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30-09-2014

"Necesitamos comprender cómo interactúan las neuronas y el cerebro"

"Todavía estamos intentando dilucidar los procesos básicos que guían las funciones del cerebro", afirmó el Premio Nobel de Fisiología y Medicina, Thomas Südhof, en una entrevista realizada desde Mar del Plata.

Thomas Südhof, Premio Nobel de Fisiología y Medicina, aseguró que "la evidencia actual demuestra que la mayoría de las enfermedades que afectan al cerebro están relacionadas con cambios genéticos", y en este contexto alegó que "estos cambios genéticos, probablemente, predisponen enfermedades y juegan un rol central en el desarrollo de la enfermedad, pero, solos, no explican la enfermedad. Realmente, necesitamos entender qué sucede, qué pasa en la enfermedad", enfatizó.

El prestigioso científico concedió una entrevista al programa de radio por internet "El microscopio" de Mar del Plata, oportunidad en la que sostuvo que "nuestro descubrimiento, nuestro trabajo devela y da un primer paso hacia cómo trabaja el cerebro. Se necesita hacer, aún, mucho más. Todavía estamos intentando dilucidar los procesos básicos que guían las funciones del cerebro".

En otro tramo de la entrevista, Thomas Südhof dijo que "el cerebro puede hacer muchas cosas. Es impresionante conocer todas las habilidades que tiene".

Thomas Südhof nació el 22 de diciembre 1955 en Göttingen, Alemania. Se trasladó a los Estados Unidos en 1983 tras graduarse en Medicina en la Universidad de Göttingen en 1982. Centró las investigaciones en su laboratorio de la Universidad de Stanford. Ha investigado las sinapsis, procesos de intercambio de información, que permiten que las neuronas se comuniquen con otras en cuestión de nanosegundos. Ha estudiado las moléculas que intervienen en la sinapsis y cómo ese intercambio de moléculas se produce de manera exacta y precisa. El 7 de octubre de 2013 fue galardonado con el Premio Nobel de Fisiología y Medicina por su trabajo con los estadounidenses James Rothman y Randy Schekman sobre tráfico vesicular.

La entrevista fue realizada por Hernán y Santiago Fares Taie.

-¿Cómo fue el momento en que lo llamaron para decirle que había ganado el premio Nobel?

-La anécdota de cómo gané el premio es un poco inusual. Y, algunos, ya saben de esto porque está publicada la llamada telefónica en la página de internet de la Fundación Nobel. Les cuento que estaba viajando en España, en auto. De hecho, estaba manejando, yendo a una reunión. Ahí, en ese momento, me enteré de esa noticia tan maravillosa para mí. En primera instancia, no les creía. Me llevó unos instantes darme cuenta de lo que me estaban diciendo. Estaba completamente sorprendido. Estaba, obviamente, extremadamente contento y, a su vez, me preguntaba si no habrían cometido algún error con la llamada.

Cómo habla una célula nerviosa

- ¿Nos podría contar sobre el tema que lo llevó a ganar el premio?

-Sí, voy a tratar de ser claro. Cuando pensamos en el cerebro decimos que es el órgano más importante del cuerpo. Cuando el cerebro trabaja, están en funcionamiento billones y billones de células nerviosas que se comunican, constantemente, unas con otras. El idioma en el que hablan implica señales químicas que se liberan desde una célula nerviosa hacia otra. Estas señales químicas que median información, transfieren el lenguaje, se liberan en forma de conexiones especializadas entre las células nerviosas: esto se llama sinapsis. Mi trabajo intenta entender cómo una célula nerviosa puede hablar. Cómo puede liberar esta señal química para que hable y se comunique con otra célula nerviosa. El trabajo es sobre un proceso fundamental que le permite al cerebro funcionar. Es sobre cómo el cerebro puede procesar la información para tomar decisiones sobre lo que hay que hacer. Todo esto, por tanto, implica comunicación continua de las células nerviosas, durante la sinapsis.

-¿Cuánto tiempo le llevó descubrir todo esto?

-Empezamos a trabajar en el proyecto en 1986. Muchos descubrimientos transcurrieron durante la década de los años noventa. Pero, creo que uno de los trabajos más importantes fue después del año 2000. Diría, en general, que el descubrimiento llevó 20 años.

-¿Y cuáles son las posibles aplicaciones clínicas de los descubrimientos?

-Esa es una pregunta muy importante, porque hay muchas enfermedades devastadoras que afectan al cerebro y causan muchísimo sufrimiento, como Alzheimer, Parkinson, esquizofrenia, depresión, autismo y muchas otras. El problema con todas estas enfermedades es que, desde el punto de vista médico, no sabemos qué es lo que está pasando. No las entendemos. No conocemos la causa, ni lo que, realmente, está pasando. No podemos saber esto. Y, si no entendemos esto, no podemos saber cómo trabaja el cerebro. Nuestro descubrimiento, nuestro trabajo devela y da un primer paso hacia cómo trabaja el cerebro. Se necesita hacer, aún, mucho más. Todavía estamos intentando dilucidar los procesos básicos que guían las funciones del cerebro. Con esto surge el tema de las aplicaciones clínicas. El trabajo que realizamos no tiene, realmente, una aplicación clínica. Tiene relevancia para entender mecanismos, pero todos ellos son desordenes. Sin embargo, este tipo de estudio ha reunido colegas que estudian el cerebro. Esto es absolutamente esencial si vamos a desarrollar tratamientos para enfermedades del cerebro. Tenemos que tener toda la información, porque, sin eso no podemos hacer ningún progreso para tratar estas enfermedades. La evidencia actual demuestra que la mayoría de las enfermedades que afectan al cerebro están relacionadas con cambios genéticos. Y, estos cambios genéticos, probablemente, predisponen enfermedades y juegan un rol central en el desarrollo de la enfermedad, pero, solos, no explican la enfermedad. Realmente, necesitamos entender qué sucede, qué pasa en la enfermedad. Muchas de las enfermedades no son autoinmunes. Sin embargo, la esclerosis múltiple implica componentes inmunológicos. No todo es autoinmune, también, puede haber inflamaciones. En conclusión, necesitamos comprender cómo las neuronas y el cerebro interactúan.

Lo mágico del cerebro

-¿Cómo empezó a trabajar en esta área de la ciencia?

-Empecé a trabajar en ciencia porque como estudiante de medicina, me di cuenta que los tratamientos de enfermedades cerebrales son incompletos e ineficientes. Eso implica que no entendemos la enfermedad, pero tampoco entendemos al organismo sano. En un comienzo, estaba motivado en saber cómo trabajaba el cuerpo humano, qué causaba las enfermedades, porque creía que la práctica de la medicina no podía tratar enfermedades adecuadamente. Estaba interesado en la maravillosa biología del cuerpo: cuán mágico es el cerebro, en muchos aspectos. El cerebro puede hacer muchas cosas. Es impresionante conocer todas las habilidades que tiene.

-¿Cómo eligió el tema para desarrollar la tesis doctoral?

-Fue realizada con el consejo de mis mentores, con quienes hice mi tesis doctoral en Alemania. No sé si tiene importancia el trabajo de la tesis, porque te da, solamente, la formación básica en ciencia, pero, no importa el tema en el que trabajes. Es importante en lo que se trabaja después, cuándo, realmente, se elige lo que se quiere estudiar, en el área de interés de cada uno. Cuando se es científico siempre estás estudiando, ya sea cuando se es alumno en la universidad o cuando se está haciendo el trabajo post doctoral. En mi trabajo post doctoral aprendí mucho de mis maestros y mentores, mucho de lo que sé lo aprendí de ellos. Ellos fueron parte de mi inspiración como científico. Aprendí mucho cuando los observaba y trabajaba. Intentaba aprender lo más posible para poder hacer los trabajos en mi propio laboratorio. De hecho, tomé muchas cosas de ellos. Cosas que hago en mi laboratorio.

-¿Quisiera darles algún mensaje a los jóvenes científicos?

-El mensaje más significativo que podría dar es: en la ciencia, el objetivo más importante, una vez que se tiene la libertad y la oportunidad de elegir en lo que se quiere trabajar, es poder trabajar en un tema o en una pregunta que les interese. Cuando uno está estudiando, o en entrenamiento, o realizando el post doctorado, el tema de estudio no es importante, sino que los profesores son importantes. La calidad de los mentores es importante. Pero una vez que se pasa esa etapa y se está en la posición de elegir el propio tema de estudio, creo que lo más importante es qué es lo que les interesa personalmente. Cuál es la pasión de cada uno. Qué es lo qué piensan del mundo. Eso es más importante que lo que se piense en el momento o esté de moda. Es importante trabajar en cosas que sean interesantes para cada uno. La única razón por la que se es científico es porque se cree en el talento de cada uno y en el trabajo que llevan adelante. De otra forma, creo que no valdría la pena.