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18-10-2013

El verano que Mar del Plata conoció a Vinicius de Moraes

Hoy hubiera cumplido 100 años Vinicius de Moraes. El maestro que vivió apasionadamente y abrevó en todos los placeres, aunque le fuera la salud en ello. Llegó a Mar del Plata por primera vez en 1971 para presentarse en La Fusa con un grupo de talentosos músicos.

por Susy Scándali

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"Deben ver todos los lagartos que la cosa viene en serio y debemos dejar la costa de la playa con la arena sola?. Firmado: MLH-Tupamaros.

La nota, encontrada en el bar Anón de Montevideo en diciembre de 1970, anticipaba que el horno no estaba para bollos en Uruguay y mucho menos en Punta del Este, el lugar elegido por Silvina Muñiz y Coco Pérez para abrir La Fusa, un café concert pensado para el disfrute de la buena música, tranquila y sin estridencias. Pensado por ejemplo, para Vinicius de Moraes, que por entonces ya había dejado definitivamente la diplomacia para dedicarse por entero a la poesía y a la música, algo que Brasil no dejará de agradecerle nunca. Claro, tampoco nosotros?

El tema es que descartada Punta del Este para el verano del 71, la mirada del matrimonio se posó sobre Mar del Plata, la ciudad que ya había dejado de ser la coqueta villa veraniega de los porteños para transformarse en el lugar de descanso de todos los argentinos.

Silvina Muñiz, motor del proyecto, eligió para poner La Fusa marplatense la zona de Playa Grande. Fue en la esquina de Aristóbulo del Valle y Rodríguez Peña, donde ahora se alza un enorme edificio y antes, en esos tiempos, la mansión veraniega de la familia Zubebüller. En la planta baja, funcionaba el restaurante Villa d´Este. Arriba, se ubicó La Fusa, exclusivo lugar que decoró el artista plástico Juan Gatti, quien pintó murales en todas las paredes, contratado especialmente por Silvina Muñiz. Allí fue donde se presentó por primera vez en Mar del Plata el maestro Vinicius de Moraes.

El por entonces jovencísimo Toquinho fue de la partida. Así como María Bethania, Chico Buarque de Hollanda, Horacio Molina y en febrero, para cerrar el verano, María Creuza.

La experiencia cambio´la vida del barrio, donde nunca antes se había vivido tal movimiento de autos y colas de gente. Y se la cambió, fundamentalmente, a una nena de diez u once años que sin imaginárselo, iba a vivir un verano inolvidable: la de Belén Pérez Muñiz, hija del matrimonio Muñiz-Pérez que con sus cinco hermanos, compartió la atípica vida del talentoso grupo de músicos en la casona que alquilaron sus padres en la calle Alem, a poco más de una cuadra de La Fusa, donde vivieron todos ese verano

Un verano caliente

Ese recién comenzado 1971 cuando Mar del Plata esperaba ?otra vez- a miles de turistas y ?por primera vez- a Vinicius de Moraes, fue un año convulsivo.

En Uruguay los Tupamaros se hacían fuertes, por lo que el 10 de enero, el presidente Jorge Pacheco Areco asumió poderes extraordinarios para luchar contra los guerrilleros, quienes tenían en su poder al cónsul de Brasil en Uruguay, al que liberan recién en febrero, tras más de 200 días de secuestro.

Y en la Argentina, todo preanunciaba la asonada del 23 de marzo cuando la Junta de Comandantes destituye al general Roberto Levingston para colocar en la presidencia, tres días después, al general Alejandro Agustín Lanusse. O sea, un golpe destituye a otro golpe?

En Chile, el presidente Salvador Allende nacionalizaba la banca privada.

Estados Unidos seguía haciendo de las suyas: el 2 de febrero de ese año Ecuador solicitaba que se retiraran las fuerzas estadounidenses estacionadas en su territorio. El 13 de febrero, en el marco de la Guerra de Vietnam, tropas de Vietnam del Sur, apoyadas por los Estados Unidos, invadían Laos.

Ese año, que comenzaba caóticamente, Vinicius se olvidaba del mundo en la bañadera de la calle Alem, aquí en Mar del Plata, donde se daba interminables baños, rodeado de cigarrillos, libros, diarios, whisky y hielo. Y música: ese era el lugar elegido para convocar a los músicos a componer y cantar.

Con ojitos asombrados, Belén asistía embelesada a todo ese alboroto.

La casa estaba llena de chicos: los seis de la pareja, las hijas de Horacio Molina y Chunchuna Villafañe y la nena de Gesse, la por entonces esposa de Vinicius. Difícil precisar qué numero de esposa era. Cuando murió, en 1980, los cables decían que estaba acompañado de su sexta esposa, pero cuando estuvo en Mar del Plata en 1978, las crónicas hablaban de su octava esposa. Otra nota periodística, de 2003, cuando Vinicius hubiera cumplido 90 años, afirma que fueron nueve. Qué más da. El mismo Vinicius decía, en una nota con el periodista Fernando Sánchez Zinny en febrero de 1978, como anticipo de su vuelta a Mar del Plata, que ?me transformé un poco casualmente en un ?showman??el suceso económico es muy importante para mí, que me caso tan a menudo y que de cada matrimonio no salvo sino el cepillo de dientes??.

Pero ese verano de 1971, Vinicius sólo pensaba en la música. Y la música, se iba abriendo camino en el corazón de Belén.

?Vinicius estuvo en Mar del Plata ese verano de 1971, porque en Uruguay tuvieron problemas políticos, por la dictadura", recuerda Belén. Y sigue: "No pudieron abrir allá y decidieron abrir en Mar del Plata, a todo trapo. Vinicius, Toquinho, María Creuza, Chico Buarque, María Bethania, la Matarazzo y los argentinos Horacio Molina y Antonio Gasalla entre otros. Pero no fue una buena temporada. Fue un éxito de público, pero trajeron muchos artistas, muchos ayudantes, mucha gente contratada y se gastó más de lo que se ganó. Fue una experiencia increíble para todos los que pudimos compartir con él ese verano. Mis padres alquilaron una casa muy grande, muy linda, en Alem. Todavía recuerdo las hortensias enormes de esa casona??

Belén Pérez Muñiz seguramente está sonriendo del otro lado de la línea telefónica mientras recuerda ese verano. Hace largos silencios buscando en su memoria detalles, anécdotas de los momentos vividos en la casona y de las historias que el maestro le contaba.

?Mis papás alquilaron esa casa enorme y convivíamos todos. Fue inolvidable, para mí y mis hermanos. Yo en ese momento era chica pero estaba muy atraída por la música y especialmente la de Brasil, que sonaba muchísimo en mi casa. Estaba fascinada de verlos componer, cantar, a Nana Caimi, la hermana de Dori Caimi, una de las mejores cantantes que dio Brasil, a María Bethania, que me impactó cuando la vi por primera vez, vestida con una túnica blanca? todos ellos?y yo los escuchaba realmente fascinada?.

Una experiencia fuerte para una nena de entre 10 y 11 años, que ya paladeaba la música y especialmente la de Brasil?

?Yo estaba siempre pegada a ellos?, se ríe y recuerda: ?Había más de diez chicos en esa casa ese verano: las hijas de Horacio Molina y Chunchuna Villafañe, la hija de la mujer de Vinicius y nosotros, que éramos seis hermanos. Pero la que estaba siempre con ellos era yo, porque me gustaba escucharlos. De hecho después mucho más adelante en el tiempo ellos hicieron el disco ?El arca de noé? y en él un tema, ?A casa?, ?La casa?, inspirado en la casa de Alem. Es un disco infantil que hicieron Vinicius y Toquinho años después e incluyeron ese tema, cantado en portugués?.

Belén cuenta que el grupo de artistas vivía ?al revés?: ?Se levantaban casi cuando nosotros nos acostábamos?a veces nos permitían ir a verlos, me acuerdo que estaba tan lleno que la gente se sentaba en el piso, lo ovacionaba? yo iba entusiasmada y me hubiera quedado, pero terminaban muy tarde, así que nos traían antes para que estuviéramos dormidos cuando volvían??.

Y es que mucho de lo que se vivía en la casona no era apto para menores: durante unos días de ese verano, según refiere el libro ?Nuestro Vinicius?, editado por Sudamericana en 2010, durante un tiempo fue de la partida una periodista de Primera Plana, Helena Goñi, contratada para hacer la prensa y relaciones públicas de La Fusa en Mar del Plata, quien recuerda que ?Cuando salíamos (de la Fusa), después del show, empezaba a amanecer y el cielo tenía un color algo rosado. Con Vinicius, Toquinho y Chico íbamos bajando hasta Alem, para la casa. Con un brazo Chico levantaba la guitarra y con el otro me abrazaba mientras decía a los gritos: ¡O céu de rosa caralho!, señalando el cielo con su guitarra. También me decía: Helena, Helena, vem me consolar, que después supe que es de una canción popular brasileña. Nuestra habitaciones estaban unidas por una puerta interna. En Alem se cogía más que en la JP. Y eso es decir mucho??.

Pero de día Belén y los muchos chicos que compartían la casa con los músicos, disfrutaban de su arte. Y lo dijimos antes, a Belén la marcó profundamente Vinicius.

?Años después ?dice- nos cruzamos en Uruguay, el había ido a Punta a descansar con su última mujer, Gilda, con la que me une hoy una amistad y yo ya había empezado a cantar, era muy joven. El me escuchó cuando estaba haciendo un show con Horacio Molina y le dijo a mi mamá que le gustaba mucho. Y juntos hicimos un show muy lindo. Hicimos dos presentaciones en Uruguay, tres en la Argentina, fueron los últimos que el dio en esos países. Estuvimos en La Fusa de Buenos Aires, para mí fue increíble que me escuchara, le gustó como interpretaba, el timbre de voz? tengo todo grabado, varios de los shows que hicimos y donde él mismo cuenta qué es lo que vio y le gustó de mi?.

Y es que según Belén, ?El tenía una cosa que he visto en pocos grandes artistas: era supergeneroso. El veía que un artista joven tenía potencial y lo apoyaba, siempre le daba una oportunidad, como creo que me la dio a mí. Yo me siento bendecida, porque era algo que yo había soñado siempre: ?Qué lindo sería cantar con vinicius en un escenario?, de repente un día se me dio. Fue una oportunidad única, tan única que marcó mi carrera?.

Belén Pérez Muñiz sigue cantando y varias veces se presentó en la Bodega del Auditorium en Mar del Plata.

?Me siento su ahijada, musicalmente hablando, porque él me dio el primer empujón. Me influenció muchísimo, sobre todo en el repertorio. Pensá que yo tenía 15 años y él me hizo cantar temas muy profundos. Entonces entendía el sentido, pero ahora la madurez hace que los interprete de otra manera. El como maestro tenía mucha incidencia en cómo se iba a armar el show, los temas, en algunos arreglos aunque no era músico pero tenía una oreja increíble. Tenía temas con música y letra de él. Agarraba la guitarra y tocaba, no era un eximio, pero se le ocurrían cosas y lo lindo de Vinicius, por lo que la gente lo quiere tanto, era su generosidad".

Para los cien años de Vinicius, Belén preparó un show con el que se presenta en Buenos Aires y que sueña con traer a Mar del Plata, donde pasó un verano inolvidable.

Quedó la música?

Apoyado por el éxito de público logrado en La Fusa marplatense, el productor Alfredo Radoszynski le propuso a Vinicius grabar un larga duración con los temas de la temporada.

Así se hizo y fue grabado por Vinicius, Toquinho y María Creuza en Buenos Aires, con ?Mojarra? Fernández en contrabajo y el ?Zurdo? Roizner en batería, recreando los shows realizados ese año en ?La Fusa? de Aristóbulo del Valle.

El LP, incluye, a pedido del propio Vinicius, la grabación de ambiente de ese local como fondo, la que estuvo a cargo del marplatense Alfredo Savasta, con un equipamiento que ?según refiere Jorge Battilana y ratifica José Fernández Quintela-, fabricó especialmente para la ocasión el propio Savasta.

El disco lleva el nombre Vinicius de Moraes - Vinicius + Bethânia + Toquinho... En La Fusa Mar Del Plata (Album Completo 1971) e incluye los siguientes temas: A tonga da mironga do kabulete, É de manhá, Samba da rosa, Testamento, Samba de bençao, Tarde em Itapoa, Viramundo, Apelo, Como dizia o poeta, O que tinha de ser y O dia da Criaçao.

Fernández Quintela recuerda esa grabación y también los shows de Vinicius de Moraes en Mar del Plata: "Después de La Fusa en el 71 -dice- estuvo en el 78 en el Hermitage. Era extremadamente agradable, el tipo con la copa en la mano te hacía soñar que estabas en cualquier lado del mundo. Creaba todo el clima, era un maestro para eso. Y tenía un gran sentido del humor: a su boliche en Río, le había puesto "Cirrosis"...

"Esa vez que estuvo en el Hermitage -se ríe- fueron tres días de locura. Yo estuve esos tres días prácticamente internado ahí, me habían pedido colaboración para la conferencia de prensa (era director artístico de LU6) y me quedé, lo llevé a "Ferio" Espinosa para que lo conociera... yo por entonces fumaba unos cigarrillos largos, marrones, él me vio y me pidió uno... le dije "pero usted no puede fumar..." y es que Vinicius ya había estado jorobado, le habían hecho by pass... pero se rió y agarró un cigarrillo, se lo fumó con placer...".

Vinicius, que hoy hubiera cumplido 100 años, murió el 9 de julio de 1980. Estaba en su bañadera, rodeado de cigarrillos, libros, whisky y hielo...