LA PLATA (Corresponsal).- Ante cada renovación en la composición de la Legislatura bonaerense, se realizan movimientos que casi podrían compararse con una partida de ajedrez entre grandes maestros. En el juego de los 64 escaques, cuando los contendientes tienen un nivel elevado de Elo (así se denomina al sistema de puntuación que otorga el ranking a los jugadores del deporte/ciencia) no realizan movimientos pensando en su siguiente jugada, sino que anticipan todas las posibles opciones del rival buscando estar no un paso adelante, sino varios.

Es por eso que Fernando Navarro, titular del bloque del FPV en la Cámara de Diputados bonaerense, salió a marcar la cancha el jueves pasado y a recordarle a los vencedores de las elecciones del 25 de octubre, que su bloque de 36 diputados es la primera minoría en el recinto de la avenida 53.

Flanqueado por varios legisladores, Navarro subrayó acerca de la designación de autoridades: "En el marco de estos tiempos donde se habla de república, calidad institucional y una democracia más sólida, sería importante que el nuevo oficialismo respete el rol de la primera minoría con 36 diputados".

Si bien conservar la presidencia del cuerpo legislativo puede ser una empresa casi utópica, es muy probable que el FPV salga en busca de los organismos de control. Las negociaciones deberán avanzar en este sentido, ya que la cantidad de bancas que ocupará la futura posición, la pondrá en una posición de ventaja toda vez que se necesiten aprobar leyes especiales, en donde el oficialismo deberá contar con más de dos tercios de las bancas para sacarlas.

Primera minoría

Pero para entender el mensaje que envió Navarro es menester saber: ¿qué es la primera minoría? Con este concepto, que no está en el Reglamento Interno de la Cámara, ni en las constituciones provincial y nacional, pero que es de uso legislativo universal, se designa a la fuerza política representada en alguna de las Cámaras que cuenta con el mayor número de legisladores, sin que logre por sí misma contar con la mayoría (la mitad más uno) en el recinto.

La actual composición de la Cámara baja cuenta con 92 diputados, de los cuales 36 serán del FPV ya que perderá 8 de los 44 con los que actualmente cuenta. Y, si bien esa cifra le da una ventaja de 8 escaños sobre las bancadas del mismo color político del Ejecutivo que asumirá, le será muy difícil lograr el propósito de hacerse con la presidencia del Cuerpo ya que una eventual alianza entre Cambiemos y UNA, dejaría a esta unión con un mínimo de 50 votos, número más que suficiente para que las autoridades sean digitadas por estos últimos, sin tener en cuenta que seguramente el FAP se sume a esa negociación si se considera la reciente reunión entre Margarita Stolbizer y María Eugenia Vidal.

Por todo esto, el hecho de tener la primera minoría no garantiza la presidencia del Cuerpo ya que, como reza el artículo 14 del Reglamento Interno de la Cámara de Diputados provincial, "la Cámara procederá, por votación nominal, a designar las autoridades de la misma, formando la mesa directiva con un presidente, un vicepresidente, un vicepresidente primero, un vicepresidente segundo y un vicepresidente tercero".

Y continúa: "La elección se hará por mayoría absoluta de votos. En caso de empate o si no se hubiese conseguido mayoría absoluta, deberá optarse entre los dos candidatos más votados y si resultare empatado nuevamente se procederá por sorteo".

Por lo reglado en el articulado, el FPV debería obtener un mínimo de 47 votos para hacer valer su postura, algo altamente improbable en este momento y con la futura constitución del Cuerpo legislativo.

Los nombres que suenan

En este escenario las negociaciones de Cambiemos con el massismo están al orden del día, y los diputados del Frente Renovador tendrán un rol fundamental en la nueva composición de Diputados para el avance (o no) de los proyectos enviados desde el Ejecutivo. Lo que abre una lucha entre el massismo y el FPV por espacios de poder.

En esa pulseada, la presidencia del Cuerpo podría caer en manos del renovador Jorge Sarghini, aunque de no concretarse esta posibilidad existe una variante PRO para ocupar ese lugar que llegaría a alguien cercano a Emilio Monzó: Marcelo Daletto.

Si esta posibilidad tampoco se da, el plan B llegaría de la mano del diputado pergaminense Orlando Yans y la vicepresidencia sería para el massismo bajo la figura del "Vasco" Juan José Amondarain.

La danza de nombres se desliza vertiginosa por los pasillos de la Legislatura bonaerense. Pero en esta pelea, a diferencia del boxeo, los segundos no se quedan afuera y el Frente para la Victoria no se conformará con ser un convidado de piedra. En los próximos días, veremos cómo quedan ubicadas las fichas en el tablero.