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05-10-2015

Isabel Bullrich

Abogada, cantante del grupo ?Los Bonnitos?, banda que publicó su segundo disco ?Dame la mano?.

Es bastante usual que todos asociemos determinados lugares de nuestra vida con ciertas situaciones, rituales, costumbres e imágenes que jamás se permitirán escapar de nuestra memoria. Entonces a la hora de evocar Mar del Plata, todo eso junto se convierte en una descontrolada rueda caleidoscópica que no para de disparar postales, fundamentalmente por haber vivido muchas veces cosas personales que me provocaron mucha felicidad al estar en ese lugar que resulta tan especial para millones de argentinos. Provengo de esas familias que eligen esta localidad y con el paso del tiempo asientan una fuerte relación con el lugar a lo largo del tiempo y en muy diferentes situaciones, por lo tanto cuando me consultaron de hablar sobre esta ciudad sobrevinieron a mi mente muchas situaciones que estaban latentes, pero al mismo tiempo emergieron con ellas un sinnúmero de emociones que habían estado en pausa hasta ese momento en que me puse a evocar todas las veces que pasé por la ciudad por muy diferentes motivos. Es una ciudad indudablemente muy hermosa, sea cual sea la estación, pero sobre todo desde el lugar que uno elija o decida ubicarse para rememorar aquellas cosas que lo marcaron estando en la localidad. Primero ante todo, el impacto que tiene en lo cultural y turístico la zona, es un lugar en el que miles y miles de argentinos deciden reunirse para disfrutar de una gama de cosas muy variadas, lo que convierte a la localidad en un polo de convergencia activo y muy destacado.

Lo primero que me pasa al recordar esto, es reflexionar mucho sobre la edad que tenía y a esa ciudad resulta que comencé a ir de muy chica, por eso me permito decir que a Mar del Plata la siento muy tatuada en mi corazón, fueron muchos febreros que estuve allá, yo iba mucho en ese mes y ella siempre me invitaba a ir a su hogar en febrero. Tengo la enorme suerte de tener una tía abuela que es soltera y que me llevaba indefectible a la costa todos los febreros, entonces armaba mis cosas y me dirigía a esa ciudad. Lo alucinante de estas excursiones familiares era que me quedaba el mes entero, aquellos tiempos donde uno se permitía quedarse más tiempo en otro lugar veraneando. También era aquella época de las vacaciones del colegio que podían prorrogarse unos días, entonces por eso algunas veces me quedaba también algunos días de marzo, casi justo hasta el mismo domingo antes de que arrancaran las clases. Con ella íbamos mucho a Playa Grande, nos encantaba ir a caminar por la calle Alem, siempre estaba el ?regalito? de mi tía abuela que podía ocurrir allí en la playa, era eso, mucho Chimbote, siempre había un Vaso Pay, con huevo revuelto. Después con ella siempre caminábamos por Alem ida y vuelta, me regalaba algún suéter de esos históricos lugares que estaban en su momento, siempre ligaba un suéter, será por eso que me acuerdo de la ciudad y me encanta en cada momento que la recuerdo. Además de haberme recibido de abogada y estar ahora al frente de ?Los Bonnitos? cantando con sensacionales amigos, suelo hacer mucho surf y el mar para nosotros es una cosa de locos, entonces en Argentina para mí la mejor costa es la de Mar del Plata. Me gusta la cercanía del mar con los edificios, la alucinante vida que tiene la ciudad a la noche, la comida y la onda de los lugareños. Si me preguntan llegado el caso la posibilidad de elegir una ciudad para irme a vivir para siempre, esa sin dudas es Mar del Plata. Hoy claramente no puedo hacerlo por mi compromiso con la banda, pero si el día de mañana pudiese elegir radicarme en un lugar sería Mar del Plata, simplemente porque esa localidad es mi lugar.