CERRAR

La Capital - Logo

× El País El Mundo La Zona Cultura Tecnología Gastronomía Salud Interés General La Ciudad Deportes Arte y Espectáculos Policiales Cartelera Fotos de Familia Clasificados Fúnebres
28-07-2015

"Polesello joven", una visita para chicos en el Malba

Tienen la posibilidad de recorrer la obra del artista bajo un circuito especial adaptado para niños de 5 a 11 años.

por Analia Paez (*)

En el marco del programa "Vacaciones en familia" que tiene el objetivo de acercar a los chicos al arte de una manera lúdica, el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (Malba) propone recorrer la muestra "Polesello joven 1958-1974" bajo un circuito especial adaptado para chicos de 5 a 11 años.

La visita comienza en las escalinatas del museo donde dos guías comienzan con preguntas cotidianas: "¿Saben qué es un museo?", "¿Visitaron alguno?" "¿Qué guarda un museo?" , "¿Alguna vez escucharon nombrar a un tal Rogelio Polesello?.

Los guías le presentan a los pequeños visitantes una caja roja con un enigma escondido y luego se dirigen al segundo piso, donde les muestran una gigantografía del artista trabajando en una estructura metálica y un aerógrafo en la mano.

Polesello (Buenos Aires, 1939-2014) se graduó en 1958 como profesor de grabado, dibujo y pintura en la Escuela Nacional de Bellas Artes Prilidiano Pueyrredón; al año siguiente realizó su primera exposición individual en la galería Peuser, donde empezó a investigar las posibilidades del arte óptico a partir de pinturas de composiciones geométricas vinculadas a la corriente constructivista.

Durante la recorrida, los chicos dan sus opiniones sobre lo qué es ser joven o por qué el artista trabajaba descalzo, tal como se lo ve en esa foto. Después ingresan a la sala donde el color y las formas los rodean: es la sala donde se albergan sus obras tempranas: monocopias, tintas, témperas y óleos de los años 1958 y 1959, de abstracción geométrica

En la segunda sala se destaca la obra "Signos de arena", una pintura realizada en óleo sobre madera durante 1960 y 1961 y nunca antes exhibida, Frente a ella los chicos opinan sobre cómo se realizó esa obra de cinco metros, inmensa frente a sus ojos. Los guías le cuentan que el artista realizó sus primeras experimentaciones con pistola de aire y chapas que usa como matrices para generar la vibración del color en abstracciones más libres.

La próxima sala los espera mientras el murmullo por conocer el contenido de la caja se hace más fuerte; recorren y se encuentran con los trabajos realizados durante 1964-1966.

También es una época en la que Polesello se mueve libremente entre la pintura, el diseño gráfico, textil y de objetos. Asoman sus ojos a una vitrina, que contiene revistas como "El arte del tejer", "Tiempo de Cine", afiches y catálogos de arte, todas relacionadas con el mundo de sus tapices.

El ruido de la caja roja vuelve a sonar, se sientan en el suelo ante tres inmensos acrílicos transparentes que cuelgan del techo y que deforman la mirada de las obras expuestas. La caja se abre y el misterio se devela: lupas y caireles para observar todas las obras de la sala y los grandes anillos de todos colores que creó Polesello. Luego, se paran frente a las grandes lupas y observan con detenimiento la transformación que les brinda esa lente.

La búsqueda pictórica del artista se centra en el color y en la deformación de la imagen, de forma más sintética: trabajó distintas posibilidades de la abstracción geométrica en pintura, grabado y objetos acrílicos capaces de generar efectos ópticos que descomponen la imagen. Además, participó de experiencias que trascienden el mundo de la plástica: arquitectura, diseño ambiental, diseño textil, body painting e intervenciones en espacios públicos.

El recorrido continúa, la última sala que los espera es la más asombrosa de la visita: allí se erigen grandes columnas de acrílicos tallado -transparentes y de color-, columnas y blocks (cubos), con múltiples tallas cóncavas y convexas.

Aquí los visitantes son parte de las obras, cambian de color, de forma, se ven ciento de veces repetidos, se observan chiquitos y transformados, juegan, recorren, intentan tocar todo lo que pueden para conocer un poco más sobre el material.

Finalmente, para terminar de comprender cómo trabajaba Polesello, los chicos se dirigen al taller donde las mesas llenas de materiales los esperan para que ellos puedan armar lupas y así recorrer el museo con una nueva mirada.

Esta visita taller -dirigida a niños de 5 a 11 años- tiene una duración de 90 minutos y se repite el jueves 30 a las 13.30, 15 y 16.30, el 2 de agosto a las 14.30 y 16.30 en avenida Figueroa Alcorta 3415.

(*): Télam.