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30-06-2015

Condenan a 18 años de prisión a un delincuente por un brutal asalto

Pablo Orellano (28) fue encontrado culpable de cometer en 2013 un robo a un matrimonio en el barrio Constitución. Junto a un cómplice que no fue identificado golpearon brutalmente al hombre y ataron y amenazaron a la mujer. Además robaron dinero, un arma y distintos objetos de valor.

Un delincuente de 28 años fue condenado ayer por el Tribunal Oral Criminal Nº1 a 18 años de prisión por haber robado de manera brutal a un matrimonio dentro de su casa del barrio Constitución en 2013.

Los jueces Aldo Carnevale, Juan Facundo Gómez Urso y Pablo Javier Viñas, encontraron a Pablo Orellano como culpable del delito de "robo agravado por uso de arma y por el uso de arma de fuego y por efracción".

La dura condena estuvo fundamentada por los magistrados en los agravantes que tuvo el feroz asalto. Entre ellos, la saña con la que trataron a las víctimas, el desprecio por las personas mayores y las consecuencias psiquiátricas y psicológicas que dejaron en el hombre y la mujer asaltados (ver aparte). "Los testimonios de las víctimas, genuinos, concordantes, verosímiles y desprendidos de cualquier subjetividad tendenciosa, tal lo que pudo apreciarse durante el debate, principalmente por el dolor insuperable que mostraron ante cada recuerdo, dan cuenta de la madrugada tremenda, trágica, imborrable, inhumana y bestial a la que fueron sometidos por dos 'chacales', con respeto por los animales que actúan siempre procurando sobrevivir?, escribió Gómez Urso al fundamentar su voto condenatorio.

El caso ocurrió el 7 de octubre a las tres de la mañana en una casa ubicada en Esquiú al 1400. En ese momento, dos delincuentes rompieron la puerta de ingreso y sorprendieron en el interior al matrimonio integrado por Jorge Ovidio Rio y Silvia Cabrera - 69 y 67 años en el momento del hecho- cuando se encontraban durmiendo. Luego de amenazarlos de muerte, uno de los ladrones tomó una pistola Bersa del hombre y un cuchillo que estaban en la vivienda.

"Sentí un estampido como una bomba. Rápidamente entraron dos delincuentes y nos empujaron contra la cama. Uno me pegó con la pistola y me preguntaba dónde estaban los 60 mil dólares", contó el hombre durante su declaración en el juicio. Luego, los ladrones llevaron al matrimonio a otra habitación y le siguieron pegando. "El que encontró mi pistola Bersa, me ató las manos por detrás, me metió un poncho en la boca que casi me ahogaba y me deformó la oreja de un golpe con el arma", declaró Rio. Y agregó: "Todo el tiempo me pedían los dólares. Uno de los más violentos comenzó a buscar en la parte superior de la vivienda y me dijo que que si encontraba la plata bajaba y me mataba".

Con el paso del tiempo, ese delincuente actuaba cada vez con más violencia contra el hombre. "Me pegaba con el caño de la pistola en la cabeza y también me puso una almohada sobre las piernas diciendo que me iba a dejar rengo".

Luego, los delincuentes cometieron un error fundamental: fueron hasta la cocina y se comieron un asado que el matrimonio había dejado del día anterior. Cuando terminaron, uno de los agresores volvió hasta el hombre y le pasó una cuchilla por el cuello, la oreja y pecho. En la otra mano seguía teniendo el arma. Además, la mujer fue amordazada por pedir que no mataran a su esposo.

Luego de haber estado tres horas dentro de la vivienda, los delincuentes consiguieron que las víctimas les entregaran 12 mil pesos y luego cargaron en el auto Peugeot 307 del matrimonio dos televisores, un reproductor de DVD, un equipo de música, varias alhajas de oro y relojes, prendas de vestir y muchos elementos de valor. Finalmente escaparon y dejaron el interior de la vivienda revuelto y destruido.

Poco después, Orellano fue detenido durante un allanamiento donde se recuperó parte de lo que le habían robado al matrimonio. Su cómplice nunca fue identificado.

La sentencia

El juez Carnevale fue el encargado de fundamentar la sentencia y aseguró que no tuvo duda alguna que Orellano fue coautor del hecho". "El primero de los elementos que me llevan a sostener esta afirmación es el hallazgo en una botella en la cocina de las víctimas de una huella digital del imputado", explicó. Y agregó: "Esta circunstancia es determinante ya que no existía ningún tipo de vinculación entre el encausado y las víctimas, quienes relataron que en medio del calvario que padecían, los asaltantes se fueron hasta la cocina y se comieron los restos de un asado del mediodía anterior, siendo evidente que al consumir la bebida que se hallaba en la botella, el imputado transfirió la huella que terminó por esclarecer su participación en el hecho".

Además de la huella digital, los jueces consideraron que fue clave para condenar a Orellano que su detención se produjo en una casa ubicada en Marconi al 2800 donde se secuestraron distintos elementos que pertenecían a las víctimas, entre ellos la pistola del hombre. Pero no solo eso: durante el reconocimiento fotográfico, el matrimonio identificó al condenado de manera contundente.

Luego de terminada la lectura de la sentencia, Orellano fue trasladado a la cárcel de Batán, donde purgará su condena.