La banda marplatense Dios los cría presentará el próximo jueves en The Roxy -en el barrio porteño de Palermo- su nuevo álbum de estudio "El sonido de lo inevitable", un trabajo que -según manifiesta su vocalista Pato Duhalde- tiene el fin de "torcer una realidad desde el primer corte".

Con Antonio Torres y Leo Pino en guitarras, Alfredo Martínez al bajo y Mariano Mendoza en batería, Dios los cría vuelve a cruzar de modo tradicional -luego de ocho años- la puerta de un estudio de grabación y apela a los orígenes del meollo.

A diferencia de discos anteriores, el proceso de grabación de "El sonido de lo inevitable" ocurrió a la vieja usanza, con todos los instrumentos en simultáneo, permitiendo por un lado la comunión y espontaneidad de cada uno de ellos y por otro, la distinción individual de cada vibración.

"Buscamos que sea el puro y sincero reflejo de la actualidad de la banda en la sala de ensayo, a la vez que permite captar la esencia de la naturalidad", enfatizó Pato.

Desafiando las leyes que rigen el avance tecnológico, "El sonido de lo inevitable" rompe con la búsqueda de la perfección estandarizada y con la imagen mercantilizada del artista-ídolo lejano que tendió a gestarse en los últimos tiempos.

Es que resulta de un "proceso de mucho tiempo" y marca un cambio de "mentalidad que tiene que ver con una estética conceptual -reflexiona-; tiene el fin de torcer una realidad desde el primer corte y eso es definido por y en 'El sonido de lo inevitable'".

Con un carácter mucho más rockero -en contraposición a los trabajos anteriores que transitaban los tejes y manejes de la experimentación- Dios los cría construye en este nuevo registro una relación más visceral y emotiva con la sustancia.

"Cuando escuchamos el material terminado nos dimos cuenta de que no necesitaba defenderse, sino que podía hablar por sí mismo, y eso es lo más difícil de lograr en el arte. La música tiene su propio poder y un destino medio inevitable, pero no trágico. El amor inevitablemente produce algo", despunta.

Para el quinteto el arte, define su líder, es "un estado para modificar cosas, con eso que genera y que no se puede explicar, que entra subcutáneamente, donde la transformación es el canal de la búsqueda".

Sobre este punto del recorrido de Dios los cría, atravesado por 20 años de trayectoria, la industria, sus productos y sus falencias, la agonía de las discográficas y el declive del formato disco, encuentra el presente de sus raíces en la renovación musical.

Recostado sobre un proyecto artístico autogestionado, desde el que la infraestructura de la discográfica dejó de ser esencial y "las armas comenzaron a ser iguales para todas las bandas", el quinteto busca valerse de su talento, y de la frescura que implica poder salir a tomar aire fresco y volver, esquivando la fórmula, el confort y el producto.

Con la inscripción: "El CD está muerto, la música intacta", el quinteto trabaja activamente desde 2010 en la búsqueda de una transformación ideológica en cuanto a la industria musical y a la democratización de la música.

"En 2010, después de estar un tiempo en silencio, empezamos a colgar la música en internet para que la gente se descargara los discos y la comunicación masiva abrió un panorama distinto. La música se mueve de una forma que a nosotros nos sorprende", resume el cantante.

"Si una banda puede salir y entrar sin conflictos, es porque puede mantenerse activamente como motor generador de música, aunque no es simple evitar la fórmula que, muchas veces, conduce a la propia extinción", concluye Pato.