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Deportes 17 de abril de 2017

Peñarol perdió, pero alcanzó el premio consuelo

Cayó 77-82 en La Bombonerita pero se aseguró la ventaja para un desempate con Boca.

Boca sacó veinte puntos de diferencia en un cuarto y provocó una angustia mayúscula. Peñarol pagó muy caro ese arranque. Después engranó. Tarde para ganar, pero al menos a tiempo para caer por cinco puntos, 77-82, una luz que le permite quedarse con la ventaja deportiva en un eventual desempate con los “xeneizes”.

Menos mal que el partido era una final. En cuatro minutos Peñarol ya perdía 12-2 y Marcelo Richotti debía gastar su primer tiempo muerto. De regreso, cuatro puntos más de Boca, que hacía mucho daño cuando ponía el balón interior o lograba correr la cancha y no daba atrás el más mínimo resquicio con una defensa zonal que “taró” al equipo marplatense. Los famosos 18 puntos de ventaja se habían prácticamente esfumado en medio cuarto. De poco sirvieron los rápidos ingresos de Dabney, Giorgetti y Acuña. El descalabro “milrayitas” fue absoluto y el marcador del primer cuarto bien gráfico: 26-7 para Boca, que ni siquiera necesitó a Delfino en plan protagónico.

El elenco marplatense hizo pie en el segundo cuarto y fue in crescendo. Aunque empezó a sufrir a Delfino (12 puntos en el parcial), encontró la medida para su lanzamiento exterior a favor de los espacios que le ofrecía la defensa zonal del local. Dabney anotó tres, Giorgetti y Figueroa un par más. Engrosada por el tiro de tres puntos, la ofensiva peñarolense revivió y así pudo descontar algo de terreno. Al entretiempo llegó a once puntos (34-45), con algo más de tranquilidad.

Pero una cosa es meterla y otra jugar bien. No hubo puntería para disimular errores de gestación en el tercer cuarto. Boca pasó fugazmente a defensa individual, pero volvió a zona y otra vez se sintió cómodo. Peñarol no la metió y lo dominó, otra vez, la confusión.

Con ese panorama el equipo local se tranquilizó. Se pasó la pelota con criterio y volvió a abastecer como en el inicio del partido al griego Lampropoulos, principal definidor de un ataque aceitado. La diferencia trepó a 24 puntos (64-40) cuando faltaban dos minutos para el final de ese parcial.

Las esperanzas de ganar el partido se derrumbaron para el equipo “milrayitas”. Pero le quedaba pelear por el premio consuelo, una derrota por menos de dieciocho puntos.

Un triple increíble de Pettigrew en el segundo final del tercer cuarto lo hizo entrar al último con esperanzas.

Boca se mantuvo un par de minutos con esperanzas de ganar por más de esos dieciocho puntos. Pero cuando Peñarol quebró esa línea se derrumbó. Y en la recta final se impusieron la calidad de Pettigrew, la astucia de Figueroa para habilitar un par de veces a Diez y la experiencia de Gutiérrez para defender y aportar conversiones claves.

Tanto mejoró el equipo marplatense y tanto se cayó Boca que llegó a arrimar a tres puntos (77-80) a tres segundos para el final del partido. El vuelco, en definitiva, no fue posible. Pero sí quedarse con el premio consuelo. Con dos victorias propias, o dos caídas de Boca, Peñarol asegurará su lugar en primera.