Que un 3 de enero Mar del Plata, capital turística de la Argentina, se haya quedado sin recolección de residuos, acumulándose la basura en las calles, cuando se podría haber prevenido, evidencia claramente que la actual gestión comunal lejos está de sintonizar con el objetivo de la Provincia que es el de que la ciudad vuelva a recuperar el sitial que supo tener en materia turística. Y sí, una vez más, deberá ser la gobernadora María Eugenia Vidal quien solucione este nuevo conflicto (que nada tiene que ver con la Provincia), queda claro también que algunos sueldos que están pagando los contribuyentes marplatenses están de más. Si es la mandataria bonaerense, quien tiene que arreglar la cuestión de los impuestos al teatro, el conflicto de guardavidas, el fútbol de verano y ahora la recolección de residuos, “genera pánico pensar qué puede suceder dentro de algunas semanas cuando Vidal ya no esté en la ciudad”, señalaba anoche un concejal de Unidad Ciudadana.

El conflicto se podría haber solucionado hace días, cuando se sabía que el 31 de diciembre finalizaba el contrato con la empresa Tecsan, que es la que acondiciona el predio -trabajan cerca de 50 personas, la mitad de la Uocra y la otra mitad de Camioneros-, pero sin embargo, el 2 de enero, las máximas autoridades comunales le informaron a los dirigentes sindicales que iban a municipalizar el servicio. “Vamos a tomar a 25 trabajadores y les pagaremos el sueldo de municipales”, les dijeron. “Perfecto, vayan ustedes a la asamblea y explíquenle a los laburantes que la mitad se queda en la calle y que el resto va a cobrar un tercio de su sueldo actual”, expresaron en la mesa del despacho municipal los representantes de los trabajadores.

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Tampoco algunos funcionarios entienden lo que ha sucedido. En la reunión del martes, en la cual Jorge Trujillo, de la Uocra, le espetó al intendente Arroyo que “la gente te eligió a vos y no a éste que está incendiando todo y un día agarra el auto y se va de Mar del Plata” -refiriéndose al secretario de Economía, Hernán Mourelle-, también estaban el concejal Mauricio Loria, el secretario de Obras, Guillermo De Paz y el secretario de Gobierno, Alejandro Vicente. El panorama era totalmente diferente al que se vivía el viernes. Entonces, Hernán Lacunza, ministro de Economía bonaerense, sugirió prorrogar el contrato por un par de meses -patear la pelota hasta que pase el verano- con la gente de Tecsan. Arroyo, Vicente, De Paz, y hasta Mourelle, creían que esa sería una solución por lo menos para pasar el verano. Sin embargo, tras el fin de semana todo cambió. “Vamos a municipalizar”, coincidieron el intendente y su hombre de Hacienda, en los primeros minutos de 2018.

Los hermanos Trujillo, de la Uocra, salieron con los tapones de punta a fustigar al intendente y a su secretario de Economía y Hacienda. Volver a sentarse en torno a una mesa de negociación hoy suena utópico. Hugo Moyano, secretario general de los Camioneros, también tuvo contactos informales con algunos funcionarios, pero advirtió que el límite es el despido de cualquiera de sus afiliados. Trujillo arrojó nafta sobre el fuego horas después de escuchar el proyecto del Ejecutivo -¿se le cayeron dos empresas que tenían apalabradas pero que no cumplían con los requisitos mínimos para la tarea? y dijo que Hernán Mourelle “es el nuevo intendente: Arroyo no corta ni pincha”. “El que maneja la Municipalidad ahora es este muchacho el contador, Mourelle”, agregó dinamitando así cualquier puente de negociación. Por eso, el diálogo no es sencillo en estas horas. “La Provincia monitorea, trata de colaborar pero no se mete de lleno en el tema”, admiten desde la comuna.

Así, las paradojas de la ciudad en plena temporada están a la vista. Mientras las playas públicas equipadas por la Provincia en la zona de Constitución “explotan” de turistas y marplatenses que disfrutan excelentes servicios, en las calles se acumulan bolsas de basura que no pueden recogerse por un conflicto en el predio, epicentro de problemas durante los últimos meses. “Sea Tecsan, Acme, Equis SA o como quieras que se llame, esto tendría que haberse previsto. Se iba Tecsan, indemnizaban a los trabajadores como correspondía y entraba otra que inexorablemente iba a necesitar esos empleados. Pero no, acá se hizo todo mal otra vez”, refirió un concejal de Cambiemos. Lo cierto es que en la noche del miércoles, la gobernadora Vidal instruyó a dos de sus ministros, el de Gobierno y el de Trabajo, que intervengan para destrabar el conflicto. El vocero de la gobernación se apresuró en aclarar que se trata de un conflicto “estrictamente municipal”, pero que tiene impacto obviamente en la temporada estival en la ciudad en la que la Provincia puso todas las fichas para el verano.

Lentamente los concejales van leyendo y analizando el proyecto de presupuesto elevado por el Departamento Ejecutivo para su tratamiento. “Seguimos entre las ciudades con mayor desempleo a lo que se suma el triste índice de altos niveles de excluidos, y por eso, hay ciertas áreas que deberían contar con una mejor distribución de las arcas municipales, porque si lo medimos en función de la inflación, sectores como Desarrollo Social, Producción o Seguridad tendrán menos recursos económicos que el año pasado, teniendo en cuenta por supuesto la inflación proyectada. Y así jamás veremos terminados los polideportivos barriales, casi listos para su funcionamiento y como opción recreativa y educativa gratuita en diferentes zonas de la ciudad”, explicaba el concejal de 1País, Ariel Ciano, en distendida cena, obviamente con colegas, porque se celebraba nada más y nada menos que el cumpleaños de su padre, el queridísmo Cholo.

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Los políticos hablan como políticos hasta en los cumpleaños. Por eso Ariel Ciano siguió, bebiendo solo agua, lo que mereció las cargadas de quienes lo rodeaban que no paraban de “liquidar” negronis y otros tragos. “Resulta urgente que se trabaje para mejorar las inversiones en temas acuciantes y donde la necesidad es extrema, sabiendo que los recursos nunca son suficientes, y por eso al menos es clave que se trate el tema para poder destinarles una partida mayor a los sectores más vulnerables de nuestra sociedad”, dijo el edil. Y añadió que “se le quitan exenciones a las empresas que se radiquen en el Parque Industrial, a la Cultura y la promoción teatral que aún tambalea en un mar de incertidumbres sobre la quita o no de beneficios fiscales. Pensando en las próximas generaciones -concluyó- vemos con asombro que no se mencione ni una sola palabra del Plan Estratégico, que tan beneficioso resulta para la Mar del Plata que todos soñamos”. Finalmente expresó que “los dichos del intendente Arroyo suenan tan fuertes como el conocer la falta de políticas públicas en cuestiones de género, donde el presupuesto presentado para este año destina aún menos que el del 2017, disminuyendo de 0,32, muy poco, a 0,28 del total, lo que claramente es un retroceso”.

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De una rápida mirada al presupuesto elevado por el Ejecutivo surge que, de no realizarse ninguna modificación, el déficit estará más cerca de los 870 millones de pesos para el 2018, con un endeudamiento de 700 millones de pesos. Y sin embargo, el área de Seguridad sólo aumentará su presupuesto en 3 por ciento, lo que implica pasar de 102 millones en 2017 a 105 en 2018. Por otro lado, Desarrollo Social sube un 31 por ciento y Producción y Salud un 29 por ciento, es decir, sólo se ajusta por inflación, cuyo porcentaje ha sido del 24 por ciento en 2017, proyectándose un 15 por ciento para 2018. De esta manera, los gastos sociales en términos reales pierden valor y el vecino notará en la calle cómo se hará aún menos que el ano pasado.

De todos modos, hubo áreas que han tenido significativos aumentos presupuestarios. ¿Cuál es la que más crece? La del intendente, con una suba del 51 por ciento destinada a mayor personal, y que en dinero se traduce de pasar de 22 millones de pesos en 2017 a 46 millones en 2018. Un discurso claramente a contramano de lo que se está haciendo desde otros gobiernos de Cambiemos, como el de la provincia de Buenos Aires, donde hubo recortes en designaciones de funcionarios políticos.