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30-05-2010

"Padres y docentes se sienten solos frente al crecimiento de las nuevas tecnologías"

Las comunidades educativas tienen un gran desafío que enfrentar en el uso de las nuevas tecnologías. La escritora Silvia Bacher reflexiona sobre el tema y hace una propuesta.

por Albertina Marquestau

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Frente a los fenómenos como las redes sociales, los mensajes televisivos y las nuevas tecnologías, los padres y docentes "se sienten solos". Así lo entiende la escritora y periodista Silvia Bacher, quien en su último libro "Tatuados por los medios", propone crear una "escuela wiki", donde se encuentren todos los actores sociales para "construir una escuela que trascienda" y en la que "como sucede en Wikipedia, se valide constantemente lo que se dice y hace", y donde "confluyan los saberes y los no saberes".

En diálogo con LA CAPITAL, Bacher cuya publicación recibió una distinción en la última Feria del Libro, cuestiona los estereotipos peligrosos: presentar a los docentes como analógicos irremediables, a los jóvenes como violentos y adictos, y a la escuela como el lugar del pasado.

- ¿A qué se refiere con el título "Tatuados por los medios"?

- Pensar en el título del libro fue todo un tema porque quería hacerlo desde un lugar de cierta imparcialidad en el efecto que cumple. No quería decir si son buenos, malos, positivos o negativos porque para eso me reservaba todo el contenido de los capítulos. Pero sí quería dar cuenta de la marca indeleble que nos dejan los medios, accedamos o no a ellos. Porque como sociedad estamos tatuados y atravesados de una manera tal que aunque no estemos tatuados literalmente, cuando los queremos sacar, igual queda la marca por ausencia y ese era el sentido de llamarlo de esa manera. De todos modos si los títulos fueran más extensos pensaría cuál es el tatuaje que hacen los medios y cuál la marca que deja la escuela. Por ahí navega esto en los distintos capítulos, tratando de pensar primero los medios como escuelas, las pantallas como escuelas no voluntarias, y la otra escuela, la formal que se encuentra como desorientada frente a la llegada de lo nuevo. No logra reconocer la transcendencia que tiene para poder formar a los nuevos ciudadanos como sujetos de derecho y no como consumidores.

- De alguna manera la palabra tatuados hace cierta referencia a algo negativo en el sentido de que no está siendo muy bueno lo que sucede hoy con el tema...

- Es, existen y están, y hay que pensarlos más allá de lo bueno y lo malo. Porque partir de lo negativo es partir desde el prejuicio y desde el preconcepto. Quiero decir, estas escuelas, las pantallas de televisión, de internet, el celular; fueron creados por empresarios que buscan un negocio y en el camino vamos descubriendo el potencial que tienen. El potencial para marcar negativamente, pero también para alertar sobre gran cantidad de cosas, formar en gran cantidad de temas, para informar que es un derecho básico de la ciudadanía, y en ese sentido tratar de encontrar ese punto para ver quiénes están desarrollando contenidos que son nocivos, quiénes los están programando, quiénes no tienen en cuenta esta función docente que tienen las pantallas; pero también destacar lo otro: Tratar de mirar lo que en muchos casos hacen y lo que quieren hacer. Y por otro lado, de alguna manera ver estas dos funciones de estas escuelas y de las otras como contrapeso en una sociedad que necesita fortalecer a la otra escuela para que comprenda las nuevas habilidades cognitivas que tienen los chicos, las nuevas maneras de aprender y poder incorporarlas porque si no se van filtrando esos chicos y quedan frente a estas otras escuelas que no tiene ni paros docentes, ni conflictos salariales, ni problemas de infraestructura porque están las 24 horas del día y los 365 días al año.

Falta capacitación

- La sensación general de muchos docentes es que no están preparados para hacer frente a las nuevas tecnologías, porque tampoco han sido capacitados...

- No han sido y en muchos casos todavía no lo son. Y en muchos casos están recibiendo en sus escuelas computadoras sin una fundamentación fuerte previa para entender el para qué. Y en ese sentido me gustaría hacer dos observaciones. Por un lado es cierto, muchísimos docentes dicen que tienen miedo, que no se sienten capacitados, que no fueron formados, que no entienden cuál es el proyecto y la manera de incorporar las pantallas a las aulas. En parte es responsabilidad del Estado y por otra parte de los docentes. Pero eso es algo que con el tiempo va a ir cambiando porque en la medida en que los nuevos maestros vayan llegando a las aulas con más acceso, se va a ir resolviendo el uso como herramienta de las tecnología. Lo que es indispensable es garantizar un uso socialmente significativo de esto, que no es tenerlas porque sí. Me parece que hay otro tema central y que trasciende la tecnología, en el sentido que el problema no lo traen las pantallas que lo que hacen es poner en evidencia los problemas que existen, y que en algún punto puedan a ayudar a resolverlos. Lo que de ninguna manera se va a resolver es no pensar esos problemas. Y en ese sentido pensar al docente en una sociedad que desde diferentes espacios los denosta, que durante mucho tiempo los mal pagó, los mal formó, los denostó y se encargó de esteriotiparlos y mostrarlos en forma peyorativa; fue minando la autoestima y la función de ese maestro vital que es el modelo, y el sujeto que va a acompañar a las nuevas generaciones en la recepción de una cultura para la transformación. Porque no es solamente que uno pide que se transmita cultura, sino que le dé a los estudiantes las herramientas para un pensamiento crítico que lo puede emancipar y que pueda ser un ciudadano autónomo capaz de transformar lo que le dejamos. Y en este escenario de desvalorización social del docente, el mismo docente dice: entonces yo no sé nada. Y en realidad sabe muchísimas cosas. Puede ser que no sepa tecnologías, pero sabe muchas otras que no valora.

Las demandas

- ¿Qué papel juegan los padres que siempre piden más a la escuela y que también conviven en sus casas con las nuevas tecnologías?

- Sabemos que hay todo tipo de padres, con formación académica y una mirada respecto a las tecnologías y otros que ni siquiera tienen acceso a ella. Pero más allá de eso me parece que también se sienten muy solos. Frente a fenómenos como las redes sociales, los mensajes televisivos, los tienen a ellos también entrampados en un nuevo formato. Y en ese sentido en el último capítulo yo propongo hablar de "una escuela wiki", que es la necesidad de encuentro de todos los actores sociales para construir una escuela que la trasciende, porque hoy ellas son las pantallas. Entonces poder generar desde ese espacio una escuela wiki -en referencia a Wikipedia-, que valide constantemente lo que se dice, donde se conjuguen los saberes y los no saberes y acordar en las demandas y construcciones de autoridad que muchas veces se les piden a la escuela, pero que por otro lado se les hace trampa porque no se aceptan. Y los padres, en esta situación de exigirle a la escuela la autoridad que ellos mismos no pueden ejercer marcan también la necesidad de poder pensarnos en conjunto porque la responsabilidad de los padres está en casa, pero muy ligada a la responsabilidad que le exige y pide a la escuela.

- ¿Cree que en la Argentina hay apertura para debatir estas cuestiones y establecer políticas de Estado?

- Sí, es claro que existe una intención desde las más altas esferas del poder de achicar la brecha haciendo llegar netbooks, pero la entrega de computadoras no garantiza nada. No se ha informado sobre formación anticipatoria a la llegada de estas computadoras. Hace muchos años se está hablando de este plan y que cada colegio iba a tener un proyecto. Yo no tengo convicción de que las escuelas estén recibiendo las tecnologías con proyectos. Y en ese sentido me parece excelente que los chicos tengan computadoras, pero no me parece bien que esto se mezcle con educación. Que un chico acceda a un computadora implica sólo eso, lo que no es poco, pero nada más que eso. Ahora, en las escuelas el compromiso debería pasar por los proyectos para que la tecnología cambie la educación y garantice calidad para todos, y eso no se ve. Yo no veo proyectos educativos desde las escuelas que conlleven una búsqueda que trascienda el teclado. Las políticas públicas deberían garantizar lo otro para hacer un salto en la calidad de la educación y eso no pareciera estar dándose todavía.

Quién es

Silvia Bacher es egresada del Instituto Nacional Superior de Profesorado Joaquín V. González, donde se formó en Letras. Es becaria de Eisenhower Exchange Fellowships, Salzburg Seminar y Unesco-París. Periodista, especializada en temas de educación. Diseña y dirige proyectos nacionales y regionales sobre comunicación, educación, infancia y juventud (Unesco, OEI, Unicef). Fundadora de la Asociación Civil Las otras voces. Comunicación para la democracia, recibió distinciones por su trayectoria y trabajos de la Universidad de Buenos Aires, entre otras. Entre sus libros se destacan Diálogos sobre comunicación y juventud (2004) y Entre jóvenes. Comunicación y VIH (en coautoría) (2002).