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23-07-2014

Hace más de un mes el Concejo funciona con presidente provisional y sin secretario

Las denuncias que salpican a Vilma Baragiola y su prolongada ausencia por razones de salud provocan que haya diversos contratiempos en el funcionamiento del Concejo. Se esperan definiciones que ayuden a normalizar la actividad del cuerpo.

Esta semana se cumplirán 40 días desde que, aconsejada por sus médicos, la radical Vilma Baragiola se viera forzada a abandonar su banca de concejal. Un complejo cuadro de salud, que incluyó síntomas de estrés, deshidratación y problemas estomacales, la obligaron a alejarse de la escena pública en momentos en los que distintos bloques políticos le reclamaban que se apartara de la presidencia del Concejo Deliberante y de que pusieran en marcha una comisión para investigar su actuación durante el análisis de un controvertido proyecto de ordenanza, cuyo tratamiento también despertó sospechas que están siendo investigadas por la Justicia.

La ausencia de Baragiola quedó justificada por la presentación consecutiva de 5 pedidos de licencia por breves períodos de tiempo, que ya suman más de un mes.

Desde entonces, el Concejo Deliberante está funcionando de una manera anómala y sin perspectivas ciertas de que la situación vaya a normalizarse en el corto plazo. La última licencia solicitada por Baragiola concluirá la semana que viene y no se sabe si cuando llegue ese momento regresará a sus funciones. Tampoco se sabe si en el caso de que su ausencia se prolongue, volverá a pedir una licencia breve, que siga condicionando la posibilidad de que Concejo vuelva a funcionar con normalidad y de que comiencen a ser remediados los múltiples inconvenientes que generó el "affaire" que la tiene como protagonista.

A pesar de la ausencia de Baragiola, la dinámica natural de las cosas está provocando que el Deliberativo tenga en agenda una serie de asuntos de relativa trascendencia, tales como la prórroga del contrato con la empresa recolectora de residuos, un pedido de aumento del boleto de colectivos o un proyecto de ordenanza para que Obras Sanitarias colabore, con una inversión de 25 millones de pesos, en la reparación de las instalaciones de escuelas públicas provinciales.

Agenda cargada

Todas estas iniciativas están en tratamiento en distintas comisiones, las cuales continúan funcionando con relativa normalidad pero a la espera de que de a poco el cuerpo pueda reorganizarse. Por lo pronto, las denuncias que salpicaron a Baragiola provocaron que la persona a la que ella había propuesto para que ocupara la secretaría del Concejo, Antonio Costantino, fuera removida del cargo generando que ese puesto se encuentre vacante desde el pasado 6 de junio.

La destitución de Costantino fue uno de los primeros efectos que tuvo una denuncia pública de la dirigente del Sindicato de Camioneros, Eva Moyano, sobre un pedido de "colaboraciones" por parte de la UCR para tratar un proyecto de ordenanza. Moyano reclamaba que el Concejo aprobara un pedido de su gremio para desafectar del listado de bienes patrimoniales el chalet ubicado en Santa Fe y Falucho, para construir en ese lote una ampliación del hotel sindical emplazado en el terreno lindero.

Ante esos dichos, el mismo comité radical hizo una denuncia ante la Justicia, donde Moyano aclaró que "nadie pidió una cantidad de dinero" pero dejó en manos del fiscal un video en el cual se la ve conversando sobre este asunto con Baragiola, Costantino y el asesor del bloque de la UCR, Emiliano Mensor.

Tras la remoción del secretario, los bloques políticos, salvo el radical, pidieron primero que la concejal abandonara la presidencia del Concejo y luego de eso crearon una comisión para analizar su actuación. En ese momento Baragiola solicitó su primera licencia médica.

A partir de entonces su banca quedó a cargo del concejal suplente de la UCR, Gonzalo Quevedo, mientras que la titularidad del cuerpo recayó en el vicepresidente primero, Héctor Rosso (Acción Marplatense) quien desde entonces intenta que el Deliberativo funcione con la mayor normalidad posible.

El día a día

Sin embargo, la falta de certezas sobre el destino de Baragiola genera que su actuación, como la de sus pares, se vea condicionada. Rosso debe aceptar, por ejemplo, que el Concejo haya funcionado durante casi 50 días sin secretario. Además, para poder asumir la presidencia del cuerpo, el concejal debió dejar la presidencia de la comisión de Hacienda que estaba a su cargo, dejando esa función en manos del radical Eduardo Abud.

A la espera del regreso de Baragiola, Rosso tampoco ocupa el despacho de la presidencia del Concejo y ejerce ese rol en compañía de todos los colaboradores que en su momento designó la concejal radical dentro de esa dependencia. Como un elemento adicional, aparece la actitud del vicepresidente segundo del Concejo, Carlos Arroyo (Agrupación Atlántica), quien suele mostrarse renuente a asumir la responsabilidad de ejercer la presidencia cuando las circunstancias lo ameritan. Por caso, en las últimas dos sesiones eludió subir al estrado cada vez que Rosso bajó a ocupar su banca para intervenir en los debates, obligando a que ese papel lo cumpliera el presidente de la comisión de Legislación, Ariel Ciano (Acción Marplatense). La actitud de Arroyo de rehuirle a esta clase de compromisos no es nueva, ya que a pesar de ser el jefe de su propia bancada, suele encomendarle al concejal José Cano asistir a las reuniones de presidentes de bloques.

Ante las dudas sobre si Baragiola regresará, la atención se posa sobre el bloque radical, al que por estas horas, no parece incomodarle que dadas las circunstancias, la titularidad del cuerpo no esté en sus manos. Durante las últimas semanas no surgió desde la UCR ni un solo reclamo para recuperar el cargo, lo que obedecería a la falta de acuerdo dentro de la propia bancada, para proponer a un reemplazante, ya sea de manera interina o permanente. Mientras tanto, la situación de la concejal sigue sumando complicaciones ante la aparición de una nueva denuncia judicial por extorsión, realizada por un particular, que la salpica tanto a ella como a su entorno político cercano.