Por Sebastián Arana

Peñarol sufrió una derrota dolorosa. Hasta bien entrado el tercer cuarto parecía tener el partido controlado. Pero la descalificación por doble técnica de Alejandro Diez -una desmesura del árbitro Julio Dinamarca– cortaron el ancla del equipo, que luego anduvo a la deriva. Hispano Americano aprovechó la oferta y se terminó imponiendo 81 a 76 en una nueva jornada de la Liga Nacional de Básquetbol.

Las dudas iniciales -par de minutos marcados por pérdidas e imprecisiones varias, con predominio de Hispano Americano, que llegó a tomar una luz de 9 a 3- se disiparon rápido. Los “milrayitas” encontraron el rumbo mejorando su actitud defensiva y, sobre todo, con una entrada en escena fulgurante de Franco Giorgetti.

El chaqueño –otra vez volvió a defender al “4” rival, variante que parece definitivamente adoptada y que ha dado buenos resultados- controló totalmente a Kyle Austin y del otro lado de la cancha estuvo inspiradísimo. Cuatro triples consecutivos suyos cambiaron radicalmente el partido.

Peñarol, de dominado, pasó a claro dominador. De perder 9 a 3 a los dos minutos de partido pasó a imponerse 21 a 13 cuando restaban dos para el epílogo del cuarto inicial. Ese parcial de 18 a 4 golpeó muy fuerte a los sureños, impotentes para frenar el vendaval y más tarde para remontar el barrilete.

El equipo de Richotti, a partir de entonces, manejó esa diferencia. Con más o menos autoridad. Ya no fue tan contundente como en el cuarto inicial. En el segundo, sin embargo, la aparición de otras variantes le permitieron consolidar la renta.

Alejandro Diez produjo en ataque, los releves aportaron lo suyo y el contraataque funcionó. Nada del otro mundo. Pero, acompañado por una defensa sólida –sólo sufrió con la determinación de Mariano Fierro-, fue suficiente para ir 42 a 33 arriba al entretiempo.

El tercer cuarto, sin embargo, vino con complicaciones. Las faltas personales fueron poniendo en problemas a Peñarol. Como la cuarta de Acuña, que vino acompañada por un “veranito” ofensivo de Rashaun Freeman. O la cuarta de Giorgetti. Pero lo peor fue la descalificación por una doble falta técnica –una exageración del árbitro Julio Dinamarca- de Diez, siempre el alma del equipo.

La capacidad defensiva local se vio erosionada. Y, paulatinamente, Hispano fue achicando la brecha. El conjunto santacruceño terminó a seis (61-55) el tercer cuarto y continuó su escalada en los primeros minutos del cuarto final. Hasta pasar al frente 67-65, cuando restaban siete minutos, con un triple de Matías Bernardini.

Ahí cambió por completo el clima del partido. Porque Peñarol jugó la recta final presionado por sus propios nervios. Ni los regresos de Giorgetti y Acuña cambiaron la ecuación, más allá de propiciar una mejoría defensiva.

Hispano mantuvo esos dos puntos de diferencia. En el minuto y medio final mantuvo a raya a Peñarol jugando cinco situaciones ofensivas lógicas. Todas terminaron en conversiones. Y ya no hubo forma de remontar la cuesta.

Peña “Vamos por Más”

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