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20-11-2014

El Comando dedica un cuarto de su actividad a verificar por qué se activan las alarmas

En las últimas 10 semanas el 27% de las actuaciones del Comando estuvieron vinculadas con la activación de alarmas. En más del 90% de los casos se trató de falsas alertas. Analizan el fenómeno para evitar que la policía siga distrayendo sus recursos con esta actividad.

El análisis de la estadísticas vinculadas a la actuación del Comando de Prevención Comunitaria (CPC) revela que este organismo viene dedicándole una enorme cantidad de recursos a responder a las llamadas recibidas por el 911 por la activación de alarmas de seguridad en las viviendas y comercios de la ciudad. Durante las últimas 10 semanas de este año, los móviles del CPC concurrieron 8174 veces a distintos domicilios particulares para verificar los motivos de estas alertas, sin haber encontrado ninguna anormalidad en más del 90% de los casos.

Es decir que casi 27% de las actuaciones del Comando consistieron en desplazar patrulleros y personal hasta lugares donde las alarmas se activaron por la acción del viento, problemas técnicos o el descuido y la distracción de vecinos y comerciantes.

La detección de este dato provocó que en las últimas semanas el Centro de Análisis Estratégico del Delito que funciona en la Secretaría de Seguridad de la comuna comenzara a evaluar el fenómeno con detenimiento y a advertir sobre la posibilidad de que la fuerza policial esté dilapidando recursos humanos y económicos para actuar ante situaciones completamente triviales.

Tras analizar la información, el organismo se dedicó a recomponer cuál es la cadena de eventos que se suceden cada vez que se activa una alarma, para intentar reorganizar el mecanismo de respuesta y evitar que el Comando siga distrayendo su atención hacia este tipo de situaciones.

Empresas de monitoreo

El director del Centro, Tobías Schleider, le explicó a LA CAPITAL que una de las primeras medidas consistió en convocar a los responsables de las empresas de monitoreo para conocer de qué manera actúan cada vez que reciben alertas y acordar una nueva manera de trabajar.

El funcionario precisó que la mayoría de las compañías hicieron saber que su respuesta es la de dar aviso al 911, lo que termina provocando que el Comando deba movilizar al patrullero más cercano, independientemente de que la empresa que preste el servicio también disponga de móviles propios para concurrir hasta el lugar.

Schleider comentó que por estos días, el equipo de analistas del Centro está observando en detalle toda la información reunida hasta el momento para determinar, por ejemplo, si existen compañías más propensas que otras a requerir la actuación policial y cuáles podrían ser los motivos en cada caso para sugerir mejoras en los procedimientos.

Por lo pronto, el organismo se abocó a establecer cuál es la incidencia que la activación de las alarmas está teniendo en el desempeño del CPC, evaluando los datos de los meses de septiembre y octubre últimos.

Lo que se detectó fue que la necesidad de responder ante esta clase de alertas explica el 25% de intervenciones realizadas por el organismo policial en septiembre y el 27% en octubre. En ambos períodos, la zona en la cual se produjo la mayoría de los casos fue la cuadrícula número 45 perteneciente a la Comisaría Séptima, rodeada por las calles Río Negro, Patagones, Ortega y Gasset y la avenida Constitución.

Según el estudio, en septiembre hubo 211 actuaciones del CPC por alarmas dentro de esta área y en octubre otras 266, generando que en los dos meses evaluados allí se concentrara aproximadamente el 10% de todos los casos ocurridos dentro de todo el Partido de General Pueyrredon. Un dato curioso es que la cantidad de alertas originadas en esta zona durante ambos meses, como mínimo, duplicó al número registrado en las cuadrículas linderas.

Pico de demanda

Luego de que el Centro de Análisis del Delito diera a conocer este informe, una nueva publicación del organismo sobre la actuación del CPC arrojó otro dato llamativo: entre el 7 y el 13 de noviembre últimos, es decir la semana pasada, se registró el pico máximo de despachos de patrulleros por la activación de alarmas de todo el año, con 1055 casos. Es decir que durante ese período el 33% de la actividad de los patrulleros que recorren la ciudad estuvo orientada a verificar las razones por las que sonaron alarmas en viviendas y comercios particulares.

Fuentes consultadas por LA CAPITAL reconocieron además que los efectivos policiales no disponen de ningún protocolo específico y claro para actuar ante estos casos. Por lo tanto todo parece depender del criterio del personal. Es así como algunos pueden decidir bajar del patrullero para investigar lo ocurrido mientras que otros bien pueden permanecer a bordo del móvil para observar la situación.

Al tratar de encontrar algunas razones que explicaran la magnitud de este fenómeno el Centro exploró una teoría que a priori podría resultar obvia. "Se planteó desde las fuerzas policiales una hipótesis sencilla para explicar ciertos picos en la demanda de asistencia por alarmas emanadas de los despachos del 911. El argumento fue que las condiciones climáticas, en especial el viento, provocaban un aumento de los llamados y alertas por alarmas", indicó el organismo en el estudio relacionado con este tema.

Pero el resultado fue sorprendente. En contra de lo supuesto no fue detectada una relación evidente entre los días de viento y tormenta con los días de mayor activación de alarmas. "Los datos objetivos muestran que no existe una relación directa entre las condiciones climáticas y los llamados por alarmas. Esto implica que las hipótesis, claramente, han de ser otras. Probablemente, las activaciones de las alarmas tengan más que ver con errores de los usuarios o con un mal mantenimiento técnico por parte de las empresas de monitoreo y seguridad privada", se concluyó en el informe.