La gran María Creuza se presentará esta noche a las 21 en el Teatro Radio City de Mar del Plata (San Luis 1750) con su Tributo a Vinicius de Moraes. Se trata de la segunda vez en poco tiempo en la que la vocalista brasileña llegará a esta ciudad para ofrecer un homenaje al artista y poeta connacional, creador del género de la bossa nova. Además de la fuerza de la música de Vinicius, Creuza repasará los clásicos de su carrera y el material que forjó su exitoso destino artístico.

-¿Cómo vive la previa de su segundo paso por Mar del Plata?

-Entusiasmada a más no poder, realmente contentísima, porque lo que pasó durante enero pasado fue muy estimulante para esta clase de giras que una lleva a cabo. Cuando recibís tanto afecto de la gente, tus expectativas rebasan la piel y te ponen muy loca por volver y sentir nuevamente eso, los marplatenses esa noche me demostraron que me quieren mucho y respetan. Comprendo mi destino y la enorme bendición de haber podido cantar con un poeta del calibre de Vinicius de Moraes, por eso no oculto toda mi alegría en este regreso, estoy muy rebozante de alegría pues lo ocurrido me hizo sentir abrazada cálidamente por la gente.

-¿Cómo retrata en imágenes su presente artístico?

-Honestamente si hoy describiese mi estado de ánimo como si el mismo fuera una fotografía, la misma sería probablemente con un gran sol muy brillante detrás mío, cuadro que se completaría conmigo delante muy feliz con un hermoso vestido blanco y mis brazos recibiendo con amor a todos.

-¿Su carrera la hace sentir satisfecha? Tuvo en verdad gran audacia.

-Verdaderamente no sé si fui muy astuta o arriesgada, porque soy consciente de que este largo camino musical tiene muchísimas idas y venidas, pero cada vez que lograba algo positivo, percibía ahí en cada situación que aquel era el camino adecuado que debía continuar, en muchas otras ocasiones y oportunidades me dejé guiar también por el instinto, pero siempre traté de cultivar mi espíritu y no descuidar nunca mi pasión por lo que hago. Como buena bahiana siempre mantuve mi enorme fe en la música y lo agradezco cada mañana al despertarme, porque siempre busco al iniciar un día que la gente permanezca todavía interesada en mi música. En cuanto a contexto, el repertorio que estoy haciendo últimamente percibo que le calza a mi voz con exactitud y gran delicadeza, como si se tratara de un guante, para mí alcanzar esa sensación es una cosa realmente muy fuerte. Todas las obras que canto suenan perfectas, muy adecuadas para mi voz y mi forma de ser.

-¿Cuáles considera que fueron las mejores enseñanzas que Vinicius le transmitió cuando puso en marcha su carrera artística?

-Vinicius me brindó cada día una gran lección musical, con gran contenido artístico, entendió mis formas de proceder y confirmó mis certezas cuando así correspondía, sin vueltas. Vinicius me dijo muy elocuente que tenía buena voz y mucho talento para poder tomar un tema y moldearlo bien a mi especial manera de cantar. Vinicius, seamos sinceros, era un piropeador eterno (risas), me halagaba muchísimo la voz. Ahora al evocar todo lo que él sembró en su momento percibo que no apareció en esta escena musical otro Vinicius, no solamente por una cuestión de tono histórico, político y musical de aquel período, siento que la situación vivida nos marcó para siempre a todos. Está claro que los tiempos han cambiado bastante, la música hoy ni hablar, es muy evidente que Vinicius fue alguien realmente único y no lo superaron jamás.