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23-05-2015

Estudiantes secundarios tienen una edad mayor a la esperada para su nivel

El último informe del Observatorio de la Cámara de Diputados bonaerense evidencia los distintos índices de repitencia, sobreedad y abandono que se presentan en la escuela secundaria pública y la privada de la provincia de Buenos Aires. Aquí, el análisis de los especialistas.

Por Luciana Mateo.

Corresponsal en La Plata

En General Pueyrredon, cerca de la mitad de los estudiantes del nivel secundario superior tiene una edad mayor a la teóricamente esperada para el nivel educativo que cursa.

Según el informe ?La adolescencia Midde? realizado por el Observatorio Social Legislativo (OSL) de la Cámara de Diputados bonaerense, la tasa de sobreedad de alumnos de escuelas públicas en el municipio es del 44,5%, mientras que en las privadas es del 17,7%.

El esquema municipal es similar al que presenta el resto de la provincia, donde el índice de sobreedad en el sector público alcanza al 48,2% de los alumnos, mientras que en el privado se mantiene en el 18,8%.

Los datos aportados por el informe elaborado en 2014 evidencian la distancia que existe entre el sector público y el privado, disparidad que también queda de manifiesto en otros índices como el de repitencia ?en General Pueyrredon es del 7,5% en la escuela pública y 2,5% en la privada- y la tasa de abandono, que en el partido es del 14,5% en el sector estatal y del 4,8% en el privado.

?En las escuelas privadas las cosas andan mejor y no es que las privadas de la provincia sean Harvard, también hay mucha escuela privada de bajo nivel?, dice Gustavo Iaies, director del Centro de Estudios en Políticas Públicas (CEPP) y licenciado en Ciencias de la Educación de la UBA.

?Pero lo que se debería plantear el sector público es qué pasa en el otro modelo de gestión que puede retener más chicos, con menos sobreedad?, analiza en diálogo con LA CAPITAL.

Para Roxana Perazza, licenciada en Ciencias de la Educación de la UBA y compiladora del libro ?Pensar lo público? (2008, Aique Educación), en cambio, las estadísticas evidencian otras cuestiones: ?El sistema privado en Argentina tiene circuitos formales e informales para que los repitentes no sigan perteneciendo al sistema. Entonces siempre encontramos en las estadísticas que las escuelas privadas tienen un porcentaje muy bajo o a veces nulo de repitentes porque optan por que aquel que repite no siga permaneciendo en la escuela?, explica a este diario.

?Esto no sólo les baja el porcentaje sino que además los corre de la responsabilidad de repensar la enseñanza con chicos que repiten el año?, agrega.

Perazza -ex secretaria de Educación de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires- destaca a su vez como ?un dato interesante? el hecho de que los alumnos con sobreedad son ?chicos que pasaron por la escuela e insisten en volver a estudiar?.

Abandono temprano

La escuela secundaria bonaerense tiene poco más de 1,5 millones de alumnos (1.079.257 en el sector público y 497.875 en el privado); y la tasa de abandono es del 15,1% en el público y de 6,1% en el privado.

El informe presentado recientemente en La Plata ?elaborado en base a datos de la Dirección General de Cultura y Educación provincial- aclara que ?el concepto abandono o deserción no implica necesariamente responsabilizar al ?sujeto que abandona?, ampliando de este modo el escenario social e institucional sobre los cuales se construyen los datos que se presentan a lo largo de este documento?.

Para Norberto Liwski, director del OSL, uno de los desafíos pendientes en materia educativa en la provincia es, precisamente, ampliar la finalización de la escuela secundaria.

?La deserción se produce generalmente transcurridos los 3 primeros años; además observamos que a menores ingresos se corresponde mayor incidencia de la temprana salida de la escuela?, asegura a LA CAPITAL.

Liwski ?también pediatra social y educador- destaca en ese sentido la aplicación del Programa Fines ?que ofrece terminar la escuela por fuera de los ciclos tradicionales- pero añade que ?la escuela secundaria tiene que seguir revisando desde su propia estructura de funcionamiento hasta los atractivos pedagógicos?.

El director del OSL plantea al respecto la necesidad de que todas las escuelas de la provincia cuenten con jornada educativa extendida y también con la posibilidad de introducir actividades del campo artístico, investigativo, deportivo y social.

?Deberíamos proponer otra escuela?

Perazza coincide en que ?deberíamos proponerle otra escuela secundaria a los jóvenes; el actual es un formato que estuvo pensado para otro momento. El abandono, la repitencia y la sobreedad son indicadores de que algo está funcionando mal y nosotros en Argentina, en términos generales, seguimos insistiendo con ese modelo?.

Para la especialista en educación se trata de ?una escuela secundaria en general bastante expulsiva, no contenedora y un poco alejada de los intereses de los chicos?.

Por su lado, Iaies aporta que ?el sistema educativo de la provincia tiene un problema de gobernabilidad: tiene oficinas en La Plata que cada vez quedan más lejos de las escuelas; es decir que cada vez se deciden más cosas que tienen poco que ver con lo que pasa en las aulas y en las direcciones de las escuelas?.

Además apunta a la estructura misma de la secundaria; en ese sentido, critica la gran cantidad de asignaturas escolares.

?No se puede seguir teniendo a los chicos con 11 o 12 materias por año porque ahí no hay vínculo entre el docente y el alumno. En una edad como la adolescencia, si algo necesitan los pibes es que haya un adulto que los mire?, asegura.

¿Migración del público al privado?

Según los anuarios estadísticos del Ministerio de Educación de la Nación, entre 2003 y 2012 la cantidad de alumnos en escuelas públicas bonaerenses de todos los niveles pasó de 2.506.562 a 2.590.751, es decir que hubo un aumento del 3,36% de la matrícula.

Pero durante ese mismo período la cantidad de alumnos en escuelas privadas creció aún más ?pasó de 1.095.899 a 1.424.405-, exactamente un 29,98%, o sea que creció 10 veces más que el sector público.

En la educación primaria es donde más se nota la migración: durante ese período, la matrícula estatal perdió a casi 55 mil alumnos, mientras que la privada ganó poco más de 152 mil estudiantes.

Las razones de este pasaje se sostienen sobre argumentos tales como una supuesta mejor calidad educativa del privado y en que en ese sector ?los docentes no hacen paro?.

?Me parece que hay que tomar nota de que cierta población migra sistemática y silenciosamente a la escuela privada, que por lo menos les garantiza 180 días de clases, y eso en la cotidianeidad de una familia es absolutamente entendible?, sostiene Perazza.

?Pero esta migración también puede entenderse por una idea de que la calidad y los aprendizajes están garantizados porque es privado ?algo que por supuesto no siempre es así- y también porque hay una valoración de algunos sectores sociales que creen que la escuela privada les va a posibilitar que su hijo se críe entre ?pares??, agrega.

Finalmente Perazza analiza que ?esto va más allá de la escuela, tiene que ver con pautas y valores sociales. Antes, una de las riquezas de la escuela pública era que allí uno se encontraba con personas de diferentes clases, y ese encuentro sumaba; ahora algunos sectores valoran justamente lo contrario: la educación entre ?pares?, con los que a mí me gustaría que mi hijo se relacionara aunque yo no pertenezca a esa clase social?.