

La situación da paso a una angustiante alternativa de sucesos, donde la tensión se incrementa minuto a minuto, con personajes que entran y salen desconociendo lo que sucede, a diferencia de la pareja, que oculta y calla en una procesión interna imposible de soportar, que hace que el espectador se pregunte ante cada mentira, "hasta cuándo". Quizá, la misma pregunta que se hace la pareja.

El filme, magistral en su narración, cuenta además con notables actuaciones y una ambientación que logra certeramente esa sensación de asfixia que va de la pantalla al espectador.

Durante la conferencia de prensa posterior a la proyección, Javidi aseveró a LA CAPITAL que esa situación le había sucedido a él mismo, durante una reunión con otras parejas, cuando tuvo que cuidar a un bebé y le pareció que había muerto. "Pero en este caso no murió -aclaró provocando un suspiro de alivio-. En este caso, disparo´la película. "Qué hubiera sucedido si esto hubiera pasado?", fue la pregunta que se hizo el joven realizador que llegó a conquistar con su historia a dos grandes del cine iraní, protagonistas de la película con un bajisimo presupuesto.

"¿Quién sabe cuál puede ser la reacción de un ser humano ante una situación de semejante presión?", fue la otra pregunta. La película de Javidi dio sólo una de las respuestas posibles. Y lo hizo con un relato abundante en suspenso y terror sicológico, aquel que se impone cuando no se sabe qué pasará en el minuto siguiente.