?Un rescate emotivo?. Pronuncia varias veces esa frase. Se metió para adentro, llegó a su infancia y empezó a sacar, como del arcón de los recuerdos, los sonidos que poblaron su casa, su barrio Granadero Baigorria, su Rosario natal. Son esos sonidos los que le devuelven la primera juventud a su hermana Adriana, hoy maestra, la que le habló de Cortázar, la que le hizo escuchar rock nacional. Y aparecieron un conjunto de canciones folklóricas que lo representan, que lo llevan al origen. ?Este disco lo concebí mirando el cielo?, dispara el guitarrista y cantante Pablo Olmedo, como si en lo alto estuvieran ciertas claves para entender la vida.

Dice de él mismo que es un cantor, no un cantante. ?Yo puedo contar una historia, lo mío es la interpretación, tengo condiciones vocales, pero uso la canción para contar historias, porque un cantante requiere tener cierta especialización, como si fuera un gimnasta?, entiende este artista de 48 años, casado y padre de dos hijos.

Con esas dos ideas, la de rescatar las canciones de los primeros años y la de interpretarlas a su estilo, Olmedo pergeñó ?De tanto mirar el cielo?, su primer disco, que presentará oficialmente el próximo viernes 14 de agosto a las 22 en el escenario de Moreno y Olazábal. Le llevó casi tres años de trabajo.

Con producción de Salomar, el disco incluye la participación de varios músicos. Jorge Fandermole aporta su voz en ?Zamba de lo perdido?, Polo Román y Olmedo se funden en ?Zambita del patio?i tierra?, Omar Gómez toca el bajo en varias canciones, Pablo Coliqueo, de Che Joven, también aporta su voz en ?La gualichera?. A ellos se suman Horacio Soria en piano, Facundo Passeri en percusión, Marcelo Amorós también en bajo, Eduardo Palomo en teclados, Matías Rivara en trompeta y Salomar también participa en ?Vidala del diluvio?.

Eligió composiciones de Gustavo Leguizamón, Carlos Aguirre, Omar Moreno Palacios, Armando Tejada Gómez, Julio Lacarra y Jorge Fandermole, entre otros. Y decidió que, esta vez, no mostraría su veta de autor: las canciones personales serán parte de un segundo disco que empezará a grabar a finales de 2015.

?Yo me crié al lado del río (Paraná) ?evoca-. Había mucha música en casa, mi papá era violinista, mi tío bandoneonista, los dos tangueros, por mi hermana Adriana que es diez anos más grande que yo empecé a escuchar a Spinetta, Sui Generis, Mercedes Sosa. Se escuchaban los discos que ella traía y que ella tenía. Me nutrí de toda esa época?. Más tarde conoció a la trova rosarina, a una todavía poco difundida Liliana Herrero y pasó por la escuela de música de Fandermole.

Conmovido por la generosidad de su coterráneo, Olmedo recordó que retomó el contacto con Fandermole a través de las redes sociales. El 31 de diciembre de 2014 recibió un mail del rosarino que le decía que aceptaba participar de este disco, amparado en que ?si los del barrio no nos ayudamos??. Es que el destacado compositor también nació en Baigorria y le abrió las puertas de su casa para grabar su participación en el disco.

?Fandermole es un gran referente, es el nuevo Jaime Dávalos, el nuevo Cuchi Leguizamón?, entiende. Y considera que, en general, toda la música nacida de Rosario influyó e influye en los nuevos creadores. Por eso uno de sus desafíos será presentar este disco allí, en su ciudad natal, un lugar al que nunca llevó su música.

Radicado en Mar del Plata desde la década del ?90, llegó a estas costas para desarrollar tareas administrativas en una empresa que ?no entran en conflicto con la música?. Y se quedó. Acompañó con su guitarra a Alicia Frigerio, a Marita Moyano y en la actualidad viaja junto a Polo Román, el ex Chalchalero, a los escenarios que lo convocan. Produjo varios recitales, entre ellos a María Rosa Yorio, y realizó homenajes musicales al Cuchi Leguizamón y a Armando Tejada Gómez, entre otros espectáculos. ?En Mar del Plata aprendí el secreto de lo rítmico que tiene el folklore, lo aprendí de Adolfo Abalos?, dice.

Olmedo siente que el esfuerzo de casi tres anos valió la pena. Logró un disco artesanal, con espíritu independiente que resume su historia y recorta sus gustos estéticos. ?Al corporizarse, al poder entregarlo en mano, y que muchos me digan ?por fin lo terminaste? me di cuenta de lo que hice. Y la finalidad del disco es compartirlo. La verdad es que tendría que regalarlo, porque siento que Mar del Plata me ha ayudado tanto??