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Deportes 12 de febrero de 2018

Quilmes otra vez apurado por las circunstancias

El equipo marplatense recibe a Boca en el Polideportivo. Nicolás Ferreyra volvió con dolores en el pómulo y su participación está en duda. El partido comenzará a las 21.30.

Iván Basualdo pelea por un rebote. Quilmes debe recorrer el camino de la lucha para hacerse fuerte con su defensa.

Quilmes de esta ciudad jugará esta noche un partido importante en su pelea por despegar del fondo. Recibirá, desde las 21.30 en el estadio Polideportivo, a Boca Juniors, que perdió mucho terreno en la tabla de posiciones y cayó al decimosexto lugar.

El equipo marplatense, decimoctavo después de las tres derrotas en el noreste y con Comunicaciones cerca, no tiene margen de error. Debe ganar para no seguir complicándose.

En la última gira, ya con el puertorriqueño Ricardo Sánchez en el equipo, se reprodujeron muchos trazos que marcaron la campaña quilmeña.

Salvo en Formosa, volvió a atacar aceptablemente y a anotar un buen caudal de puntos. Pero le hicieron 90 en el partido que menos le anotaron. El regreso de Ricardo Sánchez, de opacas tareas, tampoco contribuyó en lo más mínimo para apuntalar una estructura defensiva siempre endeble. Con él y sin él.

La rotación se engrosó, pero el problema del equipo en los últimos tres partidos fue el mismo de siempre: defensivo.

Nicolás Ferreyra, quien sufrió un fuerte golpe en el pómulo derecho en el cotejo ante San Martín, regresó con dolores a Mar del Plata. Al base le practicarán nuevos estudios en las próximas horas. Su presencia nuevamente está en duda.

De todos modos, Bruno Sansimoni, quien ante Regatas Corrientes registró su máxima marca anotadora (20 puntos) en la historia de la Liga Nacional, lo reemplazó de muy buena manera.

Boca tampoco las tiene todas consigo. El conjunto dirigido por Gustavo Fernández arrastra tres caídas consecutivas, las dos últimas ante Peñarol.

El sábado ante el conjunto “milrayitas” distó de dar una buena imagen. Fue superado en el poste bajo con amplitud y, si no fuera por la actuación individual de Eduardo Gamboa, su derrota pudo ser más dura.

Al uruguayo Martín Osimani le costó entrar en juego. Pero, con minutos y en su puesto, puede imprimirle orden a un equipo que lució confuso en muchos pasajes. Sobre todo en la parte final del partido.

Los dirigidos por Gustavo Fernández tienen algo de margen. Pero no demasiado. Jugando como contra Peñarol, pueden seguir complicándose. Por lo tanto, está abierta la invitación para un juego cargado de tensión.