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Opinión 21 de julio de 2017

Panorama económico: Todo al 17…pero 20 no estaría mal

Por Marcelo Bátiz

El gobierno confía en cerrar 2017 con la inflación más baja de los últimos ocho años, una performance más que satisfactoria después de haber concluido un 2016 con el nivel más alto en quince.

Sin embargo, pareciera que el karma macrista no permite presentar una buena noticia sin su contracara negativa. La inflación será la más baja desde el recesivo 2009, pero superará la meta del 17 por ciento fijada en la presentación de la ley de Presupuesto y defendida aún a capa y espada por el Banco Central.

La convicción de Federico Sturzenegger, presidente de la autoridad monetaria, es que “una meta que se corrige deja de ser una meta”, según sus propias palabras. Se entiende su postura: anunciar una modificación en el objetivo cuando faltan más de cinco meses para que finalice el año, podría ser un pésimo mensaje a los mercados, que se adecuarían al instante con una remarcación generalizada de los precios. Pero mantenerlo contra toda la evidencia le hace correr el riesgo de reducirlo a una mera expresión de deseos.

La información está públicamente disponible y por más que se fuercen las proyecciones los números no dan. La presentación del Índice de Precios al Consumidor Nacional por parte del INDEC aportó, además de una medición territorial más abarcativa, fue un alivio de cara a futuros aumentos tarifarios. El impacto será menor diluido entre las seis regiones geográficas que en la del Gran Buenos Aires. Pero aun así el peso que tendrá la suba ya anunciada del gas en noviembre no puede soslayarse a la hora de las proyecciones inflacionarias.

El primer semestre de 2017 mostró un derrumbe de la tasa interanual, que cayó desde su inicio hasta el final del 36,6 al 21,7 por ciento. Ese porcentaje ya es el más bajo en ocho años. El acumulado de enero-junio fue de 11,8 por ciento, significativamente menor al 29 por ciento que la Ciudad de Buenos Aires midió para el mismo período de 2016.

Pero está dicho: el lado negativo es el escasísimo margen que deja para la segunda mitad del año… si es que se mantiene la pauta del 17 por ciento.

El factor dólar

En ese caso, de julio a diciembre el promedio mensual no podrá superar el 0,76 por ciento. Una performance que, salvo la excepción de agosto del año pasado, no se puede concretar desde hace más de una década, obviando los nueve años de manipulación delictiva. Vale una aclaración: el 0,2 por ciento de agosto de 2016 fue más que nada el reflejo del fallo de la Corte que suspendió el incremento tarifario del gas y difícilmente se repita en el corto plazo.

Julio comenzó con una suba del dólar que ya alcanza al 3,5 por ciento, acompañada por incrementos en combustibles y medicina prepaga. Las estimaciones más optimistas son las de una reiteración del 1,2 por ciento de junio, aunque son muchos los que prevén un nivel mayor. Por su parte, el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, aventuró una inflación del 1 por ciento para fin de año.

No bastó con que Sturzenegger fuera más extremo y apuntara a un cuarto trimestre con un promedio mensual por debajo de la expectativa del ministro. No hay forma de llegar al 17 por ciento si en todos los meses que restan la inflación supera el mencionado 0,76 por ciento.

El BCRA endurece su política

De todos modos, en el BCRA no dan el brazo a torcer y procedieron a endurecer aún más su política respecto de las tasas de interés. Si bien mantuvieron la de Política Monetaria -al menos hasta el martes próximo-, aumentaron un punto porcentual la de las lebacs a 28 días.

La medida apunta a atenuar una inflación núcleo (la que excluye precios regulados y estacionales) que el propio Central admite que desde hace diez meses no baja. Es probable que lo logre, pero, ¿alcanzará para llegar al 17 por ciento que tanto los desvela?

Quizás sea más razonable admitir para el segundo semestre un promedio mensual de 1,2 por ciento, con las oscilaciones propias de un período que vendrá con factores estacionales y el anunciado aumento del gas.
De esta forma se llegaría a diciembre con una tasa interanual del 20 por ciento. Cinco veces más que en Brasil y ocho más que en Chile, objetivos tan lejanos que ni en 2019 podrán ser alcanzados. Pero una performance que confirma la tendencia descendente y deja una plataforma conveniente para que, por fin, se cumpla la meta fijada para 2018 de no más del 12 por ciento.

Será cuestión de esperar algunos meses para que la propia realidad acomode las metas.