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14-09-2014

Estudiar en la universidad ¿debe ser un derecho o un privilegio?

Un estudio publicado recientemente puso en discusión el sistema universitario público en el país. Desde la casa de altos estudios local dan su visión sobre una temática polémica.

El análisis del Centro de Estudios de Educación Argentina que reveló que en las universidad públicas el 44% de los alumnos aprueba una materia por año, generó disconformidad por parte de autoridades y referentes locales quienes plantearon también una "intencionalidad" en las cifras presentadas.

El trabajo, basado en el anuario de estadísticas universitarias correspondiente a 2011 que publica el Ministerio de Educación de la Nación, estuvo a cargo de la Universidad de Belgrano que dirige Alieto Guadagni. Allí se ubica en el puesto 21 (dentro de 40 universidades nacionales) a la Universidad Nacional de Mar del Plata, con un 43.7% de estudiantes que no aprobaron más de 1 materia en 2011.

"Este tipo de estudios yo no lo comparto. Primero porque no hay un estudio de la cohorte individual, y segundo porque se toma como un costo, cosa que no es así porque la educación es una inversión", advirtió el rector de la Universidad Nacional de Mar del Plata, Francisco Morea.

En diálogo con LA CAPITAL, el rector dijo que "el sistema universitario argentino transita por un período de lentificación" y lo atribuyó a "problemáticas socioeconómicas". A la vez que admitió: "Por supuesto que esto no me parece bien, y si estamos haciendo algo mal hay que mejorarlo, pero no poner el signo pesos por delante".

Consultado sobre los resultados del trabajo que publicó un matutino porteño que generó cuestionamientos y malestar en varios sectores, Morea aseguró que la lentificación -que implica que algunos estudiantes tarden varios años más en recibirse-, "estaría relacionada con cuestiones socioeconómicas". Al respecto dijo que "ir a la universidad, a pesar de ser gratuita, tener becas, comedor, etc; no deja de ser un costo importante para la familia, sobre todo si por ejemplo ese joven no está trabajando".

Asimismo el rector advirtió que en los últimos años observan un "estancamiento en la cantidad de inscriptos. El sistema de ingreso ahora es irrestricto, pero a pesar de ello la cantidad de inscriptos está en una meseta". Y comentó que sobre la temática "están trabajando bastante fuerte y queremos convencer a las Facultades para que amplíen su oferta de carreras cortas. Creemos que hay una serie de jóvenes que no están dispuestos a hacer carreras de 5 o 6 años, por eso es necesario hacer modificaciones".

El rector planteó la necesidad de que se produzca "una verdadera federalización" del sistema universitario. Y consideró que "no se trata de crear nuevas universidades, sino de crear sedes o centro regionales universitarios, que acerquen la educación universitaria a los barrios y tiendan a disminuir los desplazamientos de los jóvenes". También dijo que "es necesario" trabajar en la articulación con el nivel secundario. "Hay una mirada muy utilitaria de la universidad en el sentido de decir: vos tenés que estudiar para recibirte y trabajar. La educación no es solamente eso, sino que es una parte. Se trata de formarse, aprender métodos para resolver problemas, tener capacidad de entender el contexto social y físico que lo rodea, todo esto da también autonomía y forma ciudadanos", consideró.

Otra mirada crítica

Para Fernando Hammond, becario del Grupo de Estudios Universitarios de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad Nacional de Mar del Plata, en la investigación se hace referencia también al valor por graduado (de universidades públicas), que supera los u$s 60.000. Este indicador posee "importantes limitaciones" para describir la dinámica de la educación en las universidades públicas. Esto "se debe a que las universidades no sólo utilizan su presupuesto para actividades de enseñanza sino que también realizan actividades de investigación, de extensión, de transferencia, y una serie de externalidades positivas no cuantificables pero comprobadas", aclaró.

El valor analítico del indicador que utiliza el trabajo, según Hammond, "disminuye aún más" cuando lo presenta sin un parámetro de comparación, "lamentablemente este indicador costo por graduado, no se puede calcular para el caso de las universidades privadas ya que la información requerida no se encuentra disponible públicamente", aseguró.

En este marco el becario consideró que la intención del Centro "es denostar a las universidades públicas y al Estado por una supuesta ?ineficiencia en el gasto?, ante esto se debe informar que -en promedio- el 75% del presupuesto que ejecutan las universidades nacionales se transfiere mediante salarios a docentes y personal de apoyo de todo el territorio argentino". Entonces comparó esto con algunos países de Iberoamérica donde se observa que el gasto público por alumno -medido como porcentaje del ingreso per cápita destinado a educación superior pública- que realiza Argentina, es del 15%; mientras que países como México destinan un 37%, Brasil un 30%, Portugal un 28%, Colombia 26%, Paraguay 26%, España 25%, Uruguay 18%, Chile 11% . Asimismo, el sistema universitario público -respecto de los países señalados- es de los más grandes -por su población estudiantil- y masivos -por su tasa de escolaridad promedio- con lo cual lejos de considerar excesivo el presupuesto universitario, este pareciera ser escaso".

Ante la información de que el 44% de los estudiantes de universidades públicas aprueba una materia por año, Hammond propuso deconstruir este indicador "¿Qué se considera materia? Cursar y aprobar materias anuales es distinto a cursar y aprobar materias cuatrimestrales, las cuales son muy habituales en universidades privadas que ofrecen ciclos de enseñanza comparativamente más abreviados y segmentados". Adicionalmente, dijo que al citar este indicador, "no se realiza ninguna comparación, omisión que consideramos puede llevar a conjeturas sesgadas sobre la eficiencia de las universidades nacionales".

Las privadas

Consultando las mismas fuentes que Guadagni, de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales observaron que "en las universidades privadas el porcentaje de estudiantes que aprueba como máximo una materia por año es del 24%, esto es llamativo ya que el costo de oportunidad de progresar lentamente en dicha instituciones es presumiblemente más alto que en una pública, y además porque se trata de estudiantes que, en general, tienen condiciones objetivas comparativamente más ventajosas". ¿Quiénes estudian en las universidades públicas y quiénes en las privadas?, se preguntaron. "Las universidades públicas además de recibir a estudiantes provenientes de sectores medios y medios-altos, reciben estudiantes de sectores sociales vulnerables -el 20% de los que acceden pertenecen al quintil de la población más pobre de nuestro país". Por ende, consideró, "con mayores dificultades para afrontar las barreras materiales y simbólicas que hay que sortear para lograr un título universitario, esta problemática no la tienen las instituciones educativas privadas que en general reciben estudiantes de sectores más favorecidos".

Según se desprende la información estadística analizada por los integrantes del Grupo, de cada 100 estudiantes ?nuevos inscriptos? en universidades nacionales luego de seis años egresan en promedio 22. En cambio en las universidades privadas ese indicador alcanza a 47. "Naturalmente no todas las instituciones privadas ni las públicas son iguales, ni forman con la misma calidad a sus egresados, pero dejamos esta interrogante abierta: ¿Por qué será tanta la diferencia en los niveles de graduación en el sector privado respecto del público?", dijo Hammond.

Por último, remarcaron que estas discusiones sobre el presente y futuro de los sistemas educativos, "visibilizan pujas de poder donde se juegan visiones contrapuestas de la sociedad y el Estado". Desde el Grupo de Investigación entendieron que "el esfuerzo económico que hace el Estado en educación es una inversión necesaria -seguramente insuficiente- en este momento histórico donde las desigualdades sociales parecen acentuarse y la educación debería evitar su reproducción".