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Deportes 26 de mayo de 2017

Organización

Nahuel Yeri, de lo mejor de Aldosivi, frente al marplatense Walter Erviti.

Por Vito Amalfitano

La organización vence al tiempo. Para Aldosivi la preocupación del descenso se imaginaba para el próximo campeonato de Primera División del fútbol argentino. Pero el caos de la versión 2017 de la Era Franco, con siete derrotas consecutivas, apuró los tiempos y desencadenó ahora los temores por la permanencia, para este mismo certamen.

Hubo fallas de origen en el armado del plantel, y a Darío Franco le faltó pragmatismo para entender que con estos futbolistas, con este material, no podía mantener su idea de fútbol “ofensivo” y frontal. Igual, en algunos de esos siete partidos, jugó tan mal en ambas áreas que fue únicamente “inofensivo”.

Asumió Walter Perazzo como entrenador y apeló al orden como medida de urgencia. Con lo que tiene, con lo que cuenta, y sin demasiado tiempo por delante, afrontó las dificultades con organización.

Ahora contra Independiente, en esta fría noche marplatense, el equipo de la ciudad se paró tan bien como contra San Lorenzo, cerró filas de manera similar, aunque perdió más rápido la pelota, se la entregó demasiado al rival y le faltó juego para ir por un poco más. Aun así tuvo su gran oportunidad en el cabezazo de Miracco en el travesaño.

El fútbol no es ajedrez. Sirve pararse bien , acomodar bien las piezas. Pero no siempre alcanza. Sobre todo si enfrente aparece un equipo con talento colectivo e imaginación para romper ese tablero. O alguna individualidad que destroce los esquemas. Esta vez a Independiente, que fue prolijo y tuvo paciencia, le faltó esa sorpresa, esa repentización, como para quebrar el vallado que propuso Aldosivi. Y tampoco apareció ningún “iluminado”. Entonces el orden fue suficiente para que Aldosivi sume otro punto valioso, como para ganar más tiempo y no tener tantas urgencias ahora con los promedios.

Lo que se perdió, lo que se dilapidó, en “colchón” de puntos en la última etapa, perdido está. Ahora había que volver a quedar erguido, era necesario dejar de perder y levantarse. Pero justo llegaban los grandes. La historia dice que en esas Aldosivi no se achica. Pero con la inercia que venía, con el material que tiene y de la forma que encaraba los partidos, parecía una quimera sostener esa tradición. Pero a la leyenda, Perazzo le agregó organización. Y venció al tiempo.