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02-12-2015

Una pelea por drogas habría motivado el crimen en la Villa de Paso

Problemas por la compra y venta de drogas en un sector de la casi desaparecida Villa de Paso es el móvil que la policía investiga para esclarecer el crimen de Diego Giménez (37). Un menor de 17 años es el único aprehendido por participar en el asesinato. Giménez murió de dos disparos.

Cuando el pitbull se le arrojó encima, Diego Martín Giménez (37) creyó que era lo peor que lo podía pasar. Las mandíbulas poderosas del perro se cerraron sobre su brazo izquierdo y le causaron una herida tan severa que salió espantado del frente de la casa a la que había llegado a reclamar un problema de drogas. Allí en la Villa de Paso, o en lo que queda de ella, los dueños de la vivienda de Larrea al 1800 usaron como método de defensa al perro y ante la insistencia de Giménez, lo mataron de dos disparos.

El crimen ocurrido ayer poco antes del mediodía tiene por el momento un sospechoso al que se le adjudica algún grado de participación. Se trata de un menor de 17 años que fue aprehendido en base al testimonio de vecinos que lo vieron amenazar a Giménez cuando se desangraba a menos de 100 metros del lugar de los hechos.

"¡La próxima vez te mato!" le habría gritado el adolescente a bordo de una motocicleta que horas después fue localizada en otro sector de la ciudad con él a bordo. Desconocía el menor que Giménez, en ese instante, agonizaba a causa de los dos disparos, uno en el pecho y otro en la zona de la cintura, que salieron del interior de la casa.

El asesinato número 68 en Mar del Plata durante el año 2015 tiene el sello de una disputa por el consumo de drogas. Ni siquiera por la venta o por cuestiones territoriales. Apenas un adicto, un punto de venta y la discusión por conseguir más al mismo precio suelen ser motivos suficientes para que se inicie una pelea que puede acabar fatalmente.

La "Villa de Paso" es un asentamiento que se resiste a desaparecer desde que hace casi un lustro comenzó su relocalización. Escenario caliente durante los últimos años del siglo pasado y los primeros de éste, la villa cobijó a una gran mayoría de trabajadores que sufrían el acoso interior de la delincuencia.

Ahora, algo similar ocurre. No más de 20 familias se mantienen esparcidas en algunas de las cuatro manzanas delimitadas entre la avenida Paso, Larrea, Sarmiento y Alsina. Sin embargo, residen todavía algunos focos de conflicto con la ley, en especial la venta de estupefacientes que incluso durante el mes de octubre derivó en allanamientos y detenidos.

En ese contexto se produjo el crimen de Giménez, un hombre de 37 años que pretendió, según lo que consta en la investigación judicial, enfrentarse a quienes lo proveían de drogas.

Aunque se trata de una hipótesis laboral, la venta de estupefacientes es una versión que, por cuestiones lógicas, la policía no puede confirmar. De todos modos los investigadores trabajan en esa línea.

Un perro, el iniciador

Poco antes del mediodía Giménez salió de su casa ubicada en Larrea al 1800 con rumbo a lo de la "Gorda", una mujer dedicada a la venta de drogas. Ese "point", tal lo confirmado por personal policial, era conocido y ya había sido allanado anteriormente: era una casa algo precaria de Vieytes al 1600.

La reconstrucción incialmente realizada por el fiscal Juan Pablo Lódola -luego le derivó la competencia a su par del Fuero de Menores, Carlos Russo- fijó el conflicto en la puerta de la vivienda de los vendedores de estupefacientes. Al parecer Giménez llegó hasta ese lugar para hacer un reclamo por transacciones anterior y empezó a insultar a los moradores. En ese domicilio, acaso como una protección para este tipo de inconvenientes, convivían tres perros raza pitbull, los cuales con su sola apariencia hacían pensar a más de uno en tomar riesgos como los que tomó Giménez.

Pero el estado de alteración que presentaba la víctima le impidió hacer cualquier tipo de cálculos e insistió de manera vehemente con sus reproches, hasta que del interior de la casa salió corriendo uno de los perros.

Giménez pretendió alejarlo pero fue vorazmente atacado por el pitbull, que lo mordió en distintas partes del cuerpo pero principalmente en el brazo izquierdo. Cuando pudo quitarse al perro de encima, Giménez se retiró con una gran herida. Sin embargo no se resignó.

Según pudo conocer LA CAPITAL, el hombre se curó de manera casera las heridas causadas por el ataque del perro y regresó a la casa de la calle Vieytes, ya más decidido a cambiar sus insultos por métodos más violentos. Así fue como tomó algunas piedras y palos y las arrojó contra la vivienda.

En ese momento se escucharon varias detonaciones provenientes de la edificación y al menos dos proyectiles impactaron en Giménez, quien volvió a salir corriendo pero esta vez no llegó a su casa. Tras tomar Las Heras cayó desplomado en la esquina de Larrea.

Testigos aseguran que en ese momento un individuo vestido con una camiseta de Boca Juniors, a bordo de una motocicleta Honda Tornado, sin patente, llegó al lugar y solo bajando la velocidad le hizo una advertencia a Giménez: "¡La próxima vez te mato!". Los médicos confirmarían que Giménez tuvo una sobrevida de unos pocos minutos y tal vez en ese instante ya estaba muerto. Un disparo en el pecho le causó lesiones mortales al afectar órganos como los pulmones y el corazón.

Huida y detención

Convocado el personal policial de las dos comisarías lindantes (corresponde a segunda pero una parte de la Villa de Paso está en novena) iniciaron la investigación, y la prioridad fue localizar a la motocicleta.

Minutos más tarde, cuando era también solicitada la presencia de una ambulancia ante la duda sobre el estado de Giménez, se irradió por toda la red policial al descripción de la motocicleta y su ocupante. Alertados móviles de otra dependencia y del Comando de Patrullas lograron un resultado inmediato, al avistar la Honda Tornado en Edison y la 37 (Carasa).

Al mando del rodado iba un adolescente de 17 años que vestía la camiseta de Boca Juniors.

Para los investigadores, la sumatoria de indicios fue suficiente en el comienzo de la causa y por ello se comunicaron con el fiscal Russo, que por razones de urgencia ordenó la aprehensión del menor de edad.

Ayer por la tarde el fiscal esperaba el traslado del adolescente para tomarle declaración y de esa manera tener algunos elementos más para decidir el destino de la investigación. "Hay un menor de 17 años aprehendido y habría algunos elementos que podrían sindicarlo como el autor del homicidio, aunque no son elementos terminantes. Existen indicios de sospechabilidad sobre este menor", dijo la fuente judicial consultada por este medio.

Al cierre de esta edición personal de la comisaría segunda realizaba allanamientos en la vivienda de cuyo interior salieron los disparos contra Giménez. Vale recordar que minutos después de producirse el homicidio la casa quedó deshabitada y un patrullero quedó consignado a la custodia hasta la ejecución de los allanamientos.