El joven de 22 años acusado de violar el sábado a la madrugada a una mujer de 32 años en Batán se negó ayer a declarar ante el fiscal del caso Juan Pablo Lódola y quedó detenido en la unidad 44 de Batán.

En tanto, el juez de Garantías, Juan Tapia, convirtió la aprehensión en detención y ahora el fiscal debería reunir las pruebas para decidir si solicita la prisión preventiva.

Por otra parte, ayer a la tarde la policía allanó la vivienda en la que habría ocurrido el ataque sexual y secuestró una funda y distintos materiales que serán analizados por los especialistas para determinar si existe algún rastro genético de los acusados. Pero no sólo eso: los investigadores confirmaron que el lugar tenía las mismas características que el descripto por la víctima.

La reconstrucción del caso que realizó el fiscal Juan Pablo Lódola, con ayuda de los investigadores que intervinieron en el operativo de detención del acusado, determinó que el hecho se produjo cerca de las 4.30 del sábado. De acuerdo a su propia denuncia, la mujer salió del negocio en el que trabaja media hora antes y cuando se dirigía a su casa fue sorprendida por un delincuente armado, en el cruce de las calles 46 y 37.

En un principio, el atacante le exigió a la víctima que le hiciera entrega de su teléfono celular, aunque luego fue más agresivo y la condujo obligada a un inmueble deshabitado, sito en calle 44, entre 37 y 39 (a pocas cuadras de donde la había asaltado). En el interior de la propiedad, la accedió carnalmente en una ocasión, y más tarde la dejó ir.

La mujer corrió hasta el cruce de las calles 46 y 31, donde avistó un taxi y pidió ayuda al chofer. Luego de abordar el vehículo, fue trasladada a la comisaría y al llegar denunció lo que le había pasado, dio las características del agresor y hasta dijo que sabía quién era.

Pasadas las 4.30, los efectivos policiales de Batán salieron en busca del acusado. En la intersección de las calles 38 y 35, vieron que un joven intentaba esconderse detrás de unos automóviles estacionados.

En un veloz operativo, los uniformados detuvieron al sospechoso, al que conocían porque tiene antecedentes delictivos. "Tiene algunas causas anteriores por robo", dijo más tarde una fuente consultada.

Luego de lograr la detención, los policías requisaron la zona y a pocos metros del lugar donde había intentado esconderse en vano el acusado, hallaron el teléfono celular de la víctima y un papel con anotaciones de su trabajo.

Entre otras averiguaciones, la policía supo que la vivienda en la que se produjo la vejación sería propiedad de un familiar del detenido. Esa pista complicaría aún más su situación judicial, y los pesquisas aguardan también los resultados de los peritajes a su ropa interior, que fue secuestrada para la realización de análisis de material genético.

Allanamiento

La Policía allanó ayer a la tarde el domicilio en calle 44, entre 37 y 39 y secuestró una funda y distintas prendas que serán analizadas por los especialistas para determinar si tienen rastros genéticos. "El lugar era tal cual al que describió la víctima. Había que atravesar una cortina para ingresar y en el interior solo había un mueble y un colchón tirado en el piso", confió una fuente de la investigación.