De joven mi relación con Mar del Plata ocurrió como la de muchos, es decir, visitándola en el verano por prolongados lapsos, cuando muchas familias viajaban hacia esa ciudad para quedarse durante buena parte del verano, entonces desde muy chica pude disfrutar todo lo que significaba veranear en ese bello lugar que ahora en verdad me trae muchísimos recuerdos de una época especial de mi vida. Sin dudas estaba toda aquella tradición de los teatros, el casino y la amplia oferta gastronómica, pero además aparecía toda esa fenomenología residencial de los barrios más cercanos al centro, especialmente Los Troncos, un sitio que con el paso de los años se volvió un enorme clásico dentro del grupo de familias que pensaban en tener o un departamento en el centro o adquirir allí en esa zona una casita para poder vivir un tipo de vida muy especial, el cual se compartía en aquellas ocasiones con innumerables amigos que también gustaban de esa localidad. Una de las cosas que más recuerdo de los últimos tiempos es la época en que presentamos allí en Mar del Plata la película ?La ciénaga? con Lucrecia Martel, sin dudas un momento con mucho glamour en aquella edición de Festival Internacional de Cine donde nos trataron a todos de una manera maravillosa. Fue muy bueno que después de un tiempo sin hacerse, la ciudad hay recuperado aquél evento donde todo el mundo del cine se da cita, es como un lugar donde todos los que amamos el cine podemos encontrarnos esos diez días a cada rato para tomar un café, comer algo y obviamente poder ver varias películas.

El amor por una ciudad tan hermosa como Mar del Plata es una cosa tan natural que se ha contagiado a todos en mi familia, fundamentalmente cuando Juan Cruz llevó a cabo una especial tarea en con el filme ?Sabés Nadar?, filmada en la mayoría de su desarrollo allí en la costa marplatense. Hay muchas cosas del centro marplatense que asoman en el filme y quienes lo vean podrán reconocer muchos lugares que todavía permanecen inalterables en dicha localidad. Digamos que mis preferencias a la hora de las vacaciones han sido tanto Mar del Plata como Córdoba. Hay una dualidad especial porque Córdoba también era en cierto sentido mi infancia, la primera infancia, los recuerdos de la peperina y el recuerdo de la siesta, mientras que de Mar del Plata me quedan muy grabados todos esos veranos tan maravillosos con el mar, que uno iba y se quedaba mucho, esos largos veraneos que antes se hacían y que ya no se pueden hacer más. Miren, el mejor mar del mundo, el mejor mar del mundo para bañarse está en Playa Grande, que tiene las olas más lindas del mundo.

Allí hay una energía que es muy absoluta y especial, eso lo sostengo. Alguien que siempre me habla de Mar del Plata cuando nos encontramos es Charly García, es una persona que quiero mucho. Charly es casi como yo, bastante termostático, hoy llueve, mañana hace calor, pasado hace frío, es muy difícil, es alguien realmente muy variable, pero también es muy encantador, es sumamente amoroso, en el más puro de los sentidos, además, Charly me quiere muchísimo y yo a él. Es como el mar el amor, va en ambos sentidos. Otra de las personas con las que compartimos el amor por la ciudad es Pepito Cibrián, él hace muy poco estuvo haciendo teatro ahí, yo estuve filmando con él ?El espejo de los otros? bajo la dirección de Marcos Carnevale y también ahí surgió aquello de hablar de Mar del Plata, un lugar que está verdaderamente muy cerca de mi corazón.-