El ex presidente del Banco Central Aldo Pignanelli aseguró que, en materia económica, el país necesita "volver a las fuentes de la última década" sin "tirar por la borda las cosas que se han hecho".

El economista del Frente Renovador recordó que en 2002, cuando formó parte del equipo económico del gobierno de Eduardo Duhalde, primero con Jorge Remes Lenicov y luego con Roberto Lavagna como ministros del área, se elaboró un plan económico "que fue la base de lo que vino después".

Ese programa tenía cuatro "premisas fundamentales": equilibrio fiscal, superávit de la balanza comercial y la cuenta corriente, un dólar competitivo y el anclaje de la política monetaria.

A su juicio, la Argentina necesita retomar esas consignas. Pero dijo que no debe haber un "cambio dramático" porque con ese tipo de decisiones se perjudica a los más pobres. "Devaluar, ajustar, plantear cosas sin contemplar lo social realmente es muy injusto", definió.

Se mostró a favor de mantener la Asignación Universal por Hijo y "el intento de ayudar a los jóvenes para educarse". "Pero me gustaría que los planes sociales sean utilizados más para generar empleo y capacitar al pueblo", se diferenció.

Pignanelli aseguró que "a todas luces hay un atraso cambiario", pero desaconsejó una devaluación. "Muchachos, con este desequilibrio macroeconómico, con la falta de crédito a la inversión y los problemas que todavía hay que solucionar, ni se les ocurra devaluar", dijo como dirigiéndose a los funcionarios de turno. "Porque es peor el remedio que la enfermedad".

Uno de los problemas de la economía argentina, a su criterio, es que tiene "un mal diagnóstico". "Nos siguen mintiendo con los datos de la macroeconomía. Ya no sólo es la inflación, también la actividad económica, las exportaciones y muchos otros casos que significan que el diagnóstico no sea el adecuado", cuestionó.

"Y cuando hay un mal diagnóstico es como ir a un médico con una neumonía y que te diga que tomes sólo un par de aspirinas. Posiblemente el cuerpo lo va a sentir y muera de neumonía. En cambio, si hace un buen diagnóstico, dice que es neumonía y le da siete días antibiótico y reposo, lo normal es que el antibiótico cure", comparó.

Puntualizó que si no se toman en cuenta los aportes de la Anses (Administración Nacional de Seguridad Social) y del Banco Central, el déficit del 2014 supera el 5% del PBI (Producto Bruto Interno). "Tengamos en cuenta que en diciembre de 2001 el déficit fiscal era del 3,5% del PBI", deslizó.

"Con respecto a la balanza comercial, en 2001 era superavitaria en 6.000 millones de dólares y llegamos al récord en 2009 con casi 17.000 millones de dólares. A partir de 2012, comenzó una caída muy rápida, y se estima que este año va a ser superavitaria en el orden de los 5.000 millones de dólares", detalló.

Hizo notar que hubo "un serio problema a partir de 2011, cuando la Argentina comenzó a ser deficitaria en la balanza energética". Agregó: "Hasta el 2010, Argentina tenía superávit de la balanza energética. Hoy, el déficit son 5.000 millones de dólares. Esto marca a las claras que hemos perdido la iniciativa de ese modelo inicial".

Advirtió que el cepo cambiario "tuvo alguna solución pero trajo más inconvenientes". Uno de ellos fue con los organismos internacionales. "El BID (Banco Interamericano de Desarrollo) y el Banco Mundial no sólo no nos renovaron gran parte de los créditos, sino que nos obligaron a cancelar".

También alertó sobre el costo de tener moneda china contabilizada como reserva. "Hay que pagar una tasa superior al 10% anual, y no es tan fácil. Si nosotros vamos con los bonos en yuanes que nos da el Banco Popular de China, seguramente nos van prestar dólares en forma cara. ¿El problema saben cuál es? Que el Banco Popular de China tiene bonos en pesos en contrapartida. Y podrían preguntarse: 'Ustedes hacen dólares los yuanes, ¿nosotros qué hacemos con los pesos?'". Desde su punto de vista, "el peligro es que China te empiece a pagar las compras comerciales con esos bonos en pesos".