Paanet, Red de apoyo, contención y asistencia a niños y adolescentes con cáncer, lanzó dos de un total de cuatro microemprendimientos productivos. El objetivo es comprometer a las familias de los niños y adolescentes que están atravesando el largo y complejo proceso del tratamiento contra el cáncer, de manera de ayudarlos a despejarse, a poner la cabeza en alguna tarea manual y, al mismo tiempo, obtener alguna ganancia que ayude a la economía familiar.

De esta forma, la entidad que trabaja con chicos con cáncer desde hace 18 años, puso en marcha los MEP (Micro Emprendimientos Productivos) con capacitaciones y canalización de comercialización de los productos logrados.

Así, están en marcha los emprendimientos de cestería con papel reciclado y los de confección de bolsas de mandados.

Mientras, se trabaja para la implementación, en poco tiempo, de otro llamado "onda barbijos" y un cuarto de línea de artículos de escritorio, también con papel reciclado.

La presidente de Paanet, Silvina Oudshoorn y la mamá colaboradora Malvina Tavares, explicaron detalles del nuevo proyecto que comenzó con grandes expectativas y buenos resultados.

"Cuando un nene tiene cáncer, el nene, más sus hermanos, más los papás, todo el grupo familiar se ve envuelto en muchos cambios, desarticulaciones, cambio de roles, toda una cuestión de reacomodamiento de la familia que es complicada. Desde Paanet lo que estamos buscando es involucrar más a la familia, para que no quede como un ser pasivo a la que las cosas le pasan. No elegimos tener a nuestros chicos con cáncer, pero si elegimos como reaccionar ante las cosas que pasan. Por eso proponemos que hagan la historia con sus propias manos, que no dejen que la vida les pase por encima sino que modifiquen lo que está pasando. Así se nos ocurre presentar microemprendimientos productivos", explicaron.

Sobre el de cestería contaron que "empezamos con ese porque el costo es 0. Usamos los diarios viejos, se construyeron los montantes y el trabajo es una forma de alejarse de lo que está pasando, poner las manos en función de otra cosa y producir un objeto final que tiene un valor no sólo comercial, sino de algo terminado, hecho con las propias manos y energía, mientras mi hijo está en tratamiento o ya no está y muestra que, pese a todo, se puede seguir haciendo cosas".

Este emprendimiento se lanzó unos días antes del día del amigo. "Hicimos canastas que rellenamos con chocolates y con galletitas. fue la primera tirada grande y tuvo muy buena repercusión. Cada mama que participó se llevó su porcentaje por la venta de los canastos".

Si bien las referentes indicaron que "cuando hay un tratamiento de este tipo todo son gastos, todo es a menos" por eso cualquier contribución a la economía familiar suma, también indicaron que "el aporte es mucho más que el dinero, es el sentir que se hace algo, que se trabaja en salud, en una actividad que te pone la cabeza en otra cosa por un rato".

Las integrantes de Paanet señalaron que "cuando una familia entra en este tema, todo es malo, el diagnóstico, el tratamiento, la terapéutica es invasiva, todo es dolor y sufrimiento. Entonces cuando se puede ver que se puede construir algo desde un elemento que era de deshecho, de despojo, el mensaje es que a partir de la destrucción, se puede generar y construir".

Por eso los 4 proyectos tienen que ver con cuidar el ambiente, cuidarse a uno mismo y cuidar la salud.

El proyecto de ecobolsas, que también está en marcha, es posible gracias a una gran donación de polipropileno de alta densidad y de 3 máquinas de coser que consiguieron de una empresa del rubro.

"El material se cose con las máquinas y las bolsas se pintan con los modelos de mariposas de un concurso que hicimos en Paanet" señalaron.

Asimismo ya están trabajando en la implementación del tercer proyecto productivo, que tiene que ver con los barbijos. La idea es reciclar e intervenir barbijos (con su correspondiente esterilización para q ue sean reutilizables). "Los chicos con cáncer utilizan un montón de barbijos, uno o más por día, no porque el cáncer sea contagioso, eso es un mito que hay que erradicar, sino porque cuando están haciendo la quimioterapia tienen bajas las defensas entonces se ponen el barbijo para cuidarse de los gérmenes del resto de las personas. Pero muchas veces el barbijo hace de barrera y muchos nenes ven que los miran como bichos raros. Entonces se nos ocurrió que sean bichos bien raros, y la idea es pintarlos con colores, con bigotes, con dientes, con lenguas de costado, etc. La idea es tener un stock para los chicos que puedan necesitarlos y también para vender".

Cuando el proyecto onda barbijos esté en marcha, comenzará también el de reciclado de papel con una línea de escritorio lo más amplia posible. "Ya tenemos los bastidores" indicaron.

"Lo que queremos es impactar sobre la calidad de vida de los chicos y las familias" reflexionaron para finalizar.