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19-04-2015

Lidiar con el aumento de la basura, un duro desafío para los municipios

Rosalba Sarafián, especialista de la Ceamse, advirtió que la gestión de los residuos no depende sólo de un relleno sanitario y una buena separación en origen. También se necesita concientizar y comunicar adecuadamente.

por Ramiro Melucci

La generación de los residuos tiene una tendencia creciente. En la mayoría de los municipios, la frecuencia de la recolección atenta contra la separación en origen. Para una adecuada gestión no sólo se necesitan un relleno sanitario y una buena clasificación: también hay que saber comunicar y concientizar. A la vez, para reducir costos en el tratamiento es clave que "tres, cuatro o cinco municipios" realicen la disposición final en un mismo lugar.

Como una maestra a sus alumnos, Rosalba Sarafián, experta de la Ceamse (Coordinación Ecológica Área Metropolitana Sociedad del Estado), brindó una serie de definiciones ante alcaldes, intendentes y funcionarios municipales interesados en la gestión de los residuos, a quienes les dejó en claro que "un relleno no es un basural: es una obra de ingeniería" a través de la que "se captan líquidos, se captan gases" y hasta se puede generar energía. Gerente de Saneamiento y Mantenimiento de la Ceamse, Sarafián disertó en el panel "Gestión ambiental sustentable" de la Cumbre Latinoamericana de Ciudades y Gobiernos Locales, que concluyó el viernes en la ciudad.

"Las etapas de la gestión de residuos son complementarias e interdependientes entre sí, y se desarrollan dentro de un sistema. Esto implica que la gestión de los residuos está ligada a un montón de factores que no dependen sólo de un buen relleno sanitario o una buena separación en origen, sino que también dependen de una buena concientización, una buena comunicación, una buena gestión de los recicladores informales para tratar de formalizarlos", subrayó.

Aunque en todos lados se busca reutilizar, reducir y reciclar, "en el mundo la tendencia de los residuos está aumentando", con lo cual su gestión es tan importante ahora como lo va a ser en el futuro. "Por más que tratemos de reducir el 50% de lo que llevemos a disposición final, seguramente el desarrollo industrial, los nuevos materiales, las nuevas tecnologías van a hacer que tengamos una matriz de residuos que nos haga pensar en cómo tratar de eliminarlos", advirtió Sarafián.

Menos frecuencia

La especialista aclaró que, mientras más frecuente sea la recolección, menos eficiente será la separación en origen. "En la Argentina, y en general en Latinoamérica, tenemos demasiada frecuencia de recolección, de cinco, seis veces por semana. Y ustedes van a ver que los modelos europeos u otros modelos tienen una recolección de dos o tres veces por semana, donde el ciudadano tiene que poner lo suyo en su hogar para tratar de recuperar, reducir y separar en origen", comentó.

En la Argentina, dijo, hay que poner el foco en la separación de los residuos. Que es muy difícil, que hay que crear conciencia y que los resultados no se logran de un día para el otro "ya lo sabemos". En esa línea, destacó que los municipios que ya tienen separación en origen con recolección diferenciada "van por el buen camino". Las estadísticas muestran que el proceso "es lento pero posible", alentó.

"Nos encantaría que muchos más municipios comiencen no sólo lo que llaman un plan piloto. Creo que tenemos que salir del plan piloto y tratar de plantear algo un poquito más grande, con más ambición, no siempre quedarnos en la separación en la manzana piloto, sino avanzar con un plan, planificar de acá a cinco años y poder ejecutar progresivamente ese plan", sugirió.

Desde su punto de vista, las plantas de separación y clasificación no solucionan la gestión de los residuos. "Si sólo tenemos un excelente sistema de separación en origen y una hermosa planta... hemos visto muchísimos municipios que atrás de la hermosa planta tienen un hermoso basural", ironizó. Dijo que las plantas son "la cáscara", y consideró indispensable "un buen sistema de disposición final o un buen tratamiento", que puede ser, entre otras opciones, mediante el encapsulado o el enfardado de los residuos.

Regionalización

"A medida que nosotros incrementamos tecnología y modernizamos el relleno, los costos van aumentando", indicó Sarafián. Esos costos se reducen "muchísimo" si se regionaliza la disposición final. "Si unimos municipios podemos salir del relleno sanitario tradicional para pasar a uno que funcione como biorreactor", sugirió. "Podemos tener rellenos con una buena cobertura, que no tengan olor, que tengan impermeabilización en su base", apuntó. Para implementarlo se necesita el proceso diario de "como mínimo" 300 toneladas de residuos.

Si se aspira a un escalón todavía más alto, se puede generar energía. "En el relleno se producen reacciones fisicoquímicas, nosotros captamos el gas y lo estamos convirtiendo en energía a través de motogeneradores", contó. Esa energía va luego a la red pública nacional.

Sarafián también hizo una sugerencia con respecto a la confección de los presupuestos municipales. Mencionó que "en la mayoría" figuran en una misma partida la recolección y la disposición final. Lo consideró un error porque "todo el presupuesto se utiliza para la recolección y no queda nada para tratamiento y disposición final". Por eso recomendó "separar bien" las partidas para "tener un presupuesto acorde a las necesidades del municipio".