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03-08-2015

Valeria Schapira

Periodista y escritora, presentó su libro

Dolores del alma? en Villa Victoria Ocampo.

Es una ciudad que amo. Punto. Yo amé Mar del Plata toda mi vida, porque desde mi infancia pasábamos todos los veranos allí, los ?veranos de antes? esos que duraban un total de tres meses, teníamos un departamento en playa Varese en la calle General Paz justo a una cuadra de Manantiales, recuerdo que he pasado inviernos de niña, millones, inviernos de adolescente, millones, cuando nos colábamos en Torres de Manantiales, lo hacíamos en el verano con mis amigas para poder participar en todos los programas de verano que en esa época hacía Antonio Gasalla, lo gracioso es que sucedió con personas con las cuales me he reencontrado todos estos años, además he hecho cola en casi todos los teatros para pedirle un autógrafo a los artistas que salían después de la función, a gente como Antonio Grimau, que un día se lo conté y se cagaba de risa, hacíamos una cola larga para pedirle autógrafos a los galanes, esta es una de las anécdotas que tengo de la ciudad, hay dentro de mi memoria como mil millones de ellas. He ido a las pruebas de sonido de Soda Stereo en el Superdomo, fueron muchos años, fui camarera del bar ?Isix? en la calle Alem, de ahí me echaron o me fui a la semana porque se iban de las mesas sin pagar, hice mi primer bolo como ?extra? en la última película de Alberto Olmedo (?Atracción Peculiar?) allá en Mar del Plata, la verdad es que amo la ciudad y en un momento dejé de ir cuando murió mi papá, él tenía un vínculo entrañable con esa ciudad. Entre mi última visita a Mar del Plata y la que recientemente llevé a cabo para presentar mi último libro ?Dolores del alma?, pasaron más o menos unos diez años, lo que más me atrae de esa localidad es la mezcla de lo urbano con la naturaleza y la enorme sensación que uno tiene allí de libertad.

Da la sensación de que es una ciudad donde uno hace todo lo que quiere, ¿no?, porque está como para hacer cada uno lo que quiera, supongo que todo lo que me atrae Mar del Plata guarda una intensa e íntima relación por toda la devoción que tenía mi padre por esta ciudad. Obviamente entre las anécdotas que tengo, ahora aquella sobre Soda Stereo guarda un valor inconmensurable, yo era en ese momento muy cholula de los músicos del rock nacional. En la época de Soda yo era una fan muy devota, no sé de que manera había conseguido el teléfono de Zeta Bosio, de su casa, me acuerdo que lo llamé un par de veces a su casa y hablamos por teléfono, porque era la época en que no había celulares, ¿no? Lo cuento casi inocentemente porque en esa época era casi una nena y me acuerdo como Zeta me dejó pasar a la prueba de sonido, estuvo un rato muy largo en el lugar escuchando las cosas que hacían muy minuciosamente, todavía conservo, la tengo siempre en un lugar privilegiado una púa que tenía Gustavo Cerati en la guitarra. También tengo un recuerdo de un recital que la llevamos a mi pobre madre que estaba aterrada, a un recital que había en Fuerte Apache, ese lugar que tiempo después se incendió, a escucharlo a Miguel Mateos, mi pobre madre estaba aterrada pero no nos dejaba ir solas al lugar del show porque éramos muy chiquitas. Había y hay muchos recuerdos de Mar del Plata, ahora con la muerte de Gustavo me dio mucha tristeza, pero no sólo por su muerte física, más allá que creo en la reencarnación y lo ocurrido es una etapa de la vida, sino que sentí mucha tristeza porque con él se iba una etapa de mi vida, ellos simbolizaron muchas cosas para mí y ese recuerdo de Mar del Plata siempre permanecerá muy feliz en la memoria.