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Arte y Espectáculos 26 de mayo de 2018

Renovada, sube a escena “Moby D…q”

Se trata de una versión libre de la novela de Melville, con un homenaje a la gente del puerto de Mar del Plata. Combina teatro de objeto, con proyecciones audiovisuales y efectos de luz y sonido.

El artista Pierrik Malebranche, habló del proceso de creación de la puesta Moby D...q".

El artista Pierrik Malebranche dirige y protagoniza “Moby D…q“, una obra de teatro de objetos, que combina con proyección de material audiovisual y efectos lumínicos y sonoros.

La pieza, que se desarrolló con un incentivo del Fondo Nacional de las Artes, se estrenó en el Teatro Auditorium e hizo temporada este verano en El Galpón de las Artes, volverá a presentarse en el marco de la Escuela de Espectadores, hoy a las 17, en el Teatro Auditorium.

La puesta es una versión libre, basada en el libro de Melville, que combina un homenaje a la gente del puerto de Mar del Plata.

El realizador indicó que la puesta tiene varios cambios de la original porque “está viva, siempre en proceso y va tomando su forma definitiva a medida que la voy haciendo, en el ritmo, en la forma, en la relación con el público y la lectura que los demás hacen de la obra, junto con mis propias sensaciones”.

Malebranche -bailarín, coreógrafo, intérprete y mimo francés radicado en Mar del Plata desde hace 7 años- contó que “esta obra fue, al principio, una necesidad”.

Es que Malebranche siempre había trabajado en producciones en “compañía”, pero “acá es muy dificil hacer viajar a los proyectos y para mi era muy importante que las obras se muevan”.

De Melville a la pesca local

“Logré una beca del Fondo Nacional de las Artes y el apoyo del Teatro Auditorium. Empezó con lo que yo llamaba un proyecto nómade, que pueda montarse casi en cualquier lugar, con requisitos técnicos mínimos”.

Según relató, en conversaciones durante el proceso creativo de la obra, “el titiritero Gonzalo Guevara me planteó la relación del clásico Moby Dick y Mar del Plata, que es un puerto. Era algo que estaba ahí, pero yo no lo había visto y fue lo que me hizo el clic” contó.

“La obra de Melville tiene un montón de capítulos que son puro documental, cuenta la vida a bordo, la caza de ballenas y un capítulo entero de cetología, algo que no sabía como manejar en mi dramaturgia, que estaba más enfocada en la aventura, el enfrentamiento y la venganza. Al hablar con Gonzalo pensé en incluir a gente ligada con la pesca de Mar del Plata, que yo mismo conocía y, con quién hablaba del tema, también conoci a alguien relacionado. Así, junté un pequeño grupo de personas, cada uno con un ángulo particular respecto a la pesca y el proyecto tomó otra dirección. El contenido dramaturgico, gracias a esa chisma de historias que caminan en paralelo, fue interesante” definió.

Así, entrevistas e imágenes editadas por Demian Basualdo, forman parte del fondo escenográfico con una pantalla. “Ese material es a la vez la materia prima con la que estoy jugando como materia audiovisual, lo que se cuenta, lo que se ve y también como fuente de luz y sombras, porque sirve para definir atmóferas luminosas” indicó.

Ello se completa con un trabajo de manipulación de materiales. En este caso papel, considerado por Malebranch como “un partenaire”.

“Con Alejo Wilkinson, bailarín y origamista muy conocido en Argentina, trabajé las creaciones de papel, a partir e figuras y de experimentación. Le hice varios pedidos desde una figura para la cara del capitan, que empezamos a trabajar a pequeña escala hasta llegar a una máscara, edificios y barcos hasta encontrar el barco de la obra y con cosas irregulares, abstractas o que pueden sugerir paisajes. Con todo eso y con el corte dramaturgico de varios episodios esenciales de la novela, trabajé la trama, tejida con la historia del puerto de Mar del Plata y fue increíble” aseveró Malebranche.

El artista reflexionó que “es cierto que la vida del pescador cambió con respeto al siglo XIX, pero no tanto. Cambió la técnica, pero el riesgo que toman es siempre el mismo. Tienen radar sonar para buscar pescado, pero los eventos climáticos, las tormentas, los casos de barcos pesqueros que se hundieron muestran que al final siempre es una actividad muy peligrosa. Son gente que toma muchos riesgos, sacrifica mucho y eso no cambia. Son obreros del mar poniendo su vida en juego para ganarse la vida”.

El artista valoró que el proyecto fue posible “porque aquí existe una gran libertad para crear, a pesar de la falta de recursos, que es parecida para todos los que tratan de hacer algo”.

Y reconoció que gracias a esa libertad para dar rienda suelta a su creatividad “pude desarrollar lo que podríamos llamar mi estética. Creo que no lo hubiese logrado en Francia”.



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