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23-12-2014

Fabián Vena y Walter Quiroz ponen el corazón y precisión actoral en cada escena

Ambos encabezan "Sacco y Vanzetti", que llega con las mejores críticas tras hacer temporada en el Teatro Nacional Cervantes y el sábado estrena en el Auditorium. En medio de los ensayos dialogaron con LA CAPITAL.

Dejar el corazón en cada escena, apelar a toda la potencia teatral para lograr la precisión actoral que la obra requiere o alcanzar la comunión con el público son los conceptos que sobrevuelan cada ensayo. Así lo trasmiten Fabián Vena y Walter Quiroz mientras bajan de las tablas y realizan una suerte de reconocimiento de la sala. Ambos llegaron en las últimas horas y comenzaron a ultimar detalles junto a sus compañeros de elenco para el debut de ?Sacco y Vanzetti. Dramaturgia sumaria?, en Mar del Plata.

Se trata de una propuesta única en su estilo, que luego de cosechar las mejores críticas en Buenos Aires llega como una producción del Teatro Nacional Cervantes que estrenará el sábado a las 21 (luego las funciones serán de viernes a la lunes) en el Teatro Auditorium.

Esta pieza es una versión de Mauricio Kartun, que encabezada por Fabián Vena y Walter Quiroz cuenta con las actuaciones de Horacio Roca, Monina Bonelli, Maia Francia, Ricardo Díaz Mourelle, Jorge D'Elía, Alfredo Zenobi , Cristina Fernández, Daniel Toppino, Gustavo Pardi y Martín Urbaneja. Los músicos son: Paula Pomeraniec, Daniel Gilardi, Matías Grinberg y Gaspar Scabuzzo y la voz en off es de Horacio Peña. Todo bajo la dirección de Mariano Dossena.

Ya instalados en la ciudad, en medio del montaje y los ensayos los protagonistas dialogaron con LA CAPITAL sobre el desafío de hacer este tipo de propuesta en verano.

Al respecto, Fabián Vena comentó que ?es una satisfacción poder hacer un trabajo como éste, donde se combinan el hecho artístico y la potencia de los dichos que no son ficción, sino que han sido reales hace 100 años y aportan una mirada ideológica al país, a la gente. A eso le sumamos un espectáculo teatral del nivel artístico con el encara las cosas el Teatro Nacional Cervantes y el exitazo de público que tuvimos. Entonces estamos muy contentos porque combinar todo eso es casi imposible?.

?Ahora venir a Mar del Plata con un espectáculo como este, en medio de tantos otros que son típicos de verano, no hace más que reafirmar el nivel de variedad que hay a la hora de entretener a la gente. Por ello me alucina y es una gran alegría que el espectáculo siga teniendo vida?, agregó.

Por su parte Walter Quiroz consignó ?esta es la tercera obra consecutiva que hago con Mariano Dossena. Tres tragedias que hablan de la fe. Sabemos que los personajes van a morir pero estamos pidiendo luz, esperanza, una conciencia colectiva. Y no tenía ninguna otra expectativa que el ejercicio teatral en sí y este tríptico que propone Mariano llenó de público el Cervantes (21 mil espectadores en 31 funciones)?.

Sonriente, remarcó que ?venir a Mar del Plata es una forma de premio. Y no hay mejor que el boca a boca y el premio del público porque esta obra es una voz viva, es poesía pura, la palabra está por delante?.

La experiencia

Consustanciado con la labor en escena, Quiroz no dudó a afirmar que ?lo que pasa con el teatro es que es una invitación muy genuina, una comunión entre el público y los actores. Es por eso que esta obra invita a no actuar. Es una invitación a ser, y eso sucede?.

En tanto, Fabián Vena se refirió a la experiencia en la interpretación de su papel, a la que calificó como ?una enorme realización personal?. Y subrayó que todo se dio ?en un momento de vida en donde puedo acceder a la complejidad de estos textos y del personaje con absoluta tranquilidad?.

?Es un espectáculo ?continuó- que requiere de toda la potencia de la teatralidad de toda la emoción que uno pueda acudir. De toda la precisión profesional que uno pueda tener y también de un acuerdo ideológico con lo que se está diciendo?.

A su vez, Walter Quiroz resaltó que ?acá hay un 100 por ciento de nosotros en esto, estamos dejando el corazón y de ahí para bajo. Quiero llegar y sé que Sacco y Vanzetti tiene esa cualidad desde el libro, desde el Sacco y Vanzetti desde Kartun , Mariano Dossena, desde Fabián. Todos estamos sacando una gran flecha para llegar al corazón?.

Y en la misma sintonía, Vena coincidió en que ?esta gran obra que ha escrito Kartun pone en boca de otros personajes los cuestionamientos hacia todos los estratos de la sociedad. No queda en una diatriba hacia el poder. Eso lo convierte en una obra mucho más completa en donde desparrama ideología en todos los sentidos?.

?En mi caso hay muy poca cosa en la que realmente no esté de acuerdo?, enfatizó.

Además dijo que ?cuando se estrena la obra, que yo me acuerdo de haberla visto hace muchos años, esa mirada era muy diferente a la que le damos hoy, era una mirada netamente política. Era una mirada de aire frente a lo que veníamos de sufrir de la dictadura militar, había algo de opresión que se necesitaba liberar. Ya a esta altura de nuestra vida en sociedad ya con aguas que corrieron y el tiempo que todo la cura, habría que darle otra mirada. Hemos tenido la suerte de tener un director joven y talentoso, humilde que nos trajo una idea que avanzaba de otra forma con el texto y que avanzaba sobre la mirada del hombre simple el hombre común, que de pronto las circunstancias lo convierten en héroe?.

Finalmente, Walter Quiroz se mostró ?encantado? con la sala Astor Piazzolla del teatro Auditorium. ?Cada teatro es un número, una cifra una mística. Y acá por ahora me siento muy bien. Y los espacios son muy importantes pero el cuerpo es del que lo habita, entonces la fiesta comienza si nosotros realmente somos una antena para la voz viva de esta gente y como lo somos, el corazón está latiendo al unísono en todos nosotros?, concluyó.

La obra

Alentados por el sueño de la prosperidad en América, a principios del siglo XX, Nicola Sacco y Bartolomeo Vanzzetti llegaron a Estados Unidos como tantos italianos.

Zapatero uno, vendedor de pescado el otro, se conocieron en los alrededores de Boston donde vivían humildemente soportando las condiciones laborales que imponía el sistema norteamericano en aquellos tiempos, sobre todo a los inmigrantes.

Pensando en reivindicaciones se unieron a un grupo anarquista. El 15 de abril de 1920 fueron encarcelados, acusados de asesinato y robo a mano armada. Durante el juicio no se aportaron pruebas contundentes que los inculpara, sin embargo fueron condenados a morir en la silla eléctrica. La sentencia generó protestas de grandes sectores sociales y el aplazamiento de la ejecución varias veces, pero el 23 de agosto de 1927 se hizo efectiva en Massachusetts.