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19-04-2015

Video juegos "made in Mar del Plata", una industria en pleno crecimiento

La generación de productos marplatenses abarca a las TICS (empresas de información y comunicación) que, poco a poco, van haciendo su camino en la economía local. En la ciudad unas diez empresas se dedican a la creación de video juegos que se venden a nivel global y están en continuo movimiento.

La pantalla muestra a un chico, a bordo de un karting, que va circulando por una calle superando distintos obstáculos, a la vez que puede comprar accesorios como un casco de seguridad. Esa es la trama central del "Crazy Cart", el video juego presentado a nivel mundial la semana pasada por "Trick Gaming Studios".

En su escritorio, y rodeado de múltiples soportes electrónicos, el ingeniero en Sistemas Julián Muro (29 años) reconoce que "es el sueño del pibe. Más allá del trabajo, es mi pasión, y hacer lo que te gusta es lo mejor".

"Estamos en un nicho con un gran futuro y con mucha proyección -explica el ingeniero en Informática Sebastián Estevez (44), de "MDQ Lab"-, por lo que creemos que es necesario comunicar, motivar e incentivar a que más gente se sume".

En esa suma pretende incluir "a los más jóvenes y a los que todavía no encontraron su vocación, para que vean que es posible trabajar y vivir de la industria de los videojuegos en Mar del Plata".

Los profesionales del área nadan en optimismo. La empresa de Estévez creó, en 2012, el videojuego "Finger Olimpics" orientado a aprovechar la fiebre olímpica de Londres, y para octubre de este año planean lanzar un videojuego del tipo FPS (first person shooter) para dispositivos móviles.

Tanto Muro como Estévez se definen como "apasionados" por lo que hacen y reconocen que se trata de su vocación. "De chico jugaba a inventar juegos", cuenta Estévez, que estudio en la universidad Fasta y durante su infancia gastó tardes enteras jugando al Pacman en Sacoa.

Muro, por su parte, relata que armó la empresa con sus socios -y compañeros de estudios en la Universidad Nacional del Centro (Tandil)- para poder vivir "del fanatismo que teníamos de chicos por los juegos. Hice de todo, pero en un momento nos propusimos hacer juegos y acá estamos".

Futuro

Actualmente, en la ciudad, existen una decena de empresas que se dedican a crear video juegos. Claro que hay dos formas de hacerlo: creas tu propio juego o se fabrica una herramienta de servicio para una determinada empresa.

"Crazy Carts -detalla Muro- nació de un pedido que nos hizo una fábrica de kartings de verdad. Querían una herramienta de marketing para promocionar el producto y en base a eso pensamos qué tipo de juego estaría relacionado con este karting".

Ambos profesionales coinciden en que "el nicho es gigante" y aventuran que "en Mar del Plata podés hacer lo que se te ocurra". También reconocen que el sector tiene algunas limitaciones, como la poca difusión de las actividades desarrolladas y hasta la falta de mano de obra calificada.

Con ese fin, están nucleados en Aticma y trabajan mancomunadamente con la Municipalidad local.

En el futuro de muro figura "desarrollar nuestros propios video juegos, pensados por nosotros y no como servicio para otra empresa". Estévez coincide y suma: "Nuestro plan es continuar desarrollando videojuegos de mejor calidad y con mayor alcance internacional".

Proceso

El proceso de desarrollo de un videojuego generalmente incluye la concepción de la idea, el diseño, planificación, producción y pruebas. Muchos lo comparan con la filmación de una película.

"En forma resumida, el proceso es similar al desarrollo de software en general, aunque la mayor diferencia radica en la necesidad de contar no sólo con programadores sino también con una gran participación de distintos sectores creativos como diseñadores gráficos, 2D/3D, guionistas, músicos, diseñadores de niveles, etc", enumera Estévez, en cuya empresa trabajan alrededor de 12 personas con distintas especialidades.

Así, en primera instancia, se tienen en cuenta aspectos fundamentales que conformarán el videojuego, ya sea "el género, cual va a ser el foco y la 'magia' del mismo, que es lo que tiene de atractivo, adictivo, novedoso o divertido", describe.

El diseño implica, además del guión, el arte conceptual, la mecánica y las reglas que van a interactuar en las distintas entidades que componen el videojuego. También se define el modelo de monetización, es decir, de qué forma se van a obtener los ingresos económicos.

"Hay que tener en cuenta que debe generar ingresos -apunta Muro-, como publicidad u objetos para comprar, como un casquito en nuestro caso. El costo se puede recuperar en base a las publicidades".

La planificación incluye la "identificación de las tareas y se reparten entre los distintas personas del equipo. Se fijan plazos de tiempo y reuniones periódicas para hacer un seguimiento de los avances, y la verificación de acuerdo a lo proyectado", añade el comandante de un grupo interdisciplinario de profesionales independientes conformado por dos ingenieros en Informática; un modelador 3D; un ilustrador y diseñador gráfico 2D; un guionista y un sonidista y musicalizador.

A la pantalla

En la etapa de producción, se fusionan las tareas de las áreas de programación, diseño de niveles, ilustración en 2D, animación y modelado 3D, musicalización y sonido, entre otras. "El equipo humano es la clave que permitirá obtener buenos o malos resultados", resume Estévez.

Acto seguido, se trabaja en buscar y corregir los errores de programación y testear y mejorar la jugabilidad y, por lo general, se recomienda que esas pruebas sean llevadas a cabo por un equipo externo.

Una vez finalizado y publicado el juego, se entra en una etapa de recopilación de información que "debe permitir identificar nuevos errores y los cambios que son necesarios para mejorar el juego en todos sus aspectos, ya sea de diseño, jugabilidad, monetización".

Los video juegos se publican en stores online (como Apple AppStore, Google PlayStore, Windows Store, Steam, etc.) y desde allí el público los baja para jugar.