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21-12-2014

Usurpación de viviendas revela graves conflictos vecinales en Belisario Roldán

La llegada de nuevos planes de vivienda al barrio no estuvo acompañada por mejoras urbanísticas. Ahora, muchas de esas casas presentan un severo deterioro. Aún así, una banda se dedicaba a extorsionar a sus dueños para usurparlas. Los vecinos denuncian el mal estado general de la zona y la intensificación del delito.

Cuando hace más de 5 años Sabrina y su familia llegaron a su nueva casa del Plan Federal de Viviendas, ubicada en el barrio Belisario Roldán, creyeron que se iniciaba un nuevo capítulo en sus vidas. Por primera vez ella, su madre y sus cuatro pequeños hermanos contaban con un techo propio y la perspectiva de comenzar a recorrer un camino de progreso. Pero las dificultades para abrirse paso se hicieron presentes en poco tiempo.

Su madre recayó en las adicciones a las drogas y un día abandonó el hogar.

Con 19 años Sabrina se vio obligada a dedicarse a la crianza de sus hermanos y de su propio hijo, nacido siendo madre soltera.

Sola y sin recursos la joven quiso confiar en la aparente buena voluntad de sus vecinos. Entonces aceptó la ayuda de una pareja que, al igual que ella, vivía en el Plan Federal y que por razones que ella aún desconocía, ya tenía una muy mala reputación en el barrio.

En lo que pareció ser un gesto desinteresado, primero se hicieron cargo de la crianza de los más pequeños. Después Sabrina comenzó a ser amenazada hasta que la echaron de su casa por la fuerza. Tras dudarlo durante mucho tiempo, la joven se animó a presentar su caso ante las autoridades.

Su denuncia derivó en el inicio de una causa que terminó con la detención de esa pareja y de otras personas más, acusadas de integrar una banda dedicada a extorsionar a los vecinos del Plan Federal para despojarlos de sus viviendas. Según la Justicia, su objetivo era el de usurpar esas propiedades para luego alquilarlas a personas sin techo. El caso de Sabrina no resultó ser el único. Y la tarea de hostigar a los vecinos para obligarlos a abandonar sus casas, aparentemente, no era el único delito al que se dedicaba la banda.

Hoy todos están detenidos e imputados por amenazas agravadas, lesiones, usurpación de inmueble, extorsión, robo doblemente agravado por su comisión en poblado y en banda y por el uso de arma de fuego, daño y coacción agravada.

Planteos ante el municipio

El desenlace de este caso parece haber animado a los vecinos de este barrio periférico de Mar del Plata a denunciar en voz alta lo que les ocurre. Por eso semanas atrás varios de ellos se atrevieron a presentarse ante la comisión de Calidad de Vida del Concejo Deliberante para contar ante los concejales cómo es vivir hoy en ese lugar. ?Se requieren muchas obras de infraestructura para todos los habitantes de esa zona quienes atraviesan una grave situación de inseguridad?, dijo el concejal radical Mario Rodríguez tras escuchar a los vecinos. La gente no sólo habló sobre las usurpaciones, sino que también reclamó por el estado general del barrio: plantearon su queja por la falta de pavimentos, las inundaciones, la proliferación de basurales clandestinos y el proceso de deterioro estructural que afecta al Plan Federal, construido hace menos de una década.

?La venta de drogas es otra de las máximas preocupaciones de la gente?, subrayó por su parte el concejal de Acción Marplatense, Alejandro Ferro.

Según le contó a LA CAPITAL Miguel, un vecino que vive en Belisario Roldán hace más de 30 años, en sus orígenes este era un barrio ?tranquilo y alejado? del centro, en el que vivía ?gente humilde y de trabajo?.

El impacto de nuevos complejos

Décadas atrás, sufrió un primer cambio al ser construido en un amplio predio un complejo habitacional del Sindicato de Gastronómicos. Lo que no llegó junto a aquel conjunto de pequeños edificios fue alguna mejora. El barrio siguió teniendo -como ocurre aún hoy- dos tercios de sus calles sin pavimentar y prácticamente ninguna obra de desagüe, lo que lo constituye en una de las zonas más castigadas por las inundaciones pluviales.

Hace casi 10 años, un nuevo proyecto de viviendas llegó a Belisario Roldán.

Esta vez fueron casi 500 casas del Plan Federal, asignadas a familias generalmente humildes. ?A partir de entonces las cosas empeoraron un poco más?, contó Miguel, recordando que en aquél entonces él integraba la comisión directiva de la sociedad de fomento. Según dijo, de inmediato aparecieron los problemas de convivencia, en especial entre familias que provenían de otros lugares de la ciudad y que mantuvieron sus rivalidades en el nuevo barrio. ?Hubo muchas quejas por la mala calidad de las casas y muchos problemas que nunca pudimos resolver?, aseguró. En agosto, la Justicia ordenó que se realizara una pericia técnica ante las innumerables denuncias de los habitantes del plan por el rápido deterioro experimentado en sus viviendas.

El dictamen de la Fiscalía de Delitos Económicos detectó graves defectos de "humedad y condensación", filtraciones por las imperfecciones en los revoques exteriores y desperfectos en la aislación hidráulica de las losas. Los peritos también notaron rajaduras de paredes y techos, humedad en paredes y pisos, falencias en la mampostería y hasta "la existencia de una pared con electricidad derivada de la excesiva humedad que brota de los ambientes".

También marcaron desprendimientos de revestimientos cerámicos, presencia de hongos en muros y pisos, filtraciones de agua a través de instalaciones sanitarias, diferencia de grifería en distintas viviendas e imposibilidad de levantamiento de tapas de inodoros.

Todos estos resultados les fueron comunicados a autoridades provinciales y municipales, exigiéndoles una respuesta que aún no llegó. La casa de Sabrina era una de las tantas que presentaba esta clase de problemas, pero aún así, se convirtió en un objetivo para quienes decidieron usurparla para lucrar con ella. El rápido deterioro sufrido por estas viviendas hizo que en los últimos años varias de las familias beneficiadas originalmente con el Plan Federal decidieran alejarse del barrio. Los que aún viven ahí, dentro y fuera de este complejo, esperan que ante la repercusión que adquirió el caso las autoridades se enfoquen en resolver sus problemas.

Esta semana Belisario Roldán volvió a cobrar notoriedad, cuando el barrio se quedó durante dos días sin servicio nocturno de transporte tras la resistencia de los choferes de la línea 532 a circular por el lugar.

El hecho que desató la protesta fue el robo sufrido por un chofer en Juan B.Justo y 186 por parte de una pareja que tras golpearlo y amenazarlo con un arma, lo despojaron de sus pertenencias.

Finalmente se acordó una solución transitoria: disponer que la Policía acompañe a los colectivos al transitar por la zona.