CERRAR

La Capital - Logo

× El País El Mundo La Zona Cultura Tecnología Gastronomía Salud Interés General La Ciudad Deportes Arte y Espectáculos Policiales Cartelera Fotos de Familia Clasificados Fúnebres
28-11-2015

Ya se realizaron en el país más de 1000 implantes de válvula aórtica por cateterismo

Es una técnica muy novedosa, utilizada cuando la válvula aórtica se obstruye y no permite el normal flujo sanguíneo desde el corazón. Constituye una alternativa a la cirugía convencional que está implementándose cada vez en mayor medida a nivel mundial.

El Colegio Argentino de Cardioangiólogos Intervencionistas (CACI) anunció que ya se han realizado en el país más de mil implantes de válvula aórtica por cateterismo, un procedimiento mínimamente invasivo que consiste en el reemplazo de la válvula dañada, por una prótesis que se coloca desde una arteria periférica mediante un catéter. Si bien se realiza fundamentalmente en pacientes añosos que presentan riesgo elevado frente a la cirugía convencional, últimamente es una técnica que se está extendiendo a pacientes con enfermedad en la válvula aórtica con riesgo quirúrgico intermedio, y a personas con enfermedad vascular periférica severa.

La estenosis (obstrucción) valvular aórtica es la enfermedad estructural cardíaca de mayor incidencia a partir de los 75 años: se estima que el 5 por ciento de la población mundial la padece. En Argentina, unos 120 mil pacientes presentan esta condición. Consiste en el endurecimiento y obstrucción de la válvula aórtica, situada en la cavidad izquierda del corazón. Esta válvula permite el paso de la sangre hacia la arteria aorta y evita el reflujo hacia el corazón. Con el tiempo, se va calcificando, endureciendo y la válvula pierde elasticidad, limitando la salida de sangre desde el corazón, lo que rápidamente lleva a la aparición de síntomas como dolor de pecho (angina), cansancio inusual después de una actividad, mareos, desmayos (síncope) y falta de aire (disnea) cada vez mayor.

Esta patología lleva a un cuadro de insuficiencia cardíaca, lo que influye en la calidad de vida y en la sobrevida del paciente. Además, aumenta su incidencia con la edad, presentándose en el 3 o 4% de las personas de 70 años y en el 15% de los de 85 años o más.

Alternativas de tratamiento

Ante este escenario, hay dos alternativas de tratamiento: la cirugía convencional, ?a cielo abierto?, sometiendo al paciente a hipotermia y conectándolo a un corazón artificial durante la intervención de reemplazo valvular aórtico, y la opción del cateterismo, a través del implante de la válvula aórtica por vía percutánea (TAVI, por sus siglas en inglés). Para el doctor Antonio Scuteri, cardioangiólogo intervencionista miembro del CACI, "el implante percutáneo es una cirugía mínimamente invasiva que puede realizarse por punción o disección de una arteria periférica como por ejemplo la arteria femoral o la arteria subclavia o en casos extremos por punción directa de la aorta torácica".

Este tratamiento implica el reemplazo de la válvula enferma por una protésica de pericardio. Se inserta la válvula montada sobre un stent de metal auto expandible, que a su vez está dentro de un catéter de 6mm de diámetro. Al llegar al interior de la válvula enferma, el cardioangiólogo intervencionista acciona un dispositivo que remueve la camisa protectora de la válvula, que queda al descubierto, se auto-expande automáticamente y se implanta en el paciente.

En opinión del doctor Oscar Mendiz, cardioangiólogo intervencionista miembro del CACI y ex presidente de la Sociedad Latinoamericana de Cardiología Intervencionista (Solaci), "sin lugar a dudas es un procedimiento que se comenzará a aplicar en pacientes de riesgo moderado (como sucede en Europa) y estoy convencido que los primeros grupos en los cuales debe ser utilizado es en los octogenarios (en especial los que además necesitan reparación coronaria), y los que ya tienen un reemplazo valvular previo o una cirugía de by-pass anterior".

Prótesis de la válvula luego

del implante percutáneo

El Implante Valvular Aórtico Transcatéter (TAVI) se realizó por primera vez en el año 2002 en Francia por el doctor Alan Cribier y consistió en una válvula protésica que se implantó a través de un balón (balón expandible). Al poco tiempo el doctor Eberhard Grube implantó una válvula protésica sin necesidad de balón (auto expandible). Mundialmente, ya se realizó en más de 100.000 pacientes.

"En la República Argentina, el primer TAVI se llevó a cabo en el año 2009 en el Hospital Juan A Fernández. A partir de allí, en estos 7 años se han realizado más de 1000 implantes valvulares por esta técnica en todo el país, en alrededor de 40 instituciones médicas", manifestó el Dr. Miguel Oscar Payaslian, Coordinador del Registro Único de TAVI del Colegio Argentino de Cardioangiólogos Intervencionistas.

En los primeros años el TAVI tenía indicación exclusiva en pacientes con estenosis valvular aórtica que eran considerados inoperables, y en esa población se evaluó la factibilidad y la seguridad de la técnica. Posteriormente, ante la evidencia de la confiabilidad y la durabilidad de la prótesis en el tiempo, el procedimiento se extendió a personas con alto riesgo para la cirugía, mientras que en el año 2014 la prestigiosa revista New England Journal of Medicine publicó el primer trabajo donde se comparaba la cirugía convencional contra el TAVI, demostrando que este último, es decir el reemplazo por catéter, es superior en el seguimiento de sobrevida al año. "Es de esperar que en los próximos años esta técnica demuestre que su uso en poblaciones de menor riesgo sea igual o superior a la cirugía a cielo abierto, para lo cual existen a la fecha trabajos destinados a comparar ambas técnicas", destacó el doctor Scuteri.

"En nuestro país se han incluido hasta la fecha pacientes inoperables o de alto riesgo, habiendo descendido la mortalidad un 50 por ciento con respecto a la estimación realizada con la cirugía convencional. De hecho, hay pacientes que ya han cumplido 6 años de este tratamiento y se encuentran asintomáticos, sin cambios estructurales de la prótesis en los controles por imágenes que se realizan. Según estimaciones preliminares del Registro Único de Reemplazo Valvular Aórtico Transcatéter del CACI, la tasa de sobrevida a los 2 años posterior al cateterismo es de 82,7 por ciento", subrayó el Dr. Payaslian.

En cuanto al tiempo de internación posterior a la intervención, este es de 5 días en promedio. Sin embargo, a las 12 horas después del tratamiento los pacientes ya pueden ponerse de pie y caminar sin problemas. Además, se espera que gracias a las nuevas tecnologías y a la telemetría, los individuos puedan irse de alta dentro de las 48 horas de internación en el futuro cercano. Esto no es un dato menor, teniendo en cuenta que la mayoría de los pacientes promedia los 80 años y es vulnerable a infecciones intrahospitalarias y a alteraciones neurocognitivas durante internaciones prolongadas.

La institución

El Colegio Argentino de Cardioangiólogos Intervencionistas (CACI) es la única sociedad argentina en esta especialidad. Fue creado en 1985 con la finalidad de nuclear a todos los especialistas en diagnóstico y tratamiento de las enfermedades cardiovasculares por cateterismo. Hoy cuenta con más de 500 miembros asociados.

CACI desarrolla una amplia actividad científica en el país. Desde el año 1990 realiza un congreso anual de Cardioangiología Intervencionista en distintas ciudades del interior del país, con una importancia cada vez mayor y una creciente concurrencia.

Coordina el Programa Educativo Integral (P.E.I.), junto con los consejos de hemodinamia y cardiología intervencionista de la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC) y de la Federación Argentina de Cardiología (FAC).

CACI cuenta con la primera y más antigua carrera de Especialista en Cardioangiología Intervencionista del mundo, de tres años de duración, llevada a cabo conjuntamente con la Universidad de Buenos Aires. Ya ha formado a más de 150 cardiólogos intervencionistas de Argentina y del mundo.

CACI participa, junto a distintas organizaciones de Salud, en el desarrollo de nuevas regulaciones y guías de trabajos, así como en la aceptación de la tecnología de reciente lanzamiento; y es el encargado de supervisar a los médicos y a los centros asistenciales que practican la especialidad en la Argentina.