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10-10-2015

Caso Antonella Rivero: acusan al gobierno de Miramar de "no colaborar"

Dos funcionarios imputados por incumplimiento de su función fueron citados por la Justicia, uno de ellos se negó a declarar y el otro decidió no presentarse.

MIRAMAR (Corresponsal).- A dos años y cuatro meses de la muerte absurda de Antonella Rivero (5) en Miramar, tras un accidente donde fue impactada por un camión municipal plagado de irregularidades para circular, el caso parece estancarse y algunas cuestiones del parque automotor siguen llamativamente pendientes.

Durante la mañana de ayer, Natalia Parodi (36), madre de la fallecida niña junto a su abogada Adelina Martorella, brindaron una conferencia de prensa para dar a conocer algunas novedades de un proceso judicial que cuenta con varias aristas.

La novedad más reciente es que esta semana tras la convocatoria de la Justicia, el responsable del área de Gestión del Parque Automotor – al momento del hecho -, Germán Fernández se negó a declarar, mientras que el director del Corralón, Mariano Auriti, directamente no se presentó. Ambos fueron imputados por "Omisión del cumplimiento de los deberes de funcionario público".

Por otra parte, según se informó a LA CAPITAL, se abrió una causa paralela contra la gestión actual de gobierno encabezada por Germán Di Cesare.

"Hubo un accidente que causó la muerte de una niña y las lesiones de su madre, la mayor de ellas el dolor perpetuo de la pérdida. Vemos que no se toma conciencia de que puede haber otro suceso similar", afirmó Martorella.

"Pongamos que tal vez Hogan (Patricio) –intendente cuando ocurrió el accidente-, podía desconocer que esto estaba en condiciones de suceder, pero Di Cesare, no. Desde el antecedente que tuvo con Antonella, no se molestaron en regularizar la situación de la flota vehicular y a mandar a realizarle la VTV, por eso vamos a hacer lo posible para que el actual jefe comunal sea citado a declarar, no se puede jugar con la vida de los ciudadanos".

Según la abogada de Parodi, en la actualidad "de las 116 unidades que cuenta en su dominio la comuna, sólo 44 tienen la verificación para estar en la calle. Declaraciones de empleados municipales aportaron que cuando fue el accidente corrieron a hacer las VTV, pero vemos que ahora las irresponsabilidades siguen, nunca tuvieron la intención de colaborar con el esclarecimiento".

"La situación fue puesta a consideración de la Dirección Nacional de Seguridad Vial para que se interioricen de estas anomalías existentes. Eso y lo demás fue decidido por los fiscales de Delitos Económicos, Javier Pizzo y David Bruna", argumentó Martorella.

Situación del conductor

En mayo de este año, el titular de la Fiscalía 11 de Delitos Culposos, Pablo Cistoldi decidió que al conductor del rodado, Juan Carlos Peralta (59) le correspondía la "probation" o tareas comunitarias.

Además, el fiscal sostuvo que "lo sucedido se debió a un segundo de imprudencia por no mirar por el espejo, pero no hubo intencionalidad" y propuso además que "Peralta fije un domicilio consolidado, vaya al Patronato de Liberados  y a un curso de manejo", algo a lo que la defensa se opuso rotundamente.

"No estamos de acuerdo con el dictamen y por eso esa causa se encuentra en una instancia de apelación", coincidieron Parodi y Martorella.

Una muerte absurda

El lamentable episodio ocurrió el 22 de mayo de 2013, alrededor de las 7.50 mientras Natalia Parodi se trasladaba en bicicleta con la niña por calle 48 para tomar la avenida 9 hacia el jardín de infantes.

Justo en la intersección de ambas arterias se produjo el impacto contra el camión conducido por el empleado municipal, que terminó con ella y su hija sobre la cinta asfáltica.

Tras ser socorrida por personal médico, Antonella Rivero ingresó de urgencia a la guardia del hospital "Marino Cassano" en grave estado y prácticamente sin signos vitales. Tenía un traumatismo severo de cráneo, perdía sangre por boca y oídos, además de presentar contusiones en los pulmones. Pese a que se hizo todo lo posible para reanimarla fue imposible.

Por su parte, la madre de la infortunada niña tuvo varios golpes -especialmente uno fuerte que le lesionó la cadera-, y estuvo bastante tiempo sin poder caminar normalmente.

La muerte de la niña causó una profunda conmoción en la comunidad porque el rodado estaba en malas condiciones, además de poseer patente vieja –eso ya no le permitía circular- y carecía de verificación técnica vehicular, fallas de por sí graves.