Por Albertina Marquestau

"Si se sigue considerando que el tiempo laboral de los docentes es sólo el que estamos frente a alumnos, es un problema". Así lo entiende la pedagoga Marta Libedinsky, quien considera que los políticos "deberían tener en cuenta" que la innovación didáctica con las nuevas tecnologías demanda "un antes, durante y después de la clase" que "debería reconocerse".

Libedinsky brindó en la ciudad un curso sobre nuevas estrategias de enseñanza que organizó la Subsecretaría de Asuntos Pedagógicos de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales. En diálogo con LA CAPITAL aseguró que "en la medida que se quiera integrar tecnologías en el aula, se demanda más tiempo del docente".

-La discusión en torno a la inclusión o no de las TICs ya pasó. En general hay coincidencia que es valiosa, ¿qué significa esto en la práctica?

- Bajo la denominación de TICs hay cantidad de artefactos, dispositivos, servicios y aplicaciones, algunas muy útiles para enseñar y aprender, y otras no. Entonces se requiere por parte de los docentes que decidamos qué incluimos y qué dejamos afuera. Lo que es una realidad es que todos en nuestras carteras y bolsos estamos llevando aparatos que permiten hacer cosas como filmar, grabar, comunicarse instantáneamente con otros, buscar la ubicación de una calle, etc. Todo eso antes no lo teníamos y es cierto que como el concepto es muy amplio y debajo de las tecnologías de la información y comunicación hay tanta cosa y va a ver cada vez más, es preciso afinar un poco la conversación para ver qué incluimos y qué no.

-En este marco es donde aparece la innovación, porque no es lo mismo incluir el uso de las TICs que hacerlo a través de la innovación didáctica...

-Exacto, porque en el marco de la innovación tecnológica aparece Facebook, Youtube, el celular, etc. La inclusión de esas tecnologías en la enseñanza no garantizan una innovación de tipo didáctica, que es lo que nos preocupa fuertemente. Cómo es este nuevo panorama donde todos tenemos gran cantidad de dispositivos y artefactos, qué modificaciones tenemos que hacer en la enseñanza para aprovecharlos del mejor modo, y cómo inventamos un nueva didáctica, es el gran desafío. La universidad y la escuela no pueden estar al margen de esto porque es un momento de oro para los que siempre nos ha interesado la inclusión de la tecnología como un forma de apelar a los sentidos, de conectarse con el mundo fuera de lo estrictamente académico. Yo hoy puedo dar una clase e integrar cine, documentales, conferencias, cosas que antes los docentes no podíamos hacer. Los recursos con los que trabajamos en el aula son los mismos que después los alumnos pueden trabajar en sus casas. Lo que nos preguntamos es por qué algunos profesores sí lo integran muy bien y por qué otros le tienen todavía miedo.

-¿Esa es la realidad que en su mayoría se encuentran hoy ustedes?

-Hay de todo, están los pioneros que no tienen miedo, prueban todo. Están los que van mirando qué es lo que pasa y se muestran tímidos. Pero lo cierto es que me parece que el que no integra es porque no conoce, por ignorancia.Entonces hay que buscar a esos profesores pioneros, que se animan más para que les muestren a los otros cómo están trabajando.

Intercambio

-El intercambio entre pares, ¿aparece como una de las salidas o soluciones?

-Si uno lo piensa para su vida cotidiana, siempre es por recomendación de un par que elegimos tal médico, deportista, etc. Pero el par cumple una función muy importante porque es quien va diciendo ¿por qué no probas tal cosa?, etc. Cosas que antes en tecnología eran muy difíciles hacer, como editar fotografías, hoy no lo es. Ese cambio de lo que es difícil en un momento y después pasa a ser fácil, hay gente que no lo conoce, lo ignora y lo rechaza porque en realidad lo desconoce.

-¿Qué opinión tiene sobre la inclusión de las netbooks?

- Creo que es una época de oro para nosotros como argentinos y para quienes bregamos por esto. Que el gobierno nacional, provincial y algunos municipios también hayan dotado de equipamiento, generó un cambio de acceso a la tecnología que es maravilloso. Chicos en sus hogares y en la escuela están pudiendo interactuar con estas tecnologías. Sabemos que para desarrollar eso que es fluidez tecnológica, hay que practicar. Faltan horas y en el caso de la tecnología las necesitás. Para mi es un momento ideal, todos tenemos que hacer el esfuerzo necesario para que esas tecnologías se integren y demostrar las cosas que se pueden hacer.

-¿Hay temor del docente ante un alumno que se supone sabe más de tecnología y lo puede corregir?

-Hace mucho que los docentes nos atrevemos a decir cuando hay algo que no sabemos. El mundo del conocimiento se ha ampliado de una manera increíble, entonces no se trata de un enfrentamiento con las generaciones jóvenes. Sabemos que hay muchos jóvenes que saben utilizar las nuevas tecnologías muy bien y lo hacen para estudiar. Pero hay otros que no, lo que saben es chatear y jugar, pero hay otras cosas que deberán aprender en el marco institucional o de la educación.

No a los nativos

-¿Qué opina de la denominación nativo digital que se da a los chicos?

-La odio, ha traído problemas y da por supuesto muchas cosas a la vez que descalifica a los que tenemos arrugas, canas. Nos ha dejado descolocados una vez más. Es solamente valorar el mundo de la cosa joven, fresca, pero en una sociedad nos necesitamos todos. La metáfora me da dolor de panza.

-Entonces, ¿no hay que usar ninguna denominación para estos chicos?

-Estas nuevas generaciones lo que tienen es un contacto muy fluido con la tecnología. Pero si hablamos de la enseñanza universitaria lo que se suele decir es que ingresa un adolescente y sale un profesional con otras características de lo que fui yo en ese momento. Me parece que negar la importancia del contacto entre generaciones, de negar la formación porque alguien es rápido respondiendo un chat, es empobrecer la cosa. No va a ser suficiente que tengamos profesionales que sólo sean rápidos para apretar teclas, es como empobrecer el conocimiento. Es cierto que deslumbran porque algunos son muy rápidos y se dan cuenta de que hay adultos que no conocen, son lentos, etc. Pero en definitiva es un procedimiento, no hay otra cosa. Así que lo puede hacer más lento o más rápido. Me parece que hay que tener cuidado y es un metáfora peligrosa. Creo que los estamos dejando solos en un mundo casi de ciencia ficción. Es como correrlos a los adultos aduciendo que no pueden, eso es dejarlos abandonados a los chicos a pesar de que nos necesitan.

Acompañar

-Muchos docentes se sintieron desestabilizados con la llegada de las netbooks y son quienes hoy reclaman acompañamiento...

-Y sí, como todo lo nuevo es un cambio. Necesitan que haya capacitación. Muchas veces un docente muy resistente al principio después termina siendo un fanático, eso lo hemos visto muchas veces. El acompañamiento entre pares es bueno. En una institución se puede ver quiénes son los que mejor manejan tecnología y darles más horas para que acompañen a sus colegas para ir conociendo estas cosas. Esa es una buena medida. Lo que pasa es que históricamente la tarea del docente es aislada, entonces siente que llegaron esas máquinas y vuelve a estar solo para resolver las cosas. Entonces quizá prefiere correrse, alejarse, tomar distancia porque muchas cosas son muy nuevas. Hay que encontrarle tiempo, te tiene que gustar. Estamos en medio del asunto.

-Pero, ¿hay tiempo para seguir trabajándolo o los tiempos tecnológicos apremian?

-Sí, aunque seguro después llegará otra máquina más intuitiva que funcionará más rápido y con menos complicaciones. Cosas que antes enseñábamos hoy están resueltas. Yo creo que es un momento para aprovechar y disfrutar porque es un tiempo para trabajar con multimedia, hipertexto, etc. A la vez hay que desarrollar otras habilidades que son para filtrar información, buscar los mejores recursos para trabajar en el aula. Eso lleva tiempo. En la medida en que a los docentes se nos siga considerando que nuestro tiempo laboral es sólo el que estamos frente a alumnos, estamos en un problema. Porque la realidad es que ocupa un antes, durante y después de la clase. Esos son los tiempos de trabajo y necesitamos que se reconozcan. Los políticos deberían tenerlo en cuenta. Y en la medida que uno quiera integrar tecnologías, lleva más tiempo.