Llegó al Hotel Provincial, dio una conferencia de prensa, caminó hasta el Teatro Payró para dejar inauguradas las Jornadas de Seguridad Informática y volvió al hotel, también caminando. Todo en menos de dos horas. Así de apretada fue la agenda del jefe de gabinete y precandidato a gobernador, Aníbal Fernández, en Mar del Plata. Después, más relajado, recibió a LA CAPITAL y no esquivó ninguna pregunta.

- ¿Qué se juega en las primarias?

- Estamos en un proceso donde Néstor ya no está y Cristina, por el artículo 90 de la Constitución, ya no puede ser reelecta. Por lo cual van a competir dos compañeros la candidatura a presidente, y esa competencia tiene que expresar la gobernabilidad de un país con serias responsabilidades y la defensa a ultranza de un proyecto que sacó 48 leyes laborales y nunca tuvo que bajar la frente porque ninguna fue para meterle la mano en el bolsillo ni a nuestros viejos ni a nuestros trabajadores. Y se ocupó de resolver problemas y proponer políticas como la movilidad jubilatoria y la asignación universal por hijo. Para que no fracase hay que generar una propuesta política que la respete, la reconsidere y le garantice a la sociedad argentina que vela por ellas.

- ¿El único partido que garantiza todo esto es el Frente para la Victoria?

- Tengo la obligación de decir que sí porque si no estaría fracasando con mi propia propuesta política. Yo siento que es así, que el que garantiza realmente esto es el Frente para la Victoria. Hay dos candidatos que tendrán que competir y el 9 de agosto la sociedad argentina dirá quién de los dos precandidatos es verdaderamente el candidato del Frente para la Victoria para competir.

- ¿Qué herencia deja Scioli en la provincia de Buenos Aires?

- Yo no asigno valor a esas cosas. Si uno valora eso lo tomaría como a los que miran facturando herencias y todo ese tipo de cosas. Yo tomo a la provincia como la conozco, con sus defectos y sus virtudes. Lo que tenemos que apreciar en estas cosas es que me tengo que parar sobre lo que está hecho y construir arriba. Yo no pienso romper nada. Yo voy a agarrar todo lo que tengo y sobre eso me voy a parar para construir un nuevo futuro. Eso es lo que me impulsa como candidato a gobernador en la provincia.

- ¿La Presidenta debe tener algún rol en estas elecciones?

- Entiendo que no, que en las primarias no. Ella es la jefa del movimiento general peronista y en definitiva estará por encima de toda esa situación. Me da la sensación, es mí apreciación, yo no interpreto a la Presidenta, no soy su exégeta. Mi interpretación es que participará una vez que estén los candidatos del Frente para la Victoria porque, en definitiva, es la jefa de este movimiento y tiene una responsabilidad política.

- ¿Cómo evaluó las expresiones de Randazzo sobre Scioli?

- No le presto atención a eso. Yo, como conducta personal, no canibalizo a mis compañeros. Lo que hagan los otros es un tema de ellos, tendrán que resolverlo. Algunos creen que sacan ventaja, yo creo que la gente los sanciona cuando hacen ese tipo de gestos.

- ¿Por qué presentó ahora y no antes el proyecto para que haya debates presidenciales?

- Porque hay una gestión de por medio que se pone en juego, y yo tengo que darle todos los elementos.

- Hay una convocatoria de la plataforma Argentina Debate a los candidatos presidenciales. ¿Se inscribe en esta iniciativa?

- Esto es una voluntad seguramente de alguna ONG o algún ente privado. Yo propongo una cosa mucho más formal. Propongo que una ley diga que aquellos que quieren participar de las elecciones tienen que participar del debate. Si no participa del debate, no tiene derecho a participar de las elecciones. Es la mejor forma que tengo de garantizarme que la sociedad, en este caso la argentina o la bonaerense, haya escuchado y hecho pasar por su filtro los temas de cada candidato. Después un candidato no puede decir que habló de otra cosa. Que cada uno explique claramente qué es lo que quiere hacer, qué conoce de la realidad de cada una de las jurisdicciones y cómo la va a resolver. Esto es lo que hay que hablar.

- ¿Cómo hay que atacar el problema de la inseguridad en la provincia?

- Hay una ventaja, que seguramente ha mejorado en los últimos años, que es la cantidad de personal incorporado. Cuando yo manejaba las fuerzas federales de seguridad había entre 45 y 50 mil hombres y mujeres en la policía de la provincia y hoy hay 80 mil, con lo cual estamos hablando de una cantidad muy importante. Creo que hay que darle más capacitación, pero por sobre todas las cosas hay que hacer una fuerte inteligencia criminal. Si no apostamos a una fuerte inteligencia criminal siempre vamos a ir detrás del carro, nunca vamos a estar previniendo que pase el carro. Para prevenir el delito hay que conocer lo que está pasando con el mapa del delito, la responsabilidades en cada uno de los ámbitos, el seguimiento de conductas, el análisis en cada uno de los lugares. Si no, no se va a poder prevenir. Y para eso hay que trabajar muy fuerte. Siempre con un ministerio en cabeza de un civil y un jefe de la policía muy convencido y consustanciado con sus problemas.

-La semana pasada la Presidenta anunció acuerdos partidarios de gremios importantes. Sin embargo, otros no menos importantes han realizado en los últimos días medidas de fuerza o están convocando a ellas. ¿A qué lo atribuye?

- Son los ruidos propios de las convenciones colectivas. Por eso se llaman libres, porque la discusión tiene que darse. Algunos dicen que el Gobierno les pone límite a los porcentajes. No, el que se los pone es la economía, porque si la economía no le pone límites a eso después es daño impacta en los otros trabajadores. Todo tiene que ser más o menos armonioso. No hay una posibilidad de otra característica que no sea todo en su medida y armoniosamente. Bueno, ese crecimiento que se tiene que tener en los salarios no puede ser delirado en función del arreglo entre gremios y empleadores porque no se puede escapar de esa media normal. Si no, eso se traslada a los precios y cuando se traslada a los precios le impacta al trabajador.

- ¿Qué es busca el Gobierno con sus iniciativas sobre la Corte Suprema?

- Cuando se hizo la Constitución en 1853 se hablaba de nueve miembros. Y en este momento son cuatro, de los cuales un señor tiene 97 años y prácticamente no puede caminar y hay otros dos miembros que tienen sus particularidades: el doctor (Juan Carlos) Maqueda en los últimos año ha aprobado el 93% de las decisiones del doctor Lorenzetti, con lo cual prácticamente acompaña en todas las decisiones al doctor (Ricardo) Lorenzetti. Y la preocupación es muy grande porque estamos ante un unicato, y eso no es bueno. La mayoría automática que todos cuestionamos en algún momento se convirtió en una minoría automática. Esto es lo peligroso.