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01-09-2015

Un recorrido por el jazz eléctrico y latino de la mano de Stanley Clarke

El estadounidense no dejó de lado nada de su extenso repertorio que lo lleva desde el free jazz de comienzos de los 70, a sus exploraciones por el funk.

por Fabián Quintá (*)

El bajista y compositor de jazz Stanley Clarke brindó un recorrido de dos horas, sin descanso, por lo mejor del jazz eléctrico y su variante latina, al frente de un cuarteto en el que deslumbraron sus jóvenes acompañantes.

Clarke, de 60 años, se presentó ante unos 2.000 espectadores que cubrieron todas las localidades del Teatro ND, y no dejó de lado nada de su extenso repertorio que lo lleva desde el free jazz de comienzos de los 70, a sus exploraciones por el funk, en estos días.

Apenas unos minutos después de las 21, este virtuoso subió con su bajo para comenzar a desgranar varios de sus mejores temas de la época de Return to Forever, la mítica banda de jazz que integró junto al pianista Chick Corea.

En la banda se destacaron Beka Gochiashvili, en piano, Mike Mitchell, en batería y Cameron Graves en teclados, todos ellos entre los 20 y 24 años.

Estaba claro que Graves, en los teclados, era quien llevaba mayormente la parte armónica de los temas, muchas veces con sonidos que remitían a vientos, mientras que la batería de Mitchell, acerca por estructura, tenía doble bombo, y varios tambores, y por sonido, a los sonidos del rock, más que a los tradicionales del jazz.

"El jazz es un género musical que significa diferentes cosas para diferente gente y se crea mezclando diferentes tipos de música, de modo que siempre habrá nuevos y viejos devotos debido a su singularidad. El género está tan arraigado en el tejido de todas las sociedades musicales que es imposible que muera", aseguró Clarke.

Como en toda interpretación de jazz moderno, las improvisaciones fueron el centro de los temas a lo largo de dos horas de recital, sin embargo, Clarke, con su experiencia, sabía dosificar restas variaciones como para que la gente no tan amante del "free" no se aburriera con una música sin tanta melodía.

Solo los dos primeros temas Clarke utilizó el bajo, instrumento que retomaría al final, para abocarse de lleno a un contrabajo tradicional, al que le agregó un micrófono para lograr mejor sonido.

Hubo tiempo para el Latin Jazz, donde el pianista Gochiashvili y el baterista Mitchell se llevaron los aplausos de un público que concurrió a ver a Clarke. Y aquí radica uno de los grandes hechos de la noche y es la generosidad de este compositor para que sus músicos también se expresen y ganan protagonismo.

"Mis músicos escuchan a Miles Davis, pero también a Red Hot Chilli Pepers, Jimi Hendrix, o Prince, y uno también se nutre de todo eso", reconoció hace algunos días a la prensa Clarke, para destacar las múltiples influencias que tiene su trabajo.

Y lo dice él, quien ahora está incursionando por el repertorio de Bach, a partir de interpretarlo con su contrabajo con cuerda.

Además, Clarke está lejos del clásico bajista de jazz que solo se limita a mostrar sus virtudes en el instrumento. Deja el contrabajo y arenga al público para que aplauda, para que sigan el ritmo, o hagan coros, es más una fiesta que un recital tradicional.

Sabe "crear clima", y pasada la primera hora de recital, la música se hace cada vez más intensa, más latina, más divertida. Y en ese ritmo es que deja de lado el contrabajo y se volcó los últimos 20 minutos a una música más funk, la que integra su última placa UP .

"Este es mi homenaje a mi buen George Duke", dijo Clarke para incluir la música de este pianista con el que trabajó durante los últimos años.

Un final a toda orquesta, con todos los músicos en alta expresividad y con el público de pie, fue la despedida lógica para este gran interprete, esperando que regrese pronto, con más de su arte.

El jazz es un género musical que significa diferentes cosas para diferente gente y se crea mezclando diferentes tipos de música, de modo que siempre habrá nuevos y viejos devotos debido a su singularidad. "El género está tan arraigado en el tejido de todas las sociedades musicales que es imposible que muera", asegura.

(*): Télam.