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02-12-2015

Menor no punible que mató a un joven está en libertad

Tal como se preveía, el adolescente de 15 años que asesinó a un joven el 21 de noviembre se retiró del sitio que lo tenía alojado y ya está en las calles. Los problemas del Estado para solucionar estos casos.

El menor de 15 años que había sido aprehendido días atrás por el homicidio de Jordan González (19) ya está en las calles nuevamente. En una consecuencia natural de la falta de presencia del Estado para este tipo de casos extremos, el adolescente no punible hizo abandono del tratamiento que le habían fijado ante la imposibilidad de mantenerlo encerrado.

A raíz de esa novedad, familiares y allegados de González, quien fuera asesinado en el barrio Don Emilio el 21 de noviembre, realizaron una protesta frente a la nueva sede de la Justicia de Menores en la ciudad.

La fiscal del Fuero de Responsabilidad Penal Juvenil, Mariana Baqueiro, los recibió y les explicó el procedimiento para estos casos. "Es una situación compleja, pero las personas pusieron mucha voluntad y lograron comprender cómo es la ley y las distintas injerencias", indicó Baqueiro en un breve contacto con LA CAPITAL.

La polémica se había iniciado poco después de producirse el hecho, cuando el menor de 15 años fue aprehendido por orden del fiscal Marcelo Yanez Urrutia. La jueza de Garantías Patricia Gutiérrez estableció 24 horas de encierro "o el tiempo que necesitase el Servicio Zonal" para definir el destino del menor.

Después de un par de días retenido en el Instituto de Menores de Batán, el adolescente quedó a disposición del Servicio Zonal de la Provincia de Buenos Aires y, tras el informe correspondiente, se ordenó su traslado a una comunidad terapéutica de régimen abierto. El 25 de noviembre se produjo su ingreso y el domingo último el menor se retiró por sus propios medios, haciendo abandono de tratamiento.

Conforme lo dispone la ley por política criminal del Estado, a los menores de 16 años no se los puede someter a proceso, a juicio, ni fijarle pena. Solamente se aborda la problemática desde lo asistencial.

De todos modos existen registros de menores no punibles homicidas a los que no se les facilitan tanto las cosas. Por ejemplo, el asesino de Lucas Leguizamón (19) permanece privado de la libertad desde el mes de agosto, después de que se concluyera que necesitaba un régimen de tratamiento compulsivo o cerrado.

En la actualidad ese menor está alojado en Casa del Sur, ubicada en Monte Grande, único lugar de la provincia de Buenos Aires de esas características.

Un mecanismo

particular

Cuando un menor de 16 años comete un delito grave, como puede ser un homicidio o un abuso sexual, se despliega un proceso judicial diferente respecto a otras causas en las que sólo se forma causa y se canaliza la restitución a los padres.

Con delitos graves, el Fuero de Responsabilidad sólo puede mantener bajó su órbita a un menor por no más de cinco días y sólo con el objeto de brindarle al Servicio Zonal de la provincia el tiempo necesario para iniciar su trabajo. Este consiste en evaluar al menor por medio de la Oficina de Niñez en Riesgo de la Municipalidad, cuyo personal es el que entrega las conclusiones.

A partir de esos escritos se define cuál es el destino del menor no punible y existen dos posibilidades: un criterio de internación o un tratamiento ambulatorio. La primera alternativa está, en la mayoría de los casos, relacionada con una problemática de adicciones. Son excepcionales las resoluciones de internación por un problema conductual.

No obstante, la provincia de Buenos Aires carece de infraestructura para satisfacer esa demanda.

En tanto, cuando se evalúa que el menor necesita un tratamiento ambulatorio hay diversas posibilidades. En Mar del Plata, por ejemplo, la Posada del Inti. En la causa que generó la polémica, el menor asesino de Jordan González fue derivado a una comunidad terapéutica abierta en reparo en Buenos Aires.

De allí el adolescente, al no encontrar controles de seguridad por tratarse de un régimen abierto, se retiró. Esa inconducta no significa ningún problema para el menor, ya que no se le puede librar una captura pero sí una averiguación de paradero.

En el caso de que el adolescente fuera localizado el Servicio Zonal deberá reevaluarlo y, por cierto, reconsiderar el dispositivo para optar por un tratamiento adecuado.

Mientras tanto, en medio de todo esto, la sociedad.